Capítulo 18

7 4 0
                                    

Me remuevo en la cama y me incorporo poco a poco, pegando mi espalda al respaldar. Me froto los ojos con las manos y los abro lentamente. La cabeza me empieza a palpitar y siento leves mareos, así que cierro un poco los ojos antes de volver a abrirlos. Tengo la boca reseca; trago saliva y me paso la lengua por los labios. Miro hacia la mesita de noche que está al lado de mi cama, estiro el brazo para abrir la gaveta y sacar una pastilla para el dolor de cabeza.

Saco los pies de la cama y me pongo las pantuflas que están cerca. Al mirarme, me doy cuenta de que aún llevo puesto el bikini de anoche.

De momento, algunos recuerdos de la noche anterior empiezan a llegarme: yo bailando sobre una mesa, Stevans apartando a quienes estaban alrededor, y lo último que recuerdo es estar montada en un carro.

Salgo de la cama y abro la puerta. Arrastro los pies por el pasillo y bajo las escaleras más lento de lo normal. La cabeza me vuelve a palpitar, así que me sostengo del marco de la puerta de la cocina, donde está Nana, quien gira su cuerpo y me mira.

—¿Cómo estás, mi niña? —pregunta mientras gira la tortilla en el sartén.

—Con una resaca horrible, me duele todo —digo mientras me siento en uno de los taburetes.

Nana abre el refrigerador, saca un jarro con agua y me sirve un poco. Me lo tiende y yo lo acepto. Saco la pastilla que había cogido y me la pongo en la lengua; le doy un trago al agua para que baje hasta mi estómago.

Lógico, tiene que bajar al estómago; ni modo que se te vaya para el orto.

Me paso las manos por el pelo y, de repente, me dan arcadas. Me bajo del taburete a toda velocidad y voy directo al baño que hay en la primera planta. Abro el retrete y expulso todo lo que tengo en el estómago. Empiezo a sudar; unas gotas de sudor caen por mi barbilla. Cuando se me quitan los deseos de vomitar, voy hacia el lavamanos y me echo agua por toda la cara, limpiándomela con cuidado. Me seco con mi toalla antes de salir del baño. Salgo de este y subo directamente las escaleras hacia mi cuarto. Al entrar, lo primero que hago es meterme en el baño y encender la ducha con agua tibia. Me voy desvistiendo y dejo la ropa en una esquina del baño. Me meto bajo el chorro de agua y empiezo a enjabonarme; una vez bien enjabonada, vuelvo a ponerme bajo el chorro. Cierro la ducha, cojo una toalla y empiezo a secarme; luego me envuelvo con ella antes de salir del baño. Voy al clóset, saco unos shorts negros y una blusa de tirantes morada, así como unas bragas y un sujetador. Me visto rápidamente antes de ir a la cómoda donde tengo mi peine; empiezo a desenredarme el pelo.

Justo cuando suena mi móvil, me giro buscando dónde podría estar; lo encuentro en la cama. Me acerco rápidamente para contestar.

—¿Diga?

—Cielo, cariño, soy yo —reconozco la dulce voz de mi mamá.

—Oh mamá, ¿cómo estás?

—Bien cariño; te llamaba para decirte que voy a pasar unos días allá contigo —dice emocionada.

Una oleada de emoción me invade repentinamente; no puedo evitar sonar como una niña pequeña:

—¿Y cuándo vienes?

—Llego pasado mañana; cielo, ¡te tengo una sorpresa! —literalmente chilla.

Una sonrisa se forma en mis labios solo al pensar que voy a volver a ver a mi mamá después de casi un año sin vernos. Mamá vive en Argentina, donde nació, mientras que papá es de Nueva York. Dos países completamente distintos. Aún no sé muy bien cómo se conocieron mis padres, pero tampoco quiero tocar temas sensibles.

—Está bien, mamá, besos. Luego te llamo, ¿vale?

—Claro, cielo. Cuídate, cariño. —Cuelgo cuando termina de hablar.

Me termino de arreglar y bajo las escaleras de dos en dos. Voy directo a la sala donde están Olivia y Nana sentadas una al lado de la otra, mirando la película "El Titanic". Sonrío un poco cuando giran levemente la cabeza y me siento al lado de ellas. Cojo uno de los potes de helado de chocolate y una cuchara de plástico y empiezo a ver la película junto a ellas.

                                  (...)

Olivia está a mi lado hecha un mar de lágrimas; siempre que ve esa película, al final termina llorando. Le paso la mano por la cabeza distraídamente cuando mi teléfono vibra con un mensaje nuevo. Antes de responder, me fijo en la hora: son las 5:30 p.m. Abro el mensaje:

*chat*

Stevans: Ey, mañana, ¿qué vas a hacer?

Madie: Mmm, nada, estar en casa. ¿Por qué?

Formulo la respuesta y le doy a enviar. Viro el teléfono boca abajo cuando vuelve a vibrar en la palma de mi mano.

Stevans: Bueno, ¿quieres que te vaya a ver?

Madie: ¿Vas a traer helado de chocolate?

Stevans: Vale *emoji rodando los ojos*, nos vemos.

Madie: Ok.

Tecleo esa mini respuesta y luego suspiro. No me había dado cuenta de que Olivia ya había parado de llorar y ahora estaba mirando atentamente mi celular encendido en el chat de Stevans. Esta me mira con una ceja alzada y una sonrisa —pero una muy grande en el rostro—.

—¿Qué está pasando aquí? Que no me has contado nada.

Creo que te atraparon, pequeña Madie.

Joder, y yo pensando que me había librado de ti.

Pues, ya ves que no.

—No pasa nada, Oli. —Al parecer no me cree por la forma en que me mira—. Mañana viene aquí. ¿Contenta?

—¡¡Lo sabía!! ¡¡Lo sabía!! —Se levanta del sofá y empieza a dar brincos de aquí para allá; parece que cogió complejo de foca porque empezó a aplaudir también—. ¡USTEDES TIENEN ALGO!

—¡No!—la respuesta salió rápido de mi boca y es cuando Olivia para de golpe los brincos y los aplausos.

—¿Cómo que no? —pregunta ella desconcertada.

—No tenemos nada, Oli; solo viene mañana aquí a pasar el rato, nada más —digo tímida y jugueteando con las puntas de mis dedos. Mierda, ¿por qué me pongo así solo por decir eso?

—Ya verás que ustedes van a acabar juntos; lo presiento —dicho eso sale de la sala.

A lo que yo hago lo mismo; me tranco en mi cuarto y me tiro sobre la cama.

¿Llegaré yo a sentir algo por Stevans? Porque la manera en que se me acelera el corazón cada vez que está cerca no es normal, ¿no? ¿Tendré sentimientos por él a medida que lo iré conociendo? Porque cada vez que hablo con él me quedo mirándolo como si estuviera observando una obra de arte. ¿Pasará algo entre nosotros? Son preguntas que me hago y aún no tengo respuesta, pero supongo que con el tiempo obtendré las respuestas a esas preguntas.

Nota de la autora:

Holaaa mis amores en serio perdónenme por no actualizar todo este tiempo. Perdón lo siento mucho. Les prometo que ya empezaré otra vez a actualizar.

Vamos a volver a retomar esta bonita historia de Stevans y Madie.

Sin más me despido de ustedes♥️.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 24, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sinag©️[En curso]⚡️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora