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Leonardo era alguien solitario, a pesar de ser alguien bastante extrovertido con sus hermanos también era bastante serio la mayoría del tiempo. Llevar la carga de ser el líder del equipo era algo bastante agotador mentalmente y, tenía muchos problemas con sus hermanos debido a eso.

Además de las misiones su vida personal no era muy emocionante, se la pasaba leyendo cómics y viendo la televisión, mientras Rapha pasaba tiempo con Casey y Donnie con April y Mikey. Él no tenía con quien pasar el tiempo si sus hermanos no estaban.

Leo cargaba con conflictos internos por todo lo que sucedía diariamente en su vida, con todas las situaciones con el clan del pie y todos los locos que andaban en la ciudad buscando destruirlos a toda costa. Eso también le provocaba una gran ansiedad y preocupación extrema por sus hermanos y todo aquel que le rodeaba, sentía que todos estaban en peligro en todo momento y, que él no sería capaz de protegerlos.

Al final del día, Leo se encerraba en su habitación a abrazarse a si mismo pensando en todas estas cosas, a veces no podía dormir, a veces lloraba un poco. Apenas y era un adolescente, estaba pasando por demasiado estrés y, sobre todo, lo estaba pasando sólo.

—Leo ¿Quieres más pizza?

Escuchó la suave voz de su hermano menor, la brisa le golpeó el rostro y eso le hizo reaccionar un poco, se había perdido en sus pensamientos, tanto que dejó de comer mientras sus hermanos disfrutaban de la pizza con ingredientes extravagantes.

Se encontraban los cuatro en el techo de un edificio, comiendo y divirtiéndose entre bromas tontas. Leo estaba muy animado hasta que de un momento a otro se "apagó" y nadie lo notó, Leo tenía esos episodios donde se quedaba mirando a la nada pensando en cosas que le angustiaban, sin embargo, sus hermanos estaban tan acostumbrados a verlo serio que casi no notaban cuando esos episodios ocurrían. Mikey fue quien notó que la mente de su hermano estaba perdida, por eso le ofreció algo de comida, para intentar traerlo de vuelta.

—Gracias Mikey.— Aceptó su pizza, comiendola mientras volvía a perderse en sus pensamientos.

Sus otros hermanos notaron lo mismo que Mikey, así que empezaron a hacerle platica al azul para que así no sobrepensara tanto.
Las cosas funcionaron por ese rato, Leo se distrajo y pudo comer tranquilo.

Al rato de eso volvieron a la alcantarilla, todos se fueron a dormir pues había sido un día agotador para todos. Leo tomaba unas pastillas especiales qué Donnie le había preparado para poder conciliar el sueño y mantenerse más animado durante el día, tenía apenas unos días qué las estaba tomando entonces no sentía mucha diferencia. Claro, esto tenía sus desventajas, las pastillas bajaban un poco su desempeño en las peleas y los entrenamientos, pero era mejor a tenerlo perdido todo el día.

De vuelta a su habitación, Leo se abrazó a si mismo, suspiró y cerró sus ojos, esperando poder conciliar el sueño, sin embargo, algo, o más bien alguien irrumpio en su habitación.

—Leo ¿Ya estas dormido?— Preguntó Raphael en voz bajita, entrando a la habitación de su hermano para cerrar la puerta detrás suyo.

—No, sabes que no.— Se levantó y se sentó en la cama, viendo que su hermano se acercaba y se sentaba junto a él, soltando un suspiro en el momento.—¿Pasa algo?

—Casey me dejó.

Soltó de repente, dejando un poco impresionado a Leo, quien tomó unos segundos para procesar esas palabras. Se la pasaban todo el tiempo juntos, eran el uno como para el otro ¿Cómo podían dejarse así nada más?

—Yo... Lo siento mucho Rapha.

—Creo que hay alguien más, creo que ese alguien más es April, creo que soy un imbecil...

Leonardo suspiró, viendo como su hermano recostaba su cabeza en su hombro y comenzaba a sollozar.

—¿Por eso estabas tan serio hoy? Te noté raro pero pensé que simplemente estabas de mal humor.

—También lo estaba, no terminamos de buena manera, yo me enojé mucho y... También dije muchas cosas que no debía.— Levantó su cabeza para ver a su hermano, limpiando sus propias lágrimas.— A veces sé que cosas decir para herir a las personas, sé como lastimarlos... Eso me hace... ¿Me hace mala persona? Casey también me dijo muchas cosas que me dolieron.

—No eres una mala persona Rapha, sé que tienes tu temperamento pero eso no te hace malo, las relaciones son muy complicadas y-

—¡Pero no estaba complicado nada! Yo complique todo, yo le pedí ver los mensajes que tenía con April... Si no lo hubiera hecho no me hubiera enterado de nada y todo seguiría normal yo... Yo lo arruiné, por ser un inseguro de mierda.

Leonardo se le quedó viendo unos segundos, suspiró después y negó con la cabeza, abrazando a su amigo.

—No es tu culpa si te fue infiel.

—¿L-Los besos cuentan como infidelidad? Si no, quizá sólo exage-

—No, si cuentan y mucho. Rapha, no te hagas esto, no te atormentes así, tú eres fuerte.—Le decía consolandolo, dándole palmaditas a su caparazón mientras lo escuchaba sollozar.

Leonardo tenía razón, Rapha era muy fuerte, solía soportar bastante bien el dolor físico y emocional, pero no cuando se trataba de sus amoríos, sobre todo con Casey, le era muy difícil separarse de él, a pesar de que ya habían roto varias veces durante su relación. Ninguno de los dos era mala persona pero, tenían muchas diferencias y ambos tenían un carácter qué complicaba todo. Nunca se disculpaban entre si, ni hablaban sus problemas sin gritarse y culparse mutuamente.

En un momento se recostaron ambos sobre la cama y se abrazaron, en cualquier momento Rapha habría guardado sus sentimientos y se hubiera ido a su habitación sin decir nada pero, le era demasiado reconfortante estar con Leo y, esta situación se había repetido tanto que ya estaba acostumbrado a esconderse en los brazos de Leo cuando todo salía mal.

Leo amaba esos momentos, claro, no el contexto de estos sino el hecho de estar abrazado con el rojo sin decir nada, escuchando como este le decía una y otra vez que sólo quería ser feliz. Leo quería hacerlo feliz.

—¿Estas mejor?— Preguntó el azul al dejar de escuchar los murmuros de su amigo pero, notó que este ya estaba dormido, a lo cual sonrió y dio un besito en su frente.

Esa noche, como muchas otras anteriores, durmieron juntos, abrazados, sintiendo el calor del otro.

Cuando Leo experimentaba eso, ya no se sentía tan solo.

Loneliness 《Leonardo X Raphael》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora