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Leticia

Después de un rato charlando en la sala, me ofrezco a ayudar a mamá a poner la mesa. Papá y Nathaniel siguen conversando en el patio, parece que se entienden bastante bien.

--Voy a poner un plato para Suzy, vendrá a cenar --dice mamá, añadiendo cubiertos extra

-- ¿Sigue viviendo en la misma casa?

--Nunca la ha dejado, y dudo que lo haga algún día --Se detiene y me observa-- Ve a buscarla, le dije que la llamaría cuando estuviéramos listos, pero mejor ve tú

Dejo todo a un lado y miro hacia el patio. La conversación entre mi padre y Nathaniel sigue fluida, así que salgo de casa, contando los pasos como solía hacer años atrás

Doce... quince... veinte

Veinte pasos nos separaban y veinte pasos bastaban para vernos siempre que lo necesitábamos. La vieja casa, ahora descuidada y rodeada de plantas, me trae recuerdos de cuando Asael y yo nos sentábamos aquí, esperando a que sus padres llegaran, antes de que yo volviera a mi casa

Me quedo parada frente a la puerta, acumulando el valor para tocar. Un leve toque es suficiente. Escucho pasos resonar en la madera y, cuando la puerta se abre, la madre de Asael aparece. Su cabello, ahora corto y encanecido, sus grandes pestañas y esos ojos almendrados en una cara perfilada... todo me recuerda a él.

--¿Leticia?...

--Hola, Suzy...

Suzy me mira con una mezcla de sorpresa y nostalgia. Por un momento, el tiempo parece haberse detenido. Pero la realidad vuelve con fuerza, y puedo ver el dolor en su mirada, el peso de los años sin él.

--No pensé que vendrías tú-- dice en un susurro, como si no quisiera despertar los fantasmas del pasado. Su voz me hace sentir vulnerable, como si mis propias emociones estuvieran a punto de desbordarse

--Mamá me pidió que viniera por ti-- respondo, tratando de mantener la compostura, aunque siento cómo mis palabras quedan suspendidas en el aire, llenas de todo lo que no estoy diciendo.

Suzy asiente, comprendiendo lo que no digo en voz alta. Da un paso hacia un pequeño mueble junto a la puerta y recoge un chal. La observo mientras se lo coloca sobre los hombros, como si ese gesto pudiera protegerla de los recuerdos compartidos que ya no existen.

--Nunca pensé que volvería a cenar con ustedes... después de todo--dice mientras cierra la puerta, el chasquido resuena en mi pecho.

Caminamos en silencio hacia mi casa. Los pasos de Suzy son suaves y precisos, como si estuviera midiendo cada uno. Veinte pasos, pero esos veinte pasos se sienten interminables, cargados del peso de lo que fue.

Cuando entramos, el calor de la casa nos envuelve. Mamá nos recibe con una sonrisa, pero puedo ver en sus ojos la misma melancolía que yo siento. Papá y Nathaniel han vuelto del patio y están sentados en la sala, conversando como viejos amigos.

--Suzy, me alegra tanto que hayas venido-- dice mamá, acercándose a darle un abrazo. Suzy lo acepta, pero noto la tensión en su cuerpo, como si estuviera a punto de quebrarse.

Nos sentamos a la mesa, y por un instante, el mundo exterior se desvanece. Los sonidos de los cubiertos, las risas y las conversaciones llenan el espacio, pero debajo de todo eso, siento la presencia de Asael, como un fantasma que nunca nos dejó

Cuando finalmente miro a Suzy, sus ojos están llenos de lágrimas. Está perdida en sus pensamientos, atrapada en sus recuerdos. De repente, siento una mano sobre la mía. Es Nathaniel, que me mira con preocupación.

𝐴𝑏𝑖𝑠𝑚𝑜 𖦹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora