Arabella está tratando de reconstruir su vida en una nueva ciudad tras dejar atrás una carrera exitosa y una dolorosa ruptura. Mientras lucha por encontrar su camino, un inesperado regreso al modelaje y un reencuentro con viejas amistades la llevan...
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El día se arrastraba lentamente en la sala de pruebas de vestuario, un espacio que había sido transformado en un caos organizado de telas, zapatos y accesorios. Había llegado temprano para asegurarme de estar lista para todo, pero la sensación de que el tiempo se había estancado era casi palpable. Me encontraba rodeada de otras modelos y algunas jugadoras del equipo femenino, todas esperando mientras Kayla dirigía el proceso con una mezcla de eficiencia y entusiasmo que lograba mantener a todos en marcha.
Había tenido una mañana complicada, Erick y yo habíamos estado hablando hasta la madrugada, aquellas llamadas a media noche me afectaron un poco el sueño y por resultado me levanté más tarde de lo debido. Al despertar Erick me había preparado unos Waffles con Nutella de desayuno, aunque me los tuve que comer en el camino.
—¡Chicas, necesitamos probar estas nuevas combinaciones antes de la sesión! —dijo Kayla, su voz llena de energía mientras sostenía un par camisas de la nueva equipación—. Quiero ver cómo se ven con cada conjunto, así que vamos a hacer esto rápido y eficiente.
Las modelos comenzaron a cambiarse en los pequeños vestidores habilitados en una esquina, mientras yo observaba desde una de las sillas cercanas. Cada vez que alguien pasaba por el pasillo del vestuario, un murmullo de entusiasmo o desdén acompañaba su salida. Las probaturas eran rápidas, casi como un desfile de moda en miniatura. Me sentía un poco fuera de lugar, ya que a pesar de ser parte del equipo, todavía no había encontrado mi ritmo en este nuevo entorno.
—¡Arabella, ven aquí un momento! —me llamó Kayla, interrumpiendo mis pensamientos mientras se acercaba con un conjunto de ropa que parecía más adecuado para un evento elegante que para una sesión de fotos deportiva.
Me levanté, ajustándome el vestido de prueba y me dirigí hacia ella.
—¿Qué tal esto? —preguntó Kayla, mostrándome el conjunto con una mezcla de expectativa y duda.
Lo examiné rápidamente. Era un traje deportivo con detalles en neón en color azul, que parecía diseñado para destacar bajo las luces del estadio.
—Me gusta mucho el color —dije —. ¿Cuándo será la sesión de fotos?
—La sesión es dentro de unos días, así que tenemos que apresurarnos con las pruebas. ¡Quiero asegurarme de que todo esté perfecto! —respondió Kayla mientras ajustaba el traje en mi cuerpo—. ¿Qué opinas del diseño?
—Creo que se verá genial en las fotos. Solo espero que sea lo suficientemente cómodo para las poses que haremos —dije, moviéndome un poco para probar la flexibilidad del traje.
Realmente no entendía muy bien el porqué necesitaban unas fotos con un "toque artístico" como lo llamaba Gioto, al fin y al cabo a la gente le importa como juegan, no como visten.
Mientras ajustaba el traje, no pude evitar distraerme mirando a través del pequeño balcón. Desde allí, tenía una vista parcial del gimnasio donde el equipo entrenaba. No era intencional, pero mi curiosidad me llevaba a espiar de vez en cuando. Solo quería ver cómo estaban, aunque me aseguré de no parecer demasiado obvia.
