~ Falsedases y formalidades.

2.2K 176 7
                                    

༻ El camino hacía ti ༺

Su matrimonio se vio arreglado cuando ambos manifestaron su segundo género... con tan sólo dieciocho años de edad y compartiendo un amor frágil, se vieron orillados a cumplir con un destino previamente escrito a manos de sus familias.

Nombrado emperador, Gojō desposó a Itadori, a quien consideraban la mejor opción para ocupar el título de emperatriz.
Convirtiéndose en el segundo pilar más importante, sólo por detrás del Alpha dominante que los guiaría.

Ninguno se negó a la idea de la unión, ya que sabían perfectamente que ese era su único deber en el mundo y creyendo que su amor se haría más fuerte con el tiempo, ayudándoles a tomar las riendas con sus propias manos para prosperar como una pareja inquebrantable, se adentraron al mundo real.

Sin embargo, el tiempo mismo les demostró que no sólo se trataba de llenar el lugar vacío que dejaron sus padres, a base de cariño.
Y habiendo pasado ocho años, Satoru y Yūji se daban cuenta de ello, ya que su matrimonio atravesaba una enorme tensión.

Sus charlas eran escasas y rara vez se veían a la hora de la cena, siendo la indiferencia de Itadori la principal causa de ello.
Aunque mantenía tenues sentimientos por el peli blanco, no era capaz de mostrarlos abiertamente como lo haría cualquier Omega de su edad y teniendo un trabajo más importante que cumplir, decidió eliminar su matrimonio de las prioridades que tenía.

Dedicándose completamente a su papel de emperatriz.

Algo que no paso desapercibido por el más alto, quien, viendo el continuo rechazo del rosado, comenzó a considerar la idea de conseguirse una concubina que logrará satisfacerlo en la cama.

Llevando su relación a ser sólo un símbolo de formalidad frente a otros.

— ¿Ocho años y aún no puede darle un principe?— decía.— Probablemente la emperatriz no puede tener hijos a causa de alguna maldición.— continuó.— Es entendible que nuestro señor busqué a otra hembra.— se reía sin cuidado.

A espaldas del Omega, la servidumbre habría la boca para juzgarlo sin pensar en las consecuencias que eso les traería.

— Es una lástima que nosotras no podamos servirle personalmente.— bufó, matando por completo el sueño de estar entre los brazos del Alpha.

— ¿Ya terminaron de decir estupideces?— molesto, el peli negro aparecía detrás de ellas para callarlas.

Por tercera ocasión debía intervenir para frenar los rumores que rápidamente se esparcian por los pasillos del palacio.
Como mano derecha del emperador, su trabajo era garantizar que todo estuviera bien, reportando cualquier anomalía de ser necesario.

— Lo sentimos, Getō-sama.— dijeron ambas, antes de huir a la cocina.

Dando un suspiro largo, Suguru imploraba unos minutos de descanso.

— Estás mujeres y sus ideas tontas.— mencionó para sí mismo, antes de volver a sus actividades de vigilancia.

Vagando por los pasillos, pensaba en todo lo sucedido en los últimos años desde la llegada de Satoru al trono, reconociendo que la gente del pueblo tenía una mejor vida.
Aunque en el fondo no estaba de acuerdo con esa absurda decisión.
Incluso si tenían problemas, Getō no consideraba justa la idea de permitir una infidelidad hacía el peli rosa, trayendo una sucia concubina a su palacio.

Pero debía hacerlo, tenía que obedecer las órdenes del Alpha peli blanco y comenzar su búsqueda de las mejores hembras.

Recordando la discusión de unos días antes.

El camino hacía ti [GoYuu] [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora