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La Sombra del Caos

Aria, ahora con 16 años, había experimentado casi toda clase de desafíos, pero hoy enfrentaría el mayor de todos. Su misión era causar caos en los pueblos de hadas y gigantes. Con su armadura siempre reluciente, se colocó su casco, el cual muy pocas veces se quitaba. Tanto era así que los únicos que podían ver su rostro eran Ardberck y Arthur, su amado. Sí, Aria tenía sentimientos por él, y él por ella, aunque aún no eran nada oficial.

-Aria: Hoy es el día, Ardberck. Estoy lista para demostrar mi poder -dijo, ajustando su casco.

-Ardberck: Recuerda, Aria, la fuerza debe ser usada con sabiduría. No dejes que el caos te consuma -respondió, con una mezcla de orgullo y preocupación.

Por su parte, todos los caballeros del caos habían olvidado el bello rostro de Aria. Si alguno lo recordaba, tenía prohibido compartir información sobre ella y no era posible siquiera escribirlo. Aria estaba satisfecha con esto, ya que imponía un aura de misterio. Sin embargo, no sabía que la verdadera razón era porque era la viva imagen de su madre en su juventud. Además, en el reino de Liones, la seguían buscando sin descanso alguno.

-Aria: Me gusta que nadie sepa quién soy realmente. Me da una ventaja -pensó, mientras montaba su caballo y se preparaba para partir.

Arthur, observándola desde la distancia, sentía una mezcla de orgullo y temor. Sabía que Aria era poderosa, pero también sabía que su misión la llevaría a enfrentarse a grandes peligros.

-Arthur: Aria, ten cuidado. No quiero perderte -murmuró, aunque sabía que ella no podía escucharlo.

Mientras tanto, en Liones, Elizabeth y Meliodas continuaban su búsqueda incansable.

De vuelta en Camelot, Aria lideraba a sus compañeros caballeros del caos hacia los pueblos de hadas y gigantes. Aunque su misión era causar caos, en su corazón sentía una extraña conexión con el cielo y una sensación de que alguien, en algún lugar, la estaba recordando.

-Aria: No sé por qué, pero siento que hoy es un día especial. Algo está cambiando -pensó, mientras avanzaba hacia su destino.

Por otro lado

Persival estaba hablando don Nasiens sobre lo importante que era el valle para el, por otro lado Sin estaba viendo al caballero del caos quien murmuraba sobre alguien llamado "Ar" ya lo habían derrotado sin embargo murmuraba cosas

-Caballero del caos: Ar...... Ella es la sombra que se cierne sobre nosotros, la tormenta que arrasa con todo a su paso. No hay piedad en su mirada, solo un abismo de oscuridad y determinación. La he visto en el campo de batalla, su espada danzando como un relámpago, cortando a través de nuestros mejores guerreros como si fueran simples hojas al viento. Su armadura, siempre reluciente, es un símbolo de su invulnerabilidad, pero es su mente la que realmente aterroriza. Cada movimiento, cada estrategia, está calculado con una precisión fría y despiadada. No hay lugar para la compasión en su corazón, solo un deseo insaciable de caos y destrucción. Y aunque su rostro está oculto tras ese casco, sus ojos... sus ojos son los de un depredador, siempre vigilantes, siempre buscando la próxima presa. Aria... es la encarnación misma del caos, y temo que no hay fuerza en este mundo capaz de detenerla. Y su nombre real es...-

Sin embargo perdió la vida antes se poder completarlo o mejor dicho algo se la quito.

Perdida, Pero Jamás Olvidada 【LANCELOTXOCXARTHUR】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora