Ninguna llamada

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                                     Emma

—Señorita Emma.

Levanto la vista suspirando, estaba en una reunión, pero mis energías eran mínimas. Había pasado una semana desde esa noche y aún no podía concentrarme.

—Perdón, continúa por favor.

Seguía escuchando las propuestas para mi empresa de helados, pero eran las mismas que se ven en todos lados. Quería algo nuevo que pronto tendré.

Tenía tres reuniones en el día. Acababa de terminar la primera, la cual solo duró una hora. La siguiente era más larga, por lo que me hice un café.

En el momento en que estaba por entrar a la reunión, mi celular sonó. Al ver que era del colegio de Lía, informé que estaba respondiendo una llamada importante.

—Señora Emma, la llamamos del jardín. Lía se mojó su ropa y no encontramos el cambio de ropa que pedimos para este tipo de accidentes.

—Entiendo, le llevaré ropa de cambio.

Mi primera opción es llamar a Camille, pero estaba de viaje con su novio. Antoni estaba trabajando fuera del país. No podía enviar a mi asistente para dejarle la ropa porque estábamos por entrar a una reunión importante.

<<¿A qué juegas, universo?>>

—Mason, perdón por llamar, pero necesito un favor muy grande. Lía se mojó la ropa y no tiene muda. Te juro que si no tuviera más opciones no te llamaría, pero necesito que vayas a mi casa; Sintia te dará la ropa.

—¿A qué hora termina tu reunión?

—En dos horas.

—Está bien, iré a dejarle la ropa.

—Gracias, Mason.

Corté la llamada rápidamente para entrar a la sala, donde me senté en mi silla poniendo atención a todo lo que decían. La reunión terminó luego de dos horas.

Me fui a mi oficina pidiendo otro café para empezar a responder algunos correos que tenía pendientes. No había tomado noción del tiempo cuando mi asistente entró preguntándome si necesitaba algo más, ya que se tenía que ir.

Cerré con ella para luego dirigirme a mi casa. Al entrar, cerré los ojos al percibir el olor de comida que me embriagaba. Fui a la cocina viendo a Sintia cocinando sopa.

—Tiene muy buen olor eso, ¿Lía está en su habitación?—pregunté, ya que a veces le gustaba esconderse por la casa.

—¿Cómo así, señorita Emma? ¿Lía no está con usted?—me preguntó y la miré confundida, ya que Mason dijo que le dejaría la ropa para luego traerla.

—¿Mason no la dejó en casa?

—Solo vino por la ropa de la niña y se fue.

Me alejé de la cocina en busca de mi celular, el cual prendí y no dudé en llamar a Mason, pero sonaba apagado. Salí de mi casa subiéndome rápidamente al coche dirigiéndome a la casa de él.

—¡Atiende, maldita sea!

Al llegar a su casa, toqué el timbre mil veces hasta que una señora de la limpieza se acercó algo asustada, pero al reconocerme, vi cómo se calmó.

—¿Dónde está Mason? ¿Dónde está mi hija?

—El señor Mason salió hace más de cinco horas y no ha vuelto.

—¿No sabes dónde podría estar?—pregunté ya algo alterada.

—No, señora, perdóneme.

Me subí al auto llamando a Luke al igual que a Amelie, pero ninguno sabía nada de Mason.

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⏰ Última actualización: Sep 04 ⏰

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