💍 Capítulo 11: Dulce obsesión pt. 1 💍

2.3K 256 239
                                    

Capítulo 🔞 / Se recomienda discreción.

Yoongi.

Quiero destrozarla y consumir cada maldita parte de su exquisita figura

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Quiero destrozarla y consumir cada maldita parte de su exquisita figura. He esperado lo suficiente para hacerlo. Me he olvidado de remordimientos burdos porque la tengo aquí y ahora completamente necesitada de mí tanto como yo lo estoy de ella.

Oh, cariño, no tienes idea de lo que has hecho conmigo.

La suave tela de su vestido termina en el suelo, para mi buena suerte no lleva sostén, por lo que sus perfectos senos acaparan mi campo de visión. Esos pezones tan duros y erizados necesitan ser atendidos. Y vaya que lo haré.

—No te quietes las bragas, de ellas me encargaré yo mismo. —Aria se queda quieta, semidesnuda y pareciendo más inocente que antes. Giro a su alrededor para visualizar si piel trigueña y oler su perfume natural—. ¿Notaste cómo te veía la mayoría de mis colegas?

—Eh, no... yo... no les puse atención.

—Excelente respuesta. —susurro sobre su hombro desnudo—, puesto que tu atención me pertenece solo a mí. 

Aria jadea ante el contacto de mi aliento en su piel. —Pero si noté como todas esas mujeres te miraban, en especial Gema.

Me separo y llevo mis dedos a sus pezones para estimularlos suavemente puesto que no están húmedos. Pero ya lo estarán.

—¿Esas celosa?

—S... Si.

—Que tierna, —bajo la mano izquierda hasta su entrepierna. Sus bragas están mojaditas como siempre—. Mira nada más, estás empapada y no he hecho gran cosa.

—No puedo evitarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puedo evitarlo... —casi se queda sin voz por el rose de mis dedos en la tela—, tú me provocas eso y más...

Gruño en voz baja, la tomo del cabello con ligereza y la obligo a caminar hasta el rincón fetish. Extiendo sus manos en diagonal hacia arriba y coloco las esposas, inmovilizándola. Al terminar me hinco y repito la acción con sus delicados tobillos. Tengo a Aria esposada, abierta de piernas y de brazos solo para mí. El erotismo y la perversidad se potencializan cuando arranco sus finas braguitas, dejándola desnuda a mi merced, mientras yo sigo vestido.

Dulce obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora