Siento como si un camión me hubiese pasado por encima y no me refiero a la borrachera de anoche... bueno eso también pero no es uno de mis principales problemas, si no, es que Olivia, está prácticamente encima de mi como si yo fuera un colchón andante.
Trato de apartar el cuerpo no tan pesado de Olivia para coger mi teléfono y ver la hora. Un minuto o dos, sabrá Dios cuántos, por fin logro safarme de Olivia, giro un poco mi cuerpo hacia la mesita de noche y agarro mi teléfono.
Veo la hora y joder son las 12:00 del día , menos mal que hoy es sábado porque si fuera lunes estaría muy mal la verdad. Levanto mi perezoso cuerpo de la cama, voy al cuarto de baño para asearme y vestirme. Cuando salgo del baño veo a Olivia incorporándose en la cama.
— ¿Qué hora es? —pregunta aún con los ojos entrecerrados para que la luz no le dé directo en ellos.
— Básicamente son las 12:00 del día — informo recogiéndome el pelo.
—Me cago en la puta, tengo que irme — se levanta tan rápido que ocasiona que choque contra la esquina de la cama— ¡Mierda!
Sin poder evitarlo me empiezo a reír de ella, la cual me mira en estos momentos con cara de "haces un comentario y te aviento lo primero que me encuentre "
Hago como si me estuviera cerrando la boca con un zíper y se va directo a su cuarto. A lo que yo hago lo mismo y voy con intención de ir a la cocina para desayunar pero, ya Nana lo había preparado.
¿Desayunar? Dirás para almorzar no? Porque ya son las 12:00 del mediodía listilla.
— Buenos días Nana —le doy un beso en la frente.
—Dirás buenas tardes ¿no? Acaso ¿no ves la hora que es ya?— dice con una pequeña sonrisa en el rostro.
—Bueno si es verdad, que preparaste para almorzar, tengo un hambre que me puedo comer un elefante entero.
—Deja de ser tan exagerada Madie.
—Lo siento Nana, pero no puedo, eso lo llevo en la sangre —sonríe y empieza a negar con la cabeza.
— Deja de hablar tanto y siéntate anda que se te enfría el almuerzo.
— Tan mandona —le hago caso y me siento en el comedor, unos minutos después llega Nana con una bandeja con un plato de pasta, que huele mmmmm, delicioso.
Almuerzo un poco de la deliciosa pasta que preparó Nana, trago una cucharada de pasta y le pregunto a Nana:
—¿Mmm Nana no hay que ir hoy al supermercado? Es que voy a pasar por ahí y de paso compro lo que haga falta.
Y antes de que ella pueda hablar se escucha unos pasos acelerados bajando las escaleras, y claro sale Olivia muy apurada.
— Se puede saber ¿a dónde vas? — interrogo cómo casi siempre.
— Tengo que ir a casa de mis padres para un almuerzo familiar o algo así que se yo como es la cosa, lo único que sé es que voy tarde, adiós, las amo —nos tira un beso y se marcha de la casa.
— Bueno, te voy a dar lo qué hay que comprar —va a la cocina y al regresar me entrega un pedazo de papel con las cosas qué hay que comprar.
— Está bien, Nana dentro de un rato regreso —me despido.
Dicho eso me encamino hacia la puerta, salgo y cierro detrás de mi espalda. Voy directo al elevador y marco el primer piso, espero unos minutos hasta que indica que ya llegué a la primera planta, las puertas de cristal se abren y paso. Ando caminado por una de las ceras de Nueva York a decir verdad es un país muy lindo tiene unas vistas preciosas, unas tradiciones bonitas y ni hablar de lo rica que es la comida en Nueva York.
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Sinag©️[En curso]⚡️
RomanceMadie Addison: Una joven artista apasionada y de espíritu libre, cuyo brillo ilumina como un rayo de luz. Su rutina diaria se centra en su amor por el arte y el dibujo, mientras que por la noche se transforma en un alma vibrante que disfruta de las...