~ El celo de la emperatriz.

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El camino hacía ti

Con rapidez pasaron los días, entre semanas y meses Itadori cumplió los seis meses de embarazo... siendo un Omega masculino, su vientre no se abultaba tanto como el de una fémina, haciéndole posible realizar actividades sin tanto problema.

Aun con eso en mente y sabiendo que todo estaba bien, Satoru no se apartaba en ningún momento, convirtiéndose en su sombra.
Pasaban tanto tiempo juntos que incluso trabajaban desde la cama de su habitación, ya que seguía al pie de la letra cada indicación del médico.

Brindándole comodidad y seguridad a su peli rosa.

Por las mañanas le daba el desayuno en la boca.

~ Cuidado, la sopa esta caliente.

Le pedía a Yūta que supervisara personalmente la elaboración de los alimentos, evitando que colocaran algo incorrecto sobre la bandeja.
Con sus repentinos antojos y náuseas recurrentes, Satoru buscaba cuidar de su estómago, considerando incluso la idea de cocinar personalmente para su Omega.

A medio día leía un poco de sus libros.

~ Mi nombre es Guillermo y soy un trovador.

Itadori no tenía un género preferido, disfrutaba mucho de la poesía y literatura, aunque también le daba una oportunidad a lo desconocido, llegando a encontrarse con libros muy curiosos, llenando su biblioteca personal con portadas muy coloridas y otras de aspectos tenebrosos.

En las tardes le veía tomar una siesta.

~ Descansen, mis amores.

Si bien Gojō no le permitía esforzarse mucho, sus paseos por el jardín no podían faltar, lo que provocaban una fatiga que no podía ignorar... volviendo a su nido para dormir un poco, acompañado por su Alpha, quien aprovechaba esos momentos para trabajar.

Y llegada la noche entraban a la tina de baño, relajandose un momento antes de ir a la cama.

~ Es muy agradable.

Decía, sintiendo el agua caliente cubrir su cuerpo agotado.

Durante todo ese tiempo nunca hicieron falta los besos y abrazos, durante su sueño, Satoru ronroneaba con fuerza para arrullar a su inquieto Omega... calmando por pequeños dolores que a veces le aquejaban.

Bellos obsequios como prendas para el bebé y juguetes llegaban de forma inesperada, así como regalos especiales para el peli rosa, quien se alegraba demasiado, hasta el punto de terminar llorando.

Influenciado por la carga de hormonas.

Sin embargo, algo no parecía estar bien... y es que Gojō comenzaba a notarlo algo distante.

No quería que lo tocara cuando salían de la habitación, al dormir le daba la espalda y en los últimos días buscaba ducharse solo.
Preocupado, el Alpha peli blanco no tuvo mejor idea que preguntarle directamente que sucedía.

En el fondo temía haber cometido otro error.

- Dime qué sucede, Yūji.- lo acorraló contra la puerta, justo como aquella vez en que lo embarazo.- Entiendo que a veces puedo ser muy sobreprotector contigo porque me aterra que algo malo pueda sucederles, pero incluso ahora noe permites tocarte.- su semblante se veía realmente preocupado.- ¿Acaso te hice daño de nuevo?- preguntó.

Nervioso, el más bajo no sabía cómo responder a eso... tenía miedo de hablar.

- Yo...- dudo.

- Por favor, no te quedes callado... sabes que puedes hablar conmigo.- trataba de abrir nuevamente su corazón.- Si cometí un error estas en todo tu derecho a hacerme pagar.- tomó sus hombros.- Insultame, si lo deseas golpeame y no me defenderé, pero no me evites.- rogó.

El camino hacía ti [GoYuu] [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora