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¡¿Qué?! —Gritaron los tres chicos al unísono.

Lo que dije, no puedo ayudarlos.

Una vez que los tres llegaron a la iglesia y pudieron ubicar al padre Maxi, le explicaron que necesitaban un sacerdote para una ceremonia, pero el viejo los rechazó de una.

Pe-Pero- ¿siquiera sabe para qué es? —Preguntó alterado Clyde, no iba a dejar que los esfuerzos de Bebe y el resto fueran en vano solo porque ese señor no quería cooperar.

Por supuesto que si, está en boca de todos, la boda de los niños gays. —Habló feliz el padre.— Pero la respuesta sigue siendo no.

¡Pe-Pe-Pero por-por qué no! —Exclamó está vez Jimmy.

Oh, la palabra del señor no permite este tipo de compromisos. —Juntó sus manos en oración.— Eso y que me rijo por las leyes del estado. —Separó sus manos para poner una en su cadera y con la otra hacia ademanes.— Aún es ilegal casar a dos personas del mismo sexo, en poco años cambiará pero mientras tanto no puedo hacer nada. —Se encoje de hombros comenzando a caminar por su iglesia.

Tras él iban los chicos.

¿Si sabe que no es real no? —Intentó persuadir el castaño.— Solo es... —Movió sus manos en un intento de explicarse, no iba a decir que solo era un capricho suyo que se salió de control.— ... para juntar al pueblo.

Aún así, cualquier prueba como foto o video seria puesto en mi contra y no puedo poner en riesgo mi licencia de sacerdote. —Se detuvo un momento para voltear a verlos.— Lo lamento, pero enserio no puedo. Agradezco que me invitaran y por supuesto que asistiré, pero solo como invitado. Tengan bendecido día hijos mios. —Al acabar de hablar se perdió en unas de las puertas al lado de la enorme cruz con el Jesús clavado.

Clyde suspiró desanimado, dos manos se posaron en sus hombros como consuelo. Los tres salieron del lugar.

Caminaron un poco en silencio mientras pensaban en qué hacer.

Dios, si de verdad amas a los gays mandanos a alguien para casarlos. —La única solución que encontró Clyde en este momento fue rezar aprovechando que no estaban lejos de la iglesia.

No busques más. —A un lado de ellos se apareció ni más ni menos que Eric Cartman junto a su grupito de inadaptados.

¿Tú qué? —Preguntó reasio Tolkien, no se le podía confiar nada a esos 4.

El gordo alzó su dedo moviéndolo de un lado a otro mientras hacia sonar su lengua contra sus dientes.— No te conviene tratarme mal Tolkien. —Habló altanero.

¿Qu-Qué quieres Ca-Ca-Cartman?

Ayudar Jimmy, solo quiero ayudar. —Juntó sus manos.

Kyle, cansado de la atmósfera "misteriosa" que quería dar Eric, habló.— Estábamos en el bosque cazando bichos, a Kenny le dio hambre e íbamos a ir a comer a Pasitas, casualmente pasamos por aquí y escuchamos desde fuera su conversación con el padre Maxi. —Terminó de explicar el judío cruzándose de brazos.

¡Kahl! Arruinas mi momento. —Se quejó el castaño con sobrepeso. Se tomó el puente de la nariz suspirando.— Como sea, sé de la "boda" para Tuik y Kreij, también que necesitan un sacerdote, convenientemente saqué una licencia para casar gente hace poco.

¿Tú? —Preguntó despectivo el peli-rojo.— ¿Y para qué o qué?

Quería casar a la rana Clyde con la señorita Polly. —Limpió una lágrima de su ojo al recordar la increíble boda que se armó en su habitación.

Los tres principales vieron al resto confundidos.

Son sus muñecas. —Explicó Stan.

Donovan agitó su cabeza queriendo volver al tema inicial.— Bien, tienes licencia de padre, ¿qué quieres a cambio?

Cartman llevó una mano a su pecho ofendido.— Qué te hace creer que quiero algo. Soy un gran aliado de los homosexuales, seria todo un honor casar a los más gays de aquí. —Sonrió.

Clyde, Tolkien y Jimmy se vieron dudosos juntándose para susurrar sus opiniones.

N-No es d-de con-confianza. —Opinó el de amarillo.

El moreno suspiró.— No es que tengamos muchas opciones.

Clyde hizo una mueca.— A Bebe no le va a gustar esto.

Se vieron un momento para asentir en aprobación unánime.

Los tres se separaron con Clyde acercándose a Eric para extender su mano y estrecharla. Cartman sonrió devolviendo el gesto.

En dos días, vistete bien, ven antes que todos los invitados. —Indicó el castaño amante de los tacos.

Así será. —Afirmó sonriente el gordo.— Vamos chicos, muero de hambre.

El grupo de Stan se fue hablando de temas que no les interesaba dejándolos solos.

Clyde sacó su celular para avisarle por mensaje a Stevens esperando que no se enoje mucho.

Bueno, vámonos, Tweek me espera. —Habló Donovan con una sonrisa encaminándose hacia la residencia Tucker.

La boda - [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora