capitulo 11

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Ya estábamos en diciembre, y Alex me visito todos los días me traía flores todo el tiempo, o peluches, es muy amable y muy buen amigo siempre me hace reír, se ganó mi confianza, Sami se fue del país con la misma chica que vi ese día con él, ya no me importaba, pero igual molestaba lo que hizo, Mary termino con Iam y Juli tenía su romance secreto, y luz se fue del país para estudiar arquitectura, quería conocer otros lugares y por casualidad se fue a argentina el mismo lugar en donde está mi hermano, yo estaba estudiando diseño de interiores y Alex estudia lo mismo que yo así que nos vemos todos los días, ya hicimos una muy linda amistad nos vemos siempre.

— ¡ANIII!

Cuando casi volteó, me agarraron fuerte por la espalda, me abrazaron y me manosearon. Me agarraron una teta, me puse roja, pero a la defensiva lance un golpe y se lo enceste en la cara y era Mary.

— ¿Mary?, ¿cómo haces eso en la calle? — Estaba distraída — ¿Qué te pasa? Perdóname por el golpe —le dije molesta.

— Ya no soy tu muñeca —dice Mary con cara triste y llorosa por el golpe.

— Claro que eres mi muñeca, ven párate — la ayudé a levantarse del suelo —. ¿Qué haces aquí en el parque? —pregunté.

— Es que pasaba a comprar tu regalo. El 20 es tu cumpleaños y ya estamos a 15, falta poco, y te vi aquí parada y quise saludarte, ¿tú qué hacías aquí?

— Bueno, yo espero a Alex, vamos a comer helados juntos. — le dije con una sonrisa inocente.

— A bueno, te dejo — me dijo viendo el piso con una sonrisa decaída.

— Chao, muñequita preciosa —le dije sonriéndole.

Pasó media hora y llegó Alex con un ramo grande de flores

—Perdón amargado es que no conseguía el ramo y tuve problemitas, pero ya llegué, ¡qué tal un besito de bienvenida! —me dijo con una sonrisa amplia y agitado.

— Ni en tus sueños te daría un beso —le dije torciéndole los ojos, y poniendo cara seria—, pero en unos segundos se me salió una sonrisa.

— Pues en mis sueños sí que me besas y que es lo haces —dijo mientras se mordía la parte superior del labio y me veía con una mirada penetrante.

— Ya, Alex, tus sueños son raros, vamos a comer, Heladio, rápido —le dije con nervios

le agarré la mano y nos fuimos.

Por suerte había helado de chocolate, era el que me gustaba y pedimos unas hamburguesas. Son nuestras favoritas, compartimos algunos gustos.

Aquí les dejo la descripción de Alex. Es Blanquito pecoso, alto de 1.80, cabello rojo, ojos marrones como miel. Si te acercas a verlo detalladamente, tiene como destellos de estrellas en su mirada.

Nos sentamos a comer tranquilos, sin decir nada.

— Ani, ¿yo te gustó? —me preguntó con una mirada distraída mientras le daba un mordisco a su hamburguesa.

— Alex, ¿cuándo será que vamos a comer calladitos? —le dije para evitar la pregunta.

— Está bien, ya tranquila, amargada — lo vi a los ojos por primera vez y vi una mirada melancólica, pero era hermosa a la vez.

— Alex, ¿por qué tienes la mirada triste? —pregunté moviendo la cabeza hacia un lado mientras lo veía fijamente a sus ojos.

— No, que querías comer en silencio, pero te voy a decir:es que me pone triste, que tú no me quieras todavía — me quedo viendo con media sonrisa y esos ojos tristes.

Guardé silencio y seguí comiendo.

Pagamos la cuenta entre los dos, porque era un acuerdo. Los dos pagamos, él no estaba de acuerdo, él quería pagar siempre, pero yo soy muy persistente, así que lo convencí.

Íbamos caminando por el parque para irnos a la casa y lo agarré de la mano. Nunca me gustó caminar sola, y a él le gustaba que lo agarrara. Llegamos a mi casa y me dijo que siempre iba a esperar por mí, no importa cuánto me tarde en darme cuenta de que él es el amor de mi vida.

— Alex, tal vez lo seas, pero te amo como mi mejor amigo —le dije con una sonrisa

—Lo sé, pero algún día va a cambiar mi amargada.

Entre y la casa estaba sola, mis papás acababan de salir de viaje, y me quedaría sola por un largo tiempo.

Empecé a tratar más a Iam, a Mary no le importaba, así que empecé a salir con él. Después de un mes ya éramos amigos.

— Ani, vamos al cine, y si quieres vas con Alex —me dijo Iam, con una sonrisa.

— Vamos, pero tengo que terminar unas tareas primero —le dije encogiéndome de hombros.

—Si quieres, te acompaño — me dijo Iam con una sonrisa

— No, gracias, voy a estudiar con Alex —le contesté con una sonrisa de amabilidad

—Nos vemos el sábado a las 6 para ir al parque, futura novia — me dijo con una sonrisa y despidiéndose con la mano.

—Está bien, nos vemos el sábado.

Me monté en un taxi y fui a la casa de Alex.

— Alex baja y abre esa puerta; sí, tenemos que estudiar —le grité porque el timbre no lo escuchó.

—Ya voy, me estoy cambiando —me regresó el grito.

Esperé 10 minutos hasta que bajé.

—Por fin pensé que estabas en el baño —le dije burlándome.

— Ani, si quieres, nos metemos en el baño juntitos — me dijo con una carita angelical.

— No, Alex, no. Ven, te tengo que contar algo, creo que me gusta, Iam —le dije emocionada pero confundida.

— Ya, yo sabía, mi amargada, yo sé que te gusta y está bien, igual, siempre voy a estar contigo y para ti —me dio un abrazo.

— Alex, discúlpame por no aceptar tus sentimientos —le dije mientras correspondía a su abrazo

—Está bien, tranquila, vamos a hacer la tarea — me soltó y pasamos juntos.

Pasamos unas cuantas horas estudiando, y me quedé a dormir con él.

The story of my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora