05 | Confesiones.

166 16 3
                                    


El alba hizo aparición y yo estaba presente desde muy temprano observando los colores vivos que desprendía, no había dormido nada desde ayer y la sonrisa ladina de mis labios no se iba de mi rostro, si tan sólo Satoru no fuera tan descuidado tal vez así sí me llamaría la atención pero no era el caso en el que me quería enfocar ahora.

Él sabía desde un inicio que yo tenía un plan y era traer a Sukuna de vuelta pero lo que yo no sabía era el plan que aquel chamán tenía para conmigo, además, había invertido los papeles del juego y había creado nuevas reglas para los jugadores, un juego donde uno de los dos tendrá que caer al borde de la muerte y yo no sería aquella persona.

Jugaba con la identificación de Satoru que estaba en mis dedos, si esta pequeña tarjeta me permitía entrar a los cuartos de acceso donde no se me permitía entrar ya había cumplido mi objetivo. Miré su foto y su poca información, reí inconsciente al pensar que aquel hombre portaba los seis ojos de su clan y no había notado siquiera cuando le arrebaté la tarjeta.

Según sus palabras del día anterior tenía un día libre y era precisamente hoy, me tomaré el tiempo de profundizar un poco el mecanismo de la escuela y aprenderme cada una de sus habitaciones y para qué sirven cada una de ellas, los estudiantes de Satoru no eran un problema dentro de mis planes pero puede que uno de ellos sea muy atrevido.

Que remedio, si alguien se llegase a enterar tendría que callar bocas.

No había duda de su incredulidad, aquel chamán sabía que mi plan principalmente era traer a Sukuna y aún así quiso que fuera su “pareja”, sabía que en cualquier momento estaría siendo engañado por mí pero aún así quiso tomar el riesgo de posiblemente morir en mis manos.

—Veamos, ¿Qué debería hacer primero? — me cuestioné a mi misma, no podía actuar rápido ya que me llevaría a la muerte inmediata pero sí podía actuar desapercibida en todo aprovechando el momento en que no tengo conocimiento de todas las habitaciones de la escuela.

Tenía el tiempo contado, haría las cosas despacio para poder llegar al lugar donde Satoru me había acordado ayer en la noche, porque allí es donde confesaré mi verdadero ser, esto de estar siendo buena y educada ya no iba muy bien conmigo y aprovechando de que estará afuera en el campus con sus estudiantes podía caminar con completa libertad por la escuela.

—Puedo ir por las rutas de los salones de segundo año — me dije a mi misma, no conocía mucho la escuela y eso era tanto como un problema como una salvación.

Al no saber me retrasaría tiempo del cual no tengo esa sería la parte del problema pero, por parte de la salvación puedo tenerla por simple excusa de que no sabía nada. Ambas son tanto ideal como no ideal, cuando ví a los lejos dentro del campus al chamán junto con sus estudiantes tomé eso como señal de comenzar mi plan.

Salí de la habitación con la misma ropa de siempre, tenía mi cabello atado a una coleta alta y guardé la identificación de Satoru en los bolsillos de mi shorts para que nadie se diera cuenta de que la tenía, caminaba por los pasillos de la escuela y revisaba salón por salón decepcionandome a mi misma por no haber encontrado nada aún.

—Ni siquiera estoy en el cuarto piso y aún no hay nada — me quejé en voz baja, oí pasos por el mismo pasillo en dónde estaba así que me escondí.

Vi pasar a una vieja amiga de Gojo, Shouko Ieiri, ésta llevaba una carpeta en sus manos mientras caminaba hacia algún lado de la escuela y por su apariencia de seguro iba a hacer su trabajo aburrido. Seguí mi camino y así seguí toda la tarde tratando y buscando alguna habitación que se me hiciera útil, estaba apunto de perder mis esperanzas hasta que entre en uno de los cuartos dónde habían cajones.

—Jumm, que extraño — dije mientras caminaba hacia un escritorio que estaba allí.

Habían carpetas y hojas con registros, estaban las informaciones de los estudiantes de Satoru, los estudiantes de antes y hechiceros pasados junto a eso también habían maldiciones registradas y sus respectivas informaciones.

Danger. ‹ Satoru Gojo ›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora