08 | Alguien especial.

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Al día siguiente me había levantado temprano, los colores del amanecer transmitían una paz y satisfacción a mi alma, me hacía recordar los viejos tiempos donde no debía preocuparme por nada y ahora que tengo muchas preocupaciones no sé siquiera en qué pensar, aunque no se si debía llamarlos preocupaciones.

A pesar de que había tomado mi decisión de convertirme en hechicera eso no destacaba nada de mi pasado y de todos mis viejos recuerdos, además de eso, a pesar de todo lo que he cambiado recientemente eso no decía absolutamente nada acerca de mi nuevo cambio, al fin y al cabo sería siempre un ser maligno que solamente decidió voltear su vida para darle una cachetada de venganza su hermano.

—Cariño, aún es temprano para estar afuera — me habló Satoru pero lo ignoré, sumergida en mis pensamientos no había notado su presencia aún.

Mi vida había dado un giro inesperado de noventa grados, ahora tenía por así decirlo un trabajo, un hogar nuevo con el idiota de Satoru que impresionantemente estaba en una relación con de noviazgo de hace unos largos días solamente, nunca había tenido nada de lo mencionado y ahora qué lo tengo casi todo se me hace muy extraño.

Sentí unas manos en mis caderas y un cuerpo pegarse al mío por mi espalda, suspiré rendida e irritada un poco, a veces su presencia me irrita de cierta forma pero solo es porque aún no estoy acostumbrada a estos tratos buenos y de amor, si se le puede decir así.

—Cariño, ¿No tienes frío? — indagó, lo volví a ignorar. No quería que arruinara mi estado de animo que ya por si lo había arruinado.

Ayer había Sido un día largo para todos, para mí no tanto ya que estoy más que acostumbrada a pelear con maldiciones de categoría especial y no se me había agotador dar a mostrar mis rituales poderosos.

—Akira.. — me llamó, le miré girando mi rostro y entre abrí mis labios un poco al notar su gran cercanía que tenían nuestros cuerpos y por si fuera poco, su rostro también estaba a escasos centímetros del mío dejándome sin aliento —. ¿En qué piensas tanto?

—Nada importante — respondí en un susurro, podía sentir su aliento chocar con el mío y sentí unas inmensas ganas de besarlo, fruncí mi ceño, siento una revoltura en mi estómago, algo muy inusual.

Y todo el aire contenido en mis pulmones se esfumaron al sentir sus labios sobre los míos, mis ojos se abrieron sorprendidos por la repentina acción de Satoru, aún no me acostumbraba a estas cosas de parejas y lo que hacían, dadas las circunstancias de que nunca había tenido una pareja.

Aún con mis ojos abiertos ví como se apartó lentamente de mí, mi mirada no podía retirarse de la suya y sentía como sus ojos me hipnotizaban un poco, y otra vez lo hizo, imitó de nuevo la acción anterior pero está vez correspondí a su beso, nuestros labios se movían al compás y sentía como la brisa de la mañana nos abrazaba un poco, sentí como su lengua rozó con mis labios levemente y de un hábil movimiento me dió la vuelta para quedar frente a frente y tener un mejor acceso a los labios del contrario.

Esta era una nueva experiencia que me estaba gustando experimentar, sus manos viajaron de mi cintura hacia mis mejillas y su anatomía se pegó más a la mía. Después de algunos segundos más nos separamos por la falta de aire, abrí mis ojos de a poco y miré los suyos, azules, tan azules como el mar y como el cielo de la mañana que estábamos presenciando en su balcón, dos esferas dónde podías ver un reflejo del mismo cielo en movimiento.

—¿Sirvió como distracción? — cuestionó, no respondí, no tenía palabras para formular en este momento, no tenía siquiera pensamientos para responder a sus actos o a los míos.

Por un breve instante olvide, olvide todo, lo que se encontraba a mi alrededor, en lo que estaba pensando minutos antes, solo lo miraba a él, me di una bofetada mental, no me podía permitir estás cosas lo único que sí tenía claro era que de las peores de las maldiciones son de amor y no quiero cargar con ello.

Danger. ‹ Satoru Gojo ›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora