DIA 8

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Querido Diario, hace dos días desde la última vez que escribí. Mis fuerzas están muriendo, y con ellas mis esperanzas, no he comido desde que me sacaron del otro lugar. Este hombre que cuida de mí, no se acercado a mi puerta en ningún momento.

Solo sigo escuchando su presencia en la planta bajo, escucho el teléfono cada cierto tiempo, y un viejo reloj que hace tic- tac. Lo menos que debería importarme ahora es el hambre, parece que hay una ventana que esta cubierta por árboles, con las pocas fuerzas que me quedan me acerco, para notar que esta abierta.

Mi cuerpo es débil, aunque intente salir o escapar, no llegaría muy lejos antes de que se den cuenta de mi huida, y peor aun seria no poder bajar ese árbol. Solté un suspiro, la libertad estaba tan cerca de mi y a la vez mi cuerpo no respondería para tomarla.

Me maldigo por hacer "dietas" por matarme de hambre, ahora tal vez tendría un poco mas fuerza, para al menos llegar a la carretera y pedir un aventón, decir mi situación y ser llevado a casa.

Mientras mi mente divagaba en el sueño de la libertad, la puerta fue abierta. Solo escuche un "Ponte tu venda" esa voz ronca me traía tantos rostros, pero ninguno que recordara con exactitud. Solo obedecí viendo por ultima vez la ventana, anhelando, que no se le ocurriera cerrarla. 

DEAR DIARYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora