Capítulo 7: La Melancolía de los Caídos

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El eco de la última campanada del reloj del destino aún resonaba en los pasillos del Hazbin Hotel cuando Charlie, con un gesto delicado, liberó el control del tiempo. El aire volvía a fluir, pero la tensión se mantenía latente. Todos los presentes estaban a la espera, expectantes de lo que vendría. Pero antes de que alguien pudiera hablar, fue Vaggie quien rompió el silencio, su rostro aún húmedo por las lágrimas que había derramado momentos antes.

—Es momento de que lo sepas —dijo, su voz quebrada pero firme—. Ya no puedo ocultarlo más.

Charlie se giró hacia ella, aún brillante por la energía que había liberado, pero su expresión se suavizó al ver a su novia dispuesta a contar su verdad. Vaggie respiró hondo, como si las palabras pesaran tanto que requerían toda su fuerza para ser pronunciadas.

—He estado guardando un secreto, uno que ni siquiera tú conoces del todo, Charlie. La razón por la que llegué aquí, al Hazbin Hotel, no fue solo por la redención. Fue para escapar... de ellos —su mirada se endureció mientras pronunciaba la palabra "ellos"—. Mis padres, Valentino y Carmila Carmine.

Un murmullo recorrió la habitación. Valentino, el temido Overlord, y Carmilla Carmine, una demonio que había ejercido tanto poder en el inframundo como él, eran figuras temidas por todos. Incluso aquellos que conocían a Vaggie nunca habrían adivinado que era hija de esos titanes infernales.

—Carmilla fue una de las primeras en jugar con los planos existenciales —continuó Vaggie—. Manipulaba energías entre los planos, atravesando dimensiones donde los humanos ni siquiera sueñan con entrar. Fue ella quien descubrió que había formas de alterar la esencia misma de un demonio. Lilith...

Mencionó el nombre con un susurro que hizo que la sala pareciera contener la respiración. Todos sabían que Lilith había desaparecido, pero no sabían cómo ni por qué.

—Lilith fue su objetivo final. Mi madre quería la esencia de Lilith para desatar un poder que ni siquiera puedo describir. Lilith no murió; fue sellada en un plano de existencia entre la vida y la muerte. Y aunque la influencia de Carmilla fue clave, Valentino también estaba involucrado. Mi padre... quería el poder absoluto, y Lilith era la clave para destruir cualquier oposición, incluso la tuya, Lucifer.

Lucifer apretó los puños, una mezcla de rabia e incredulidad pintada en su rostro.

—¿Estás diciendo que Lilith no está muerta? —preguntó Lucifer, con la voz teñida de incredulidad.

Vaggie asintió lentamente.

Ángel desvió la mirada con una melancolía palpable, y su mano nerviosa se deslizó lentamente por su cabello blanco y rosado, como si intentara disipar los pensamientos que lo atormentaban. Sabía muy bien que Lucifer seguía enamorado de Lilith; el primer amor no se olvida... oh, claro que no. Su cabello, en ese gesto, evocaba el contraste entre un amanecer infernal, donde el blanco desvanecido se funde con tintes rosados en el horizonte antes de que el sol queme el cielo. En su expresión había una belleza oscura, un atractivo que parecía desafiar la ternura en su mirada. A pesar de esa mezcla suave de colores, su esencia demoníaca se mantenía intacta, como si cada hebra escondiera secretos de lujuria y sombras.

—Su alma está atrapada, fuera de nuestro alcance, pero viva. Todo fue un plan que mis padres orquestaron. Yo lo descubrí y traté de detenerlos... Pero fracasé. Terminé involucrándome en los rituales, aprendí sus secretos, y por un tiempo, creí que no había escapatoria.

Charlie tomó la mano de Vaggie, como si ese simple gesto pudiera proporcionarle el apoyo que tanto necesitaba.

—Pero encontré redención al final —continuó Vaggie, su voz temblorosa—. Me convertí en exorcista. Era la única manera de compensar lo que había hecho. Durante siglos luché contra los mismos demonios que, en otro tiempo, ayudé a liberar. Pero la redención no es fácil... y caer de la gracia no fue por azar. Mis propios padres me manipularon, y cuando me rebelé, fue Valentino quien me entregó a Vox.

El Encantador del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora