Capitulo 8 |Conversaciones Nocturnas

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Gemini llegó a su hogar, una mansión en el corazón de Bangkok, donde la elegancia y el lujo se fusionaban con una atmósfera de frialdad y silencio. Aunque acostumbrado a la soledad que esas paredes le ofrecían, esa noche había algo diferente en el aire. El día había sido intenso, y a pesar de su usual compostura, no podía dejar de pensar en Fourth. Sus sentimientos, normalmente controlados con precisión, parecían desbordarse en su mente.

Mientras tanto, en su penthouse, Fourth se dejaba caer en el suave sofá de la sala de estar, mirando las luces de la ciudad a través de las amplias ventanas. La sesión de fotos había sido extenuante, pero lo que más ocupaba sus pensamientos era el dulce momento que había compartido con Gemini esa mañana. Un suspiro escapó de sus labios mientras su mente vagaba, recordando cada detalle del día que acababa de terminar.

Gemini, tumbado en su cama, tomó su teléfono y miró la pantalla, dudando por un momento. Finalmente, decidió llamar a Fourth. Necesitaba escucharlo, conectar con él de una manera más profunda que cualquier otra conversación que hubieran tenido antes.

El teléfono sonó dos veces antes de que Fourth contestara, su voz suave y cargada de una calidez que hizo sonreír a Gemini al instante.

–Hola –dijo Gemini, tratando de sonar casual, aunque una ligera sonrisa se escapaba en su tono.

–Hola –respondió Fourth, acomodándose mejor en el sofá–. No esperaba tu llamada.

–Yo tampoco esperaba llamarte –admitió Gemini, sintiendo cómo las palabras fluían con naturalidad–. Pero creo que necesitaba escuchar tu voz antes de irme a dormir.

Fourth se sonrojó un poco, sintiéndose repentinamente vulnerable ante la honestidad de Gemini. –Es agradable saber eso.

Durante los primeros minutos, la conversación giró en torno a trivialidades: cómo habían terminado el día, lo que habían cenado, y qué planes tenían para el día siguiente. Sin embargo, ambos sabían que había algo más profundo que querían compartir.

–Gemini... –empezó Fourth después de un rato de silencio cómodo–. Nunca te he preguntado mucho sobre tu familia. ¿Cómo son?

Gemini suspiró, sintiendo que esta conversación iba a explorar territorios más personales. –Bueno, tengo una familia bastante estricta. Mi padre es un hombre de negocios, muy enfocado en mantener la reputación de la familia. Mi madre... es similar a él, aunque sufre mucho por las expectativas que mi abuelo impone sobre todos nosotros. Mi abuelo es una figura imponente, alguien que cree firmemente en las tradiciones y en mantener el estatus. No tengo hermanos, así que toda la presión recae sobre mí.

Fourth asintió en silencio, comprendiendo la carga que Gemini debía soportar. –Suena... complicado. Pero entiendo lo que dices. Mi situación es similar, aunque de una manera diferente.

–¿Cómo es tu familia? –preguntó Gemini, curioso por saber más sobre la vida de Fourth.

–Bueno –comenzó Fourth, con un tono reflexivo–, mi familia es pequeña. Solo somos mi madre y yo. Ella es una modelo famosa, siempre ha sido el centro de atención, y eso ha significado que también se esperan grandes cosas de mí. No tengo hermanos, así que toda esa presión se ha acumulado sobre mí también. Pero ella es increíble, a pesar de todo. Hemos estado solos durante mucho tiempo, y tenemos una relación bastante cercana.

Gemini sonrió, sintiéndose más conectado con Fourth después de escuchar su historia. –Parece que ambos entendemos lo que es vivir bajo la sombra de expectativas altas.

Fourth soltó una risa suave. –Sí, parece que sí.

La conversación continuó fluyendo con naturalidad, y ambos comenzaron a hablar sobre sus amigos cercanos, las pocas personas en quienes podían confiar plenamente.

–Tengo un amigo muy cercano, Phuwin Tang –dijo Gemini, con un tono de afecto en su voz–. Nos conocemos desde hace años, y aunque no compartimos todo, es una de las pocas personas en quienes confío completamente. Donde quiera que vamos, la gente siempre comenta lo mucho que nos parecemos. Algunos incluso bromean diciendo que somos gemelos.

Fourth rió, imaginando la escena. –Debe ser agradable tener a alguien así. Yo también tengo un amigo íntimo, Mark Pakin. Él es como un hermano para mí. Nos conocemos desde la infancia, y siempre ha habido una especie de aura traviesa entre nosotros. Nos cuidamos mutuamente y siempre hemos estado ahí el uno para el otro.

–Suena como una gran relación –comentó Gemini, sintiendo un toque de envidia por la cercanía que Fourth tenía con Mark.

–Lo es –admitió Fourth–. Me ha ayudado en muchos momentos difíciles, y aunque a veces es un poco imprudente, no podría imaginar mi vida sin él.

La conversación continuó durante tres horas, en las que se compartieron secretos, recuerdos y risas. Ambos se sintieron más conectados que nunca, como si esa llamada hubiera profundizado el vínculo que estaban comenzando a construir.

Finalmente, Fourth, agotado por el largo día, comenzó a quedarse dormido, sus respuestas volviéndose cada vez más lentas y espaciadas.

–Creo que necesitas descansar –dijo Gemini, con una sonrisa en la voz.

–Sí, creo que sí –murmuró Fourth, sus palabras arrastrándose por el sueño.

–Duerme bien, Fourth –dijo Gemini suavemente, sintiendo un calor reconfortante al escuchar la respiración pausada de Fourth al otro lado del teléfono.

–Buenas noches, Gemini –respondió Fourth, antes de caer en un sueño profundo.

Gemini permaneció en la línea unos momentos más, escuchando la tranquila respiración de Fourth antes de colgar el teléfono con una sonrisa. Sabía que esta conexión, esta cercanía, solo era el comienzo de algo mucho más profundo entre ellos.

Enredados en el Secreto del Amor  | GeminiFourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora