Capítulo 2: Sombras de Redención

140 63 40
                                    

El Infierno seguía su curso habitual, pero para Lucifer Morningstar, la rutina había cambiado desde que encontró a Ángel Dust. El juego del Reloj del Destino estaba en pleno desarrollo, alterando y desafiando a Ángel en formas que ni siquiera él comprendía del todo. Sin embargo, cada decisión y cada movimiento de Ángel eran observados de cerca por el rey del Infierno, que sentía una creciente atracción hacia el alma indomable que había decidido convertir en su objeto de entretenimiento.

Lucifer estaba en su trono, contemplando su próximo movimiento, cuando sintió un vacío en su interior. Aún recordaba a Lilith, su esposa desaparecida, y cómo su ausencia había dejado una sombra en su existencia. Lilith había sido una figura de poder y gracia, y su desaparición repentina había sacudido no solo a Lucifer, sino a todo el Infierno. La relación entre Lucifer y Charlie, su hija, también había sufrido. Charlie lo culpaba por no hacer lo suficiente para encontrar a Lilith y por no apoyar su proyecto del Hazbin Hotel. Lucifer, por su parte, veía en Charlie demasiadas similitudes con su madre, lo que solo intensificaba su dolor y frustración.

El Hazbin Hotel había sido idea de Charlie, un lugar donde las almas perdidas podrían encontrar redención. Con la ayuda de su novia, Vaggie, Charlie había luchado contra viento y marea para mantener el hotel en funcionamiento. Vaggie, hija de Carmilla Carmine y Valentino, había sido un ángel caído que, a pesar de lograr redimirse en parte, había vuelto al Infierno. Siendo constantemente nombrada como la redención fallida, lo único bueno que se podía rescatar era que no afectaba mucho a la imagen del hotel. Su relación con Charlie era un pilar de fuerza, aunque las cicatrices de su pasado seguían presentes.

Esa noche, Ángel Dust se encontraba en su camerino preparándose para uno de sus espectáculos habituales. Vestido con un atuendo provocador y cubierto de brillos, miraba su reflejo en el espejo, ajustando los últimos detalles de su maquillaje. El show era su escape, el único momento en que podía olvidarse de Valentino y de las sombras que le perseguían.

La música comenzó, y Ángel salió al escenario con su característico carisma y energía. Moviéndose al ritmo de la música, su actuación era una mezcla de sensualidad y desafío, una representación perfecta de la vida que llevaba en el Infierno. Pero, en el fondo del club, una figura solitaria observaba con una sonrisa enigmática: Lucifer, quien no podía evitar sentir una atracción creciente hacia el demonio de cabello rosado que brillaba en el escenario.

Cuando la canción terminó, Ángel hizo una reverencia exagerada y volvió a su camerino. Apenas había cerrado la puerta cuando escuchó un suave aplauso detrás de él. Giró, sorprendido, y encontró a Lucifer de pie en la sombra, su presencia llenando la habitación.

"Debo decir que tu espectáculo nunca decepciona, Ángel," dijo Lucifer con voz suave, acercándose lentamente. "Hay algo en ti que me intriga cada vez más."

Ángel sonrió con picardía, inclinándose contra el tocador. "¿Otra vez aquí, Luzbel? Eres tan insistente, desde la primera vez que apareciste por aquí."

Lucifer se acercó un paso más, acortando la distancia entre ellos. "Quizás estoy aquí para ofrecerte algo más que simples aplausos. Tal vez quiero saber qué es lo que realmente deseas, Ángel Dust."

Ángel lo miró directamente a los ojos, sin retroceder. "¿Y si te dijera que estoy cansado de todo esto? De Valentino, de las drogas, de ser solo un espectáculo en el Infierno. ¿Qué harías con esa información?"

Lucifer sonrió de medio lado, casi con ternura. "Quizás usaría el Reloj del Destino para cambiar tu camino. Quizás te ofrecería una salida... una oportunidad para algo más, algo mejor. Pero solo si estás dispuesto a jugar mi juego."

Antes de que Ángel pudiera responder, la puerta del camerino se abrió de golpe y Valentino entró, con una expresión de enfado en su rostro. Pero al ver a Lucifer, el cambio en su actitud fue inmediato. Se enderezó y adoptó un tono sumiso.

El Encantador del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora