DIA 7

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Parece ser que quien me cuida ahora, no quería hacerlo, parecía nervioso, parecía que en algún momento tomaría un arma y terminaría conmigo para entonces darle fin a su angustia. Se contenía con el cigarro, el humo y olor llegaban hasta donde yo estaba. Nunca fui fan de ese olor, pero no podía golpear la puerta y decir "No, no fume es asqueroso" después de un rato, mi mente empezó a divagar en mi vida, lo que era, lo que fue y lo que jamás volvería a ser.

Mi madre seguramente estaba angustiada, seguramente estaría buscándome hasta por debajo de las rocas. Mi padre estaría solo apoyándola, pero seguramente en su interior estaría feliz de ya no tener un hijo defectuoso, un hijo que, a pesar de los golpes, de los retiros, de las confesiones, del arrepentimiento constante, no se curo del todo.

Mis amigos debieron darme por muerto, y contando las cosas buenas que hacíamos juntos, también como los problemas en los que metimos. Y aquel chico que me volvía loco, aquel que me hacia suspirar mil veces al día solo podía verlo a lo lejos, era demasiado popular, el jamás se hubiera fijado en mi, pero de haber sabido que tal vez jamás lo volvería a ver, me hubiera acercado, tal vez me hubiera humillado, porque no se veía que le gustaran las mismas cosas que a mi, pero al menos estaría tranquilo de que le hable y que podría estar tranquilo con ello.

Ahora me arrepiento de cosas que no hice y que no dije. 

DEAR DIARYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora