¿Es su hija?

2.2K 202 33
                                    

Emma

Ya vestida abro la puerta rápidamente de la habitación fijándome que no muy lejos estaban las escaleras, llegó en pocos segundos para bajar rápidamente y al ya estar en el primer piso veo a Mason sentado en un sillón con su mirada fija en mí.

—Principessa, al fin despertaste, pedí que traigan desayuno para los dos—dijo Mason

—Emma, mi nombre es Emma y no puedo—dije terminando de colocarme los zapatos dirigiéndome hacia la puerta la cual estaba cerrada.

—Mason abre la puerta—Le pido

—Tenemos que hablar

—No hay nada que hablar Mason, tuviste amnesia y no me recordaste, recién luego de 5 años te acuerdas de mí y esperas que sea como antes, pero no será así. Te entiendo, pero trata de comprenderme a mí, me hiciste mucho daño al olvidarte de mí y más al rendirte sin intentarlo bien

—lo siento...

—Está bien, no te preocupes, pero solo entiéndeme y ábreme la puerta.

Estaba saliendo de la puerta y la voz de Mason detuvo mis pasos.

—lo siento Principessa, lo siento por olvidarme de ti, no fue mi intención.

—No pasa nada, no fue tu culpa el accidente.

Pido un taxi, ya que no encontraba mi carro por ningún lado, al llegar a mi casa encontré a Antoni sentado en una de las sillas con una cara de preocupación que luego cambió a curiosidad.

—Lo siento, no pude volver y no tenía el teléfono en mano.

—Emma estaba muy preocupado por ti, al igual que lía.

—Lo entiendo, ¿dónde está ella?—pregunto curiosa.

—Está en su habitación.

Al pasar por la escalera y ver en el pequeño espejo que aun tría la ropa de Mason, solté un suspiro llevando mi mano a la frente. No quería que Lía preguntara sobre la ropa, así que no dude en ir a mi habitación para cambiarme de atuendo.

Al llegar a la habitación de mi hija la veo cruzada de brazos dándome la espalda, a veces su actitud me recuerda demasiado a él y me da mucha risa.

—Lía.

—¿Lía nada, ahora te acuerdas de que tienes una bella hija mamá?—Pregunta y no oculto la pequeña risa que se me sale de los labios.

—Perdóneme, señorita Lía, le prometo que nunca más sucederá y como un regalo para que me perdone la llevaré a comer helado.

—La perdono—dijo y en menos de 10 segundos ya estaba abrazándome.

—Veo que ya estás vestida, así que vamos—Lía llevaba puesto un short con una camisa de las chicas superpoderosas, según ella era bom bom.

No tardamos en llegar a la playa en donde venden los mejores helados del mundo, no quiero ser egocéntrica, pero amo mi empresa de helados y más los helados.

Nos sentamos en una de las sillas que te daban la vista exacta al mar.

—Me da un helado de menta, por favor—Escuche una voz a lo lejos.

—Él me cae mal mamá—Escuche a Lía, Mason no tardo en llevar su vista hacia donde estábamos nosotras.

—A mí también—Le dije haciéndole cosquillas.

Mason estaba por irse cuando Lía se levantó y fue detrás de él, fui detrás de ella, ya que sabía lo que haría.

—Mira gigante, te perdono solamente si me compras un helado con dos bolitas grandes y llenas de chocolate.

Primero Mason la miro algo raro, pero luego pasó lo que nunca pensé ni en los sueños que ocurriría, Mason se dio un poco negando con la cabeza.

—Eres digna hija de tu madre, Lía, ¿pero por qué me tendrías que perdonar?

—Pues porque me hiciste caer en el museo el otro día y no me pediste disculpas.

—Pero fuiste tú quien choco conmigo—le dije.

Me quedé un rato en silencio hasta que vi los ojos de Lía algo llorosos, conocía bastante a mi hija para saber que lo estaba intentando manipular. Y vea que lo manipuló, ya que estábamos en otra tienda comprando helado.

—Quiero tres bolitas de chocolate, con salsa de chocolate y chispitas de chocolate—Escuche a mi hija.

—Dos bolitas de menta, ¿Quieres uno de frutilla?—Pregunto Mason y yo negué.

Le entregaron primero el helado a Lía, luego a Mason.

Ellos, como que si yo no estuviera acá, salieron de la tienda y se sentaron en un banco dándome la espalda.

—Mami ven—Grito Lía.

—Qué bonita relación Que tiene tu hija con su padre—Escuche la voz de una adulta Mayor que estaba al laso de mí.

—No es su padre.

—Oh, lo siento, pensé que lo era—Le sonreí a la señora y fui donde estaba mi hija sentándome al lado de ella.

—Mira, te perdoné, pero si quieres caerme bien tendrás que comprarme más.

—Lía, ya vámonos, tenemos que ir a casa despídete de Mason.

—Adiós gigante feo—Lía se despidió con su manito mientras le tiraba la lengua.

Mientras estábamos en el carro hablé unas cosas con Lía, y al llegar a casa nos quedamos en sí habitación pintando con acuarelas; cosa que le gustaba mucho.

Hable algunas cosas importantes con Lía que prefería que quedara en secreto lo que hablamos. Ya habíamos almorzado y estaba preparando los panqueques, cosa que le gustaba mucho.

Había pasado a comprar un poco de frutilla con chocolate, ya que a mí me gustaba el panqueque con chocolate y frutilla, A Lía chocolate con plátano.

—¿Mami me puedes hacer un panqueque en forma de corazón?—pregunto Mi hija y le sonreí.

—Está bien, alcánzame el molde que está en El Cajón de abajo.

Tenía bastantes moldes, ya que a veces me daban ganas de hacerle queques, galletas o panqueques con formas.

Termine de hacer los panqueques que me alcanzaron, los rellene con lo que queríamos y nos sentamos en el sofá en donde puse los platos en una mesita de vidrio que estaba en frente del sillón.

Siento la vibración de mi celular el cual levanto y me sorprendo al ver un mensaje de alguien la cual nunca espere recibir.

Al fin un nuevo capítulo jejej
(Si no comentan no hay más capítulos)
Me demoré un poquito pero al fin hay capituló
Recuerden que si quieren mas capítulos comenten mucho pero mucho
¿De quien creen que es el mensaje?
Nos vemos besitos

Lastimosamente sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora