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En la cocina de la preparatoria, el suave zumbido del refrigerador y el tintineo de los utensilios llenaban el aire. Yuji Itadori, con su energía habitual, estaba preparando un bocadillo nocturno. Hyoujin, con su semblante frío y distante, observaba desde la esquina, sus ojos afilados como cuchillas.
Yuji, siempre dispuesto a romper el hielo, sonrió mientras cortaba algunas verduras. "Hyoujin, ¿quieres un poco? Estoy haciendo suficiente para dos."
Hyoujin levantó una ceja, su expresión imperturbable.
-No necesito tu comida, Itadori.
Yuji se rió suavemente.
-Vamos, no seas así. Todos necesitamos comer. Además, es más divertido cocinar para alguien más.
Hyoujin suspiró, pero se acercó a la mesa, observando los movimientos ágiles de Yuji.
-¿Por qué siempre estás tan alegre? No tiene sentido.Yuji se encogió de hombros.
-Supongo que es mi forma de lidiar con todo. La vida ya es bastante dura, ¿no crees? Además, me gusta ver a la gente feliz.
Hyoujin permaneció en silencio, sus ojos fijos en las manos de Yuji mientras trabajaba. Después de un momento, Yuji rompió el silencio de nuevo.
-Sabes, Hyoujin, si alguna vez necesitas un lugar para quedarte, mi puerta siempre está abierta. Puedes dormir en mi habitación si quieres.
