💍 Capítulo 1: La boda 💍

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Aria.

—Te ves preciosa, eres idéntica a Lilian —mi padre se vuelve melancólico cuando me ve con el traje de novia—

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—Te ves preciosa, eres idéntica a Lilian —mi padre se vuelve melancólico cuando me ve con el traje de novia—. Sé que todo ha sido muy difícil, pero créeme que las cosas pueden resultar mejor de lo que piensas, princesa.

Sonrío forzada. —Todo sea por la tradición y el apellido Belmont, ¿no, padre?

Limpia una lagrima de mi mejilla. —Te lo hemos dicho muchas veces pero mírate en el reflejo de tu madre. La prometieron conmigo cuando tenía tu edad y fuimos muy felices hasta el día que murió.

Ojala pudiera pensar que mi historia con Yoongi será igual de fructífera que la de mis padres pero es evidente que lo que menos queremos es estar cerca uno del otro, además mi padre sabe mejor que nadie que mi corazón ya tiene dueño. 

—Señorita Aria, Fiscal Belmont, la limosina los espera para ir al salón. —Anuncia Fred, el mayordomo de la casa.

—¿Podría tomarme unos minutos a solas antes de irnos, por favor?, quiero repasar una última vez mis votos.

Mi padre abandona un beso comprensivo en mi frente. —Claro que sí, princesa. Te veo en un momento.

Tomo la cola de mi vestido para caminar de un lado a otro, repitiendo cada palabra escrita en el correo de Leslie pero mi concentración se ve perjudicada cuando la puerta se desliza otra vez.

No puede ser.

—Aria —Jimin aparece frente a mí vistiendo un fino traje color beige. Detalla mi vestido de novia y por ultimo mi peinado. Su expresión carente de emoción me lo dice todo—. Tu padre está en la limosina así que no hay peligro.

—Aun así, alguien más te puede ver —susurro con temor a que la servidumbre escuche nuestras voces—, nos podemos meter en un problema grave si te descubren, por favor vete, recuerda lo que pasó la última vez

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—Aun así, alguien más te puede ver —susurro con temor a que la servidumbre escuche nuestras voces—, nos podemos meter en un problema grave si te descubren, por favor vete, recuerda lo que pasó la última vez...

Me toma de las muñecas, ignorando mi petición. —Sé lo que pasó —me acorrala en una de las esquinas del salón, subiendo sus manos a mis mejillas—, pero ayer fue tu cumpleaños y... —se le corta la voz—, no podía pasar desapercibido, nunca podría.

Dulce obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora