El bosque enredado.
Aria avanzaba con cautela por el bosque enredado, sus sentidos agudizados y su mente alerta. Sabía que el poder mágico de los jinetes del apocalipsis estaba cerca, y no podía permitirse ningún error. Mientras tanto, los otros caballeros, ansiosos por el reconocimiento del rey, se movían sin pensar, dejando rastros de su presencia mágica.
Sin, consciente de la enorme presencia mágica que se acercaba, se sentía observado. Captaba la presencia de Aria, aunque no sabía de dónde venía. Aria, oculta entre las sombras, observaba cada movimiento, lista para intervenir si era necesario, pero consciente de que debía ser paciente y estratégica.
El bosque parecía interminable, un laberinto de árboles y sombras que desafiaba a cualquiera que intentara atravesarlo. Aria sabía que debía mantenerse oculta y esperar el momento adecuado para actuar. Mientras tanto, los recuerdos de Ardberck y su traición seguían pesando en su corazón, pero también le daban la determinación necesaria para seguir adelante.
Aria observó cómo aquellos caballeros atacaban sin cesar. Quería participar en aquella pelea, pero no podía arruinar su plan. La batalla era épica, llena de magia y técnicas impresionantes. Sin embargo, cuando todo parecía ganado por el pelotón de Persival, las cartas en la mesa se voltearon. De un momento a otro, los caballeros del caos habían combinado sus habilidades, pensando por fin de manera estratégica.
Aria estaba a punto de intervenir y unirse a la pelea cuando uno de ellos habló:
Caballero del Caos: -A la señorita Ar le encantará saber que nos encargamos de su trabajo. Así nos dará un halago frente a su futuro prometido -dijo con ilusión.
Sin embargo, su objetivo cambió drásticamente, ahora yendo por el zorro Sin. El chico de cabello verde, Persival, golpeaba el cubo perfecto como si sirviera de algo. Merlin, antigua miembro de los Siete Pecados Capitales, le había enseñado que no había algo más fuerte que el cubo perfecto y que la única manera de destruirlo era con la cancelación absoluta. Podría usarlo si quisiera, pero no quería; sin él, sería mucho más fácil acabar con Persival.
Aria, oculta entre las sombras, observaba cada movimiento. Sabía que debía esperar el momento adecuado para intervenir. La tensión en el aire era palpable, y Aria sentía cómo su corazón latía con fuerza. La batalla estaba en un punto crítico, y cualquier error podría ser fatal.
Sin embargo, el zorro Sin reveló su verdadero poder, tomando una forma más humana. Ahora se presentaba como Lancelot, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis. Lancelot era un joven de apariencia imponente, con cabello rubio y ojos carmesies que irradiaban una mezcla de determinación y serenidad. Vestía una ropa ligera que permitía una gran movilidad, y su presencia emanaba una fuerza y confianza inquebrantables.
La batalla dio un giro inesperado cuando Lancelot comenzó a derrotar a los caballeros del caos con mucha facilidad, como si fueran simples moscas. Esquivaba sus ataques con una agilidad sorprendente, moviéndose con una gracia casi sobrenatural. Esto llamó la atención de Aria, quien estaba escondida entre las sombras, ocultando su poder mágico.
Aria no sabía qué pasaría después. De repente, el cubo perfecto se rompió. Aria no supo cómo, ya que estaba más enfocada en el chico lindo que estaba justo a unos cuantos metros de ella. La presencia de Lancelot la intrigaba y la desconcertaba al mismo tiempo.
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Perdida, Pero Jamás Olvidada 【LANCELOTXOCXARTHUR】
FanfictionEn el corazón de Britannia, nacen dos gemelos destinados a cambiar el curso de la historia. Tristan y Aria, hijos de Meliodas y Elizabeth, comparten un vínculo inquebrantable desde su nacimiento. Pero cuando una misteriosa enfermedad amenaza con arr...