Capítulo 3

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—¿No saldrás a cazar víctimas? —Jisung le preguntó a Kun que se estiraba y bostezaba, feliz de haber conseguido dormir un día completo. Después de pasar la mañana con Ryo, había temido que no pudiera dormir durante todo el día. Su hambre estaba de vuelta, quemando su garganta.

—No cazo a nadie. —Kun olfateó, ofendido—. Yo tengo un montón de voluntarios dispuestos a alimentarme.

—Susceptible. —Jisung empujó el hombro de Kun—. Todo lo que estoy diciendo es que eres un vampiro y los vampiros beben sangre. Preferiría que no cenaras de mi familia. —Kun nunca había tenido a nadie tan tranquilo alrededor de él antes. Incluso sus humanos compañeros de cama habían usado la precaución cuando estaban con él.

Jisung tenía razón. Necesitaba una nueva infusión de sangre y no iba a utilizar a la familia de Jisung para reponer lo que había perdido. Poniéndose de pie, miró sus pantalones de algodón de ejercicio. Jisung se los había dado, diciéndole que pertenecieron a su padre, junto con la camisa que llevaba puesta. Pero sabía que no podía salir a la calle sin zapatos o una chaqueta.

Como si hubiera leído su mente, Jisung levantó un dedo. —Mamá fue a la tienda de abarrotes con Ryo. Te traeré un par de zapatillas de mi padre y una chaqueta.

Su pareja se estaba tomando todo esto demasiado bien. Kun comenzó a preguntarse sobre la cordura de Jisung. El shifter encontró un vampiro en el bosque y lo arrastró hasta su casa, lo alimentó, y ahora lo vestía para que saliera a alimentarse de otras personas.

¿Qué estaba mal con esa imagen?

Kun no estaba seguro de sí debería estar inquieto o agradecido.

Jisung regresó y señaló con la cabeza los zapatos en las manos. —Espero que te queden estos. A pesar de que te ves del mismo tamaño que mi padre tenía, parece que eres un poco más grande.

Los tenis deportivos estaban en condiciones estupendas, azul y negro y... Kun nunca había usado tenis en su vida. Examinó los zapatos antes de ponérselos. Movió los dedos de los pies y se preguntó cómo alguien podría... oh, se sentían bien. Se puso de pie y caminó alrededor de la habitación, rebotando sobre sus talones y sonriendo ante el empeine acolchado.

—¿Por qué tengo la sensación de que nunca has usado zapatillas tenis? —Jisung preguntó mientras dejaba la chaqueta en la cama.

—Porque no las he usado. —Pero le gustaron.

—¿Qué clase de infancia tuviste? —Jisung preguntó con escepticismo—. No puedo creer que nunca hayas usado tenis.

Kun agarró la chaqueta y se la puso. El ajuste era perfecto. —¿Qué edad crees que tengo? —Se subió la cremallera del frente y miró hacia la puerta del dormitorio. Ahora que estaba listo para salir a la calle, dudó.

—No lo sé. Te ves como si estuvieras en tus treintas. —Jisung se frotó la barbilla—. Pero ya que eres un vampiro, podría estar equivocado. 

—Tengo novecientos veinticinco años de edad, Jisung. —Kun jaló las mangas. Aunque no era el material que normalmente llevaba, el padre de Jisung había tenido muy buen gusto. El cuero era real y olía muy bien. Pasó la mano por el brazo, deseando tener uno de sus trajes cortados a mano en estos momentos. Una manicura y un corte de cabello no le dolerían.

—No sé si sufres de alucinaciones o dices la verdad —dijo Jisung—. Voy a ir por el delirio hasta que mi cerebro pueda aceptar esa respuesta.

Kun quería inclinarse y besar a Jisung, para probar esos lindos labios y sentir al shifter contra su cuerpo. Pero no confiaba en su hambre. Hasta ahora había sido capaz de controlar el fuego volcánico en la garganta, pero no lo haría por mucho más tiempo. Tenía que alimentarse primero, y luego se ocuparía de su pareja.

Por siempre tuyo -KunSung-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora