Capítulo 4

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Jisung se congeló con Ryo en sus brazos mientras sus ojos se deslizaron a su madre. Ryo se movió para liberarse, pero Jisung estaba demasiado ocupado teniendo un ataque al corazón para darse cuenta. ¿Le creería a Ryo y subiría, exigiendo saber quién era Kun? Park Boah era una gran madre, pero Jisung no estaba seguro de hasta qué punto tendría que presionar antes de que le aparecieran cuernos y empezará a escupir fuego.

Y él no quería averiguarlo.

Doblando una de las bolsas de papel, su mamá les sonrió.

—Por qué no vas a jugar con el vampiro de Jisung, mientras que tu hermano guarda el resto de la comida que compraste.

¿En serio? Jisung esperó un segundo más hasta que Ryo comenzó a mover sus piernas, golpeándolo en las rodillas. Jisung dejó a Ryo abajo y su hermanito se fue arriba. Jisung estaba a cinco segundos de perseguirlo.

Su madre no le había creído a Ryo —por suerte— pero Kun no había estado del mejor de los humores cuando Jisung había salido. ¿Qué si se comía a su hermanito? Nunca en su vida Jisung había guardado los comestibles con tal velocidad. Él estaba doblando las bolsas de papel y guardándolas en menos de cinco minutos. 

—¿Tienes prisa? —La rubia ceja de su madre subió antes de que Jisung asintiera y subiera. Pero Ryo era el menor de sus problemas.

Sohee estaba en la puerta de Jisung, con los brazos cruzados sobre su pecho, sus ojos penetrantes, mientras miraba hacia el dormitorio.

—Entonces, ¿si te rocían con agua bendita, te derrites? —Sohee sonrió. Jisung sintió como si su corazón se iba a salir de su pecho. ¿Qué infiernos estaba haciendo su hermano? ¿Cómo Sohee había descubierto que Kun era un vampiro? Ryo debió habérselo dicho a Sohee.

—Supongo que nunca has estado cerca de agua bendita —Kun respondió desde algún lugar de la habitación.

Tenía a Sohee en eso.

—Bien, está bien. —Sohee frunció el entrecejo, la frente arrugada—. ¿Qué pasa con el ajo?

—Me encanta el olor a ajo —declaró Kun y Jisung podía oír la diversión en el tono del vampiro—. Es fuerte.

Sohee levantó las manos y luego clavó un dedo hacia el dormitorio. —Entonces, ¿qué es real y qué es un mito?

—Tu inteligencia es un mito. —Jisung sacó a Sohee fuera de su camino—. Por favor, dime que no has estado comprando lo que Ryo dice. —Jisung levantó una ceja—. Pensé que eras más inteligente que eso.

—Sólo estaba metiéndome con él. —Sohee miró a Kun por un momento más antes de darse la vuelta y dirigirse a su dormitorio—. Además, no puedes esconderlo de mamá para siempre.

—¿Esconderlo de mí?

Jisung casi saltó fuera de su piel, ya que su madre subía los escalones, mirando a Sohee y a Jisung.

—Vamos, muchachos. Saben que no debemos guardar secretos aquí.

Si ella supiera. Jisung tenía tantos secretos que podía oír los esqueletos traquetear en su armario. Su mamá pasó a Jisung y entró en su dormitorio. Jisung contuvo el aliento, esperando el desastre. 

—¿Con quién hablas, Ryo? —preguntó su madre. Jisung se asomó a su dormitorio, pero Kun no estaba a la vista. La manta estaba fuera de la ventana y estaba abierta solo un poco.

—Con el vampiro de Jisung —Ryo dijo mientras señalaba hacia la ventana abierta—. Él iba a tener una fiesta de té conmigo.

—Quizás él regresara más tarde. —Le revolvió el cabello a Ryo.

Por siempre tuyo -KunSung-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora