💍 Capítulo 8: Dulces sueños, cariño 💍

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Aria.

Tras colocarme el traje de baño, me dispongo a recostarme sobre uno de los camastros que se encuentran ubicados alrededor de la gigante piscina del club Elite

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Tras colocarme el traje de baño, me dispongo a recostarme sobre uno de los camastros que se encuentran ubicados alrededor de la gigante piscina del club Elite. Esta tarde me pareció buena idea invitar a Charlotte para ponernos al día sobre los últimos chismes, pues desde que trabajo con Yanin en la difusión de la feria de las culturas y avanzo en el proyecto de la fundación, no hemos tenido tiempo de convivir.

Mi parlanchina amiga aparece unos minutos después envuelta en un sensual bikini color blanco. Nos saludamos con la efusividad de siempre y sin más preámbulos le cuento lo sucedido hace dos semanas entre Jimin y Yoongi.

—A eso me refería cuando te dije que las cosas podían salir mal. Gracias a dios tu marido no es un chismoso y no le contó nada a tu padre. —Se hace un moño alto—. ¡Imagínate la que se te hubiera armado, bebé!

Me entra un escalofrío de solo pensar en las consecuencias. —Lo único que espero es que Jimin no vuelva a hacer una locura como esa. No sé... no sé cómo hacerle entender que lo nuestro terminó. Espero que su estancia en Estados Unidos lo haga reflexionar.

Charly abre los ojos exageradamente. —Guau, ahora sí que estas decidida, ¿eh? —arquea una ceja—. ¿Será que estas cayendo ante los encantos del primer ministro?

—No, no es eso, Charly. Es que hay demasiadas cosas en juego.

—Ajá —Mi amiga muerde su labio inferior un tanto juguetona. —¿Ya te la metió, verdad?

—¡Charlotte! —me ruborizo—

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—¡Charlotte! —me ruborizo—. Alguien puede oírte, baja la voz.

Se carcajea. —Que va, todas las señoritas de alrededor están ocupadas tomándose selfies para su Instagram —rueda los ojos—, anda, confiesa si ya consumaron el matrimonio y si sí, ¿en qué maldita posición fue? Quiero detalles.

Le aviento una toalla en la cara y de un clavado ingreso a la alberca. No es que no confíe en Charlotte pero me da vergüenza confesarle hasta donde he llegado gracias a los castigos y provocaciones de Yoongi. Además, tampoco estoy ocultándole mucha información, pues Yoongi ni siquiera me ha penetrado. Ni si quiera me ha vuelto a besar.

Dulce obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora