Capítulo 9: La Desesperación

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Rachel se acercó a sus amigos con una mezcla de ansiedad y esperanza, deseando desesperadamente que al contarles todo lo que había experimentado, pudiera finalmente obtener ayuda y entender qué estaba sucediendo. Habían pasado meses desde aquella fiesta y, aunque ella había intentado seguir adelante, la pesadilla nunca se desvaneció por completo.

Estaba en la cafetería del colegio, donde Marilyn, Scott, y algunos de sus otros amigos estaban sentados en una mesa. Rachel respiró hondo y se acercó, sus manos temblando ligeramente.

—¡Chicos, necesito hablar con ustedes! —dijo Rachel, tratando de que su voz no sonara desesperada.

Marilyn levantó la vista de su taza de café, con una sonrisa que se desvaneció al ver la expresión seria de Rachel. —¿Qué pasa, Rachel? Pareces muy alterada.

—He estado intentando decirles esto durante meses. —Rachel se sentó frente a ellos, dejando que la desesperación se reflejara en sus ojos—. Lo que viví esa noche... todo fue real. La maldición, el monstruo... todo es real.

Scott frunció el ceño, su rostro mostrando escepticismo. —Rachel, ya hemos hablado de esto. Fue solo una pesadilla. Nada de eso fue real.

Rachel sintió una ola de frustración y tristeza. —No, no lo entienden. Lo vi, lo viví. La criatura... los sobrevivientes... todo era real. ¡No estoy loca!

Marilyn, aunque preocupada, trató de ser comprensiva. —Rachel, hemos estado preocupados por ti. Llevas meses insistiendo en esto. Tal vez necesitas ver a alguien que pueda ayudarte a procesar lo que estás pasando.

Rachel se sintió herida por la sugerencia, pero también sabía que no podían entender lo que estaba viviendo. —He visto a psicólogos. He hecho todo lo que me han dicho. ¡Nada ha cambiado!

La conversación continuó sin llegar a ningún lugar, y Rachel sintió que la desesperación la estaba consumiendo. Sus amigos no creían en su historia, y la angustia se acumuló con cada rechazo que enfrentaba. Sus padres, preocupados por su deterioro emocional y mental, también creyeron que la ayuda profesional era la única solución.

Finalmente, se tomó la decisión de internarla en un hospital psiquiátrico, con la esperanza de que podría recibir el tratamiento adecuado para su condición. Rachel, devastada y sintiéndose traicionada por quienes amaba, se vio atrapada en un sistema que no parecía entenderla.

En el hospital psiquiátrico, las paredes blancas y los pasillos largos y desolados reflejaban el sentimiento de aislamiento que Rachel sentía. Los doctores y enfermeras eran amables, pero no podían ocultar la tristeza en sus ojos al ver a una joven atrapada en su propio tormento. Rachel se sintió atrapada en un lugar que parecía ser una prisión para su mente, un lugar donde cada día era una lucha por mantener su esperanza.

A pesar del entorno que la rodeaba, Rachel seguía insistiendo en la verdad. En sus sesiones con el psicólogo, describía su experiencia con fervor, tratando de mostrar que no estaba imaginando nada. Pero sus palabras caían en oídos que no querían escuchar.

—Debo decirte que es importante que te enfoques en el presente y en tu recuperación —le dijo el psicólogo durante una de sus sesiones—. A veces, nuestras mentes pueden crear realidades que parecen muy reales. Es fundamental que trabajemos en ayudarte a superar este dolor y encontrar la paz.

Rachel asintió, aunque sentía que sus palabras no reflejaban la realidad de su situación. Sabía que estaba en un lugar donde nadie podía entender la verdad, y eso la hacía sentir aún más sola.

Las noches en el hospital eran las más difíciles. Se pasaba horas pensando en la criatura, en la risa burlona que había escuchado, y en la desesperación que había sentido. A veces, cuando el silencio de la noche se volvía abrumador, se preguntaba si alguna vez volvería a ver a sus amigos, a Marilyn, o si el monstruo la había atrapado para siempre en esta pesadilla interminable.

En un rincón de su mente, la esperanza seguía viva, aunque debilitada. Rachel sabía que debía encontrar una forma de escapar de su prisión mental y enfrentar la verdad. La maldición no había terminado, y ella aún tenía que encontrar una forma de romper el ciclo.

Mientras la oscuridad de la noche envolvía el hospital, Rachel miraba por la ventana, esperando que el amanecer trajera consigo una nueva oportunidad. Sabía que su lucha no había hecho más que comenzar.

"Ring Ring es tu fin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora