Desde hace un tiempo, un joven le ha pedido a Karin pequeños trabajos fuera de su oficio como prostituta. La constante cooperación, ha hecho que ella se enamore de él, aunque sabe que difícilmente alguien se enamoraría de ella. Sin embargo, nace una...
Hoy es turno de esta historia para actualizarse, y aunque estamos a primero de septiembre, el capítulo entra en la actualización de agosto.
Espero que este capítulo sea de su agrado y también espero poder subir el capítulo que corresponde a septiembre, dentro del mes, para no hacer confusiones.
Sin más por el momento, los dejo con la actualización n.n
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En cuanto la anfitriona pronunció la palabra, se oyeron varias risitas contenidas en el salón, además de algunos murmullos que repetían "zorra".
No era difícil saber que la anfitriona, con apoyo de los invitados, intentaban hacer que Sasuke me llamara "zorra" frente a todos, especialmente cuando se suponía que aquellos que ayudaran a algún participante, serían descalificados del evento principal. Sin embargo, la anfitriona hacía oídos sordos.
Realmente no me importaba que Sasuke me llamara zorra, pues era inevitable que la palabra meretriz y la limitación de palabras que iniciaran con z lo evocara a ello y no porque verdaderamente quisiese llamarme así. Sin embargo, una parte de mi deseaba que no lo hiciera, para no darle gusto a esta gente que, sin duda estaba a la expectativa de que así fuera.
Para no darles la satisfacción de verme abrumada a aquellos que lo deseaban, me mantuve seguida, con la cabeza en alto mirando a Sasuke, quien, sin tardarse, me volteó a ver con mucha seguridad.
—Zarina —me sonrió haciendo una suave reverencia y las burlas se callaron de inmediato.
—Audaz —dije sin mirar a la persona a mi izquierda, pues le sonreía a Sasuke.
La persona que debía dar otra palabra con z terminó siendo eliminado, ya que muy probablemente la mujer a su lado era su pareja y no quería usar la palabra más obvia, y no había conseguido pensar en una diferente antes de que el tiempo se agotara.
El juego siguió su curso y poco a poco los jugadores fueron eliminados.
Ya no hubo más intentos para que Sasuke me ofendiera, quizá porque el tiempo no les permitía pensar en algo ingenioso como había hecho la anfitriona, y para la mitad del juego, tanto él como yo seguíamos como participantes.
—Felicidades a los que permanecen en la contienda —aplaudió la anfitriona— A partir de ahora, deberán unir las palabras con la última sílaba —nos recordó— Cambiemos el orden en sentido contrario.
La segunda ronda terminó en mucho menos tiempo que la primera y al finalizar, la anfitriona repartió los premios iniciando por el quinto lugar, pasó con el cuarto, luego con el tercero y...
Al llegar conmigo, podía notar que aquella mujer se veía descontenta a pesar de sonreírme, y se tomó su tiempo para la entrega.
—Felicidades, señorita. No creí que llegaría tan lejos —señaló la charola que llevaba el relicario en forma oval— Es una lástima que su premio deba permanecer vacío.