Capítulo 8 Bosque

52 5 0
                                    

Mensaje del escritor: 

"Muchas gracias a todos los lectores, desde el último capitulo las visitas han subido un montón, espero que disfrutéis de mi historia y os animo a comentar y votar. Repito, gracias de corazón, me gusta ver que tanta gente me da una oportunidad".

Fin del mensaje.



Tras los recientes acontecimientos cierto chaval con mascara de jabalí decidió alejarse de sus amigos para despejar su mente dado que no entendía nada de lo que estaba pasando, solo que el cabezón es un mierdecilla. Con suerte se encontraría con un oso con el que comparar sus fuerzas pero tuvo un encuentro más conveniente. La señorita Aoi había salido al campo a por hierbas medicinales, Inosuke se acerco. La tarde transcurrió tranquila para lo que suelen ser esos dos juntos, ella le enseñaba sobre las plantas y sus usos, mientras él le enseñaba como tratar con los animales, fue una tarde muy agradable.

-Inosuke, ¿puedo preguntarte algo?

-Habla mujer.

-Estas siendo muy amable pero, siento que esquivas mi mirada. ¿Te he hecho algo?

-Son cosas tuyas nunca podría intimidarme una enana como tu.

-Estoy hablando enserio. -Le agarro con fuerza los mofletes abrigándole a mirarla. Pero el chico cerro los ojos.

-Somos amigos, por favor cuenta conmigo -le da un beso en la frente-.

Con velocidad se libero de su agarre y salió corriendo pero un pequeño detalle no se le escapo a la ojiazul, eso en sus ojos eran ¿lagrimas? Tenía que ayudar a ese chico y sabia como contraatacar.

La noche transcurrió con normalidad las trabajadoras de la finca cenaron junto con la familia Tomioka dado que estaban a escasos días del nacimiento de su bebe, al mismo tiempo Tanjiro, Nezuko y Zenitsu cenaron juntos y el pelirrojo durante toda la cena noto su cercanía junto con un olor muy agradable que venía de ellos, conocía ese olor pero no determinaba su aun su significado. Un hombre con mascara de jabalí decidió entrar en la casa pasada la medianoche donde ya no se encontraría con nadie, pero con el hambre que tenia su misión era clara: asaltar la cocina. Donde le espera una necesaria sorpresa.

-Buenas noches señor Inosuke -una chica con coletas le esperaba en la oscuridad con su cena-.

-Ioa no quiero jugar, déjame comer.

-Hasta que no hables no podrás comer -acto seguido le da un mordisco a su filete- que rico.

El plan parecía infalible pero el chico solo decidió irse, aun sin mirarle a la cara, tenia que hacer algo rápido o no podría arreglar las cosas con él por lo que decidió actuar por puro instinto. Se abalanzo sobre su espalda, la lucha duro unos segundos mientras el joven trataba de sacársela de encima ella solo se aferraba más fuerte, su determinación era admirable. Por fin, el jabalí cedió y se detuvo.

-Suéltame, por favor, no quiero hacerte daño.

-Pues habla conmigo -empezó a sollozar- se que lo estas pasando mal, quiero ayudarte -su llanto surgió efecto-.

-No quiero estar contigo -la chica sintió el impulso de salir corriendo, pero no lo hizo su deber era escucharle- siempre que le cojo cariño a alguien acaba mal, y no quiero que sufras.

-¿Cómo?

-Conocí a un maldito en la casa de Muzan él -trago saliva- sabia quien soy, porque el me vio de bebe fue quien mato a mi madre -tras mucho tiempo, al fin libero su tristeza- y a Shinobu también, las mujeres que me cuidaron, él acabo con todas. No quiero perder a nadie más.

Sus palabras conmovieron a la pequeña mariposa, tiene que ayudarle de cualquier manera por lo que le agarro la cabeza y le dio un poderoso abrazo.

-Puedes descansar, luchaste como un hombre contra ese monstruo. Vengaste a tu madre, a mi maestra. Estoy seguro de que desde algún lugar están muy orgullosas de ti -finalmente se miraron a los ojos y el necesario desahogo tuvo lugar con el apoyo de la hermosa sonrisa de la chica.

Pasado tiempo cenaron juntos pasando un muy agradable rato hasta que se fueron a dormir, ambos jóvenes con una sonrisa en su corazón. Inosuke sabía que esa chica le genera sensaciones desconocidas pero que le hacían sentir muy bien, quería sentir eso para siempre.



Esa misma noche Kanao se dirigía a cambiar las flores del altar de sus hermanas, pero delante de la puerta se encontró con un conocido, cubierto de cicatrices y con una cara más afable que en épocas anteriores.

-Señor pilar del viento me alegro de verle.

-La pequeña Kocho, no me llames así ya no tengo ningún título.

-Mil perdones pero, yo no soy Kocho esas eran mis hermanas, mi apellido es Tsuyuri.

-Me recuerdas mucho a ellas y no pude evitarlo -el comentario agrado a la chiquilla-.

-Mu muchas gracias.

-Respetaba mucho a Shinobu y bueno con Kanae... Je, no importa, solo quería presentar mis respetos. Disfruta pequeña, se feliz como ellas deseaban que lo fueras.

-Si señor yo... Voy a hacer que se sientan orgullosas de mi -ante su determinación el antiguo pilar la miro con orgullo y le dio unas palmaditas en la cabeza-.

-Esta claro que eres una de ellas. Dime, ¿tienes planes para el futuro? -ante la reacción de la pelinegra a la pregunta sintió una sensación de dejavu- vaya me estas recordando a Kamado -la chica pego un brinco, ahí lo entendió todo-.

-No, Tanjiro y yo no, bueno nosotros no, espera quiero decir que.

-Ja ja ja ja ja -la ojilila quedo completamente congelada ante esa reacción, no sabía que ese hombre podía reírse y menos con esa efusividad, pero estaba claro es que esa risa era genuina- tranquila niña estáis hechos el uno para el otro. 

-No creo que Tanji tenga esas intenciones -su sonrojo era incontrolable-.

-No lo se pero tuve una charla con el cabezón sobre que luchara por el futuro que quiere. Si es un hombre te dirá sus auténticos sentimientos no puedo permitir que sea un cobarde como... Yo.

Puede que hubiera empeorado su visión pero seguía siendo una persona bastante perceptiva (menos cuando se trata del joven Kamado) por lo que entendió las intenciones del albino. Tras charlar un poco más y juntos limpiar la sala del altar en honor por las hermanas mariposa se despidieron cada uno rumbo a su cama. Puede que con las ideas de Kanao algo más claras.

Solo escucha tu corazón (tanjikana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora