Izuku solo miraba extrañado a una bicolor que intentaba recuperar el aire. La chica intentaba decir algo, pero al parecer no podía. Izuku, un poco incómodo y extrañado por la situación, decidió marcharse.
—No sabía cómo reaccionar. Lo tenía en frente, él estaba ahí, pero no podía, simplemente no podía hablar. Me quedé helada, como si hubiera usado mi propio don en mí. Él solo me miraba confundido, sin decir nada, se marchó, y yo solo lo dejé ir. Quería correr detrás suyo, pero no podía... ¿Por qué? ¿Por qué no pude hablarle? Soy patética... Después de todo, sigo siendo un desastre. No mejoré nada en todos estos años que él no estuvo. Estoy en el top de los héroes, pero todavía no logro transmitir emociones de seguridad a las personas... Solo tú puedes, Izuku, solo tú puedes dar esa emoción cálida... Yo quisiera pelear a tu lado, quisiera volver a sonreír, tal vez así logre dar esa emoción a las personas. Quisiera aprender de ti —la bicolor estaba sentada en la azotea, hecha bolita, pensando en todo lo sucedido.
—Lo siento, Todoroki, pero la verdad no tengo ganas de hablar con alguien del pasado en estos momentos... Yo solo vengo a cumplir con mi deber.
Izuku, un adulto de 25 años, terminó su carrera de profesor en los Estados Unidos, siendo uno de los estudiantes más destacables en su universidad. Volvió a la U.A. a pedido del director Nezu para convertirse en profesor en la academia.
—No sé cómo esa rata me convenció de hacer esto. Bueno, en parte está el dinero... Pero es difícil volver a este lugar, solo me invaden recuerdos que me están ahogando... Solo terminemos con esto por hoy —dijo, tocando la puerta.
—Puedes pasar —respondió el director desde adentro.
Izuku entró al despacho del director, lo saludó con la mano y se sentó frente a él. El director solo lo miraba con una pequeña sonrisa.
—¿Puedes dejar de mirarme de esa forma? Da un poco de incomodidad.
—Lo siento, Midoriya, pero es difícil para mí no sonreír y mirarte así... Solo estoy feliz de que estés de vuelta, tú, el mayor héroe de todos —dijo alegremente el director.
El peliverde solo suspiró pesadamente.
—Por favor, olvide todo eso. Yo solo vine para cumplir con mi parte del trabajo... Después de todo, necesito el dinero para solventar mis gastos, si no créame que no estaría aquí.
—No seas tan cruel, Midoriya. Vamos, no te sientas de esa forma. En esta academia hay muchos que quieren verte, quieren aprender de ti... Por eso te pido de corazón —dijo haciendo una reverencia— que por favor, cuides de mis estudiantes. Últimamente hay muchos problemas, creo que solo tú eres capaz de resolver todo esto.
—¿Por qué cada vez que voy a un lugar solo hay problemas? —pensó el peliverde—. No le prometo nada, pero intentaré hacer mi mayor esfuerzo. Usted solo dígame en qué clase estaré, de lo demás me encargo yo.
—Serás profesor de la clase 1-A, para darle unas pequeñas vacaciones al profesor Aizawa. Dependiendo de tu desempeño, te quedarás en la U.A. y te asignaremos otra clase.
Suspirando, Izuku respondió cansado:
—Está bien, ¿cuándo empiezo?
—Empiezas la otra semana. Ya debes saber el horario que manejaba Aizawa, después de todo él fue tu profesor. Solo intenta llegar un poco antes, si es que puedes. Tu salario es mayor al de otros profesores, pero eso es solo un regalo mío, después de todo te lo mereces...
—No debería tener tanta consideración y estima en mí, director... Pero en estos momentos no puedo rechazar esa oferta, necesito el dinero aunque me dé cierto asco ganar más que los demás. Tampoco soy un malagradecido, así que —haciendo una reverencia— muchas gracias por darme esta oportunidad. Intentaré estar a la altura de sus expectativas. Bueno, si eso es todo, yo me marcho —se despidió con la mano, y el peliverde se fue del lugar.
—Tú... todavía sigues igual en algunos aspectos, Midoriya. Ya quiero que sea la próxima semana. Estoy ansioso por ver esta nueva etapa tuya, solo espero que no me decepciones —dijo el director con una gran sonrisa.
Mientras tanto, nuestro peliverde caminaba por los pasillos de la U.A., quedando frente a la clase 1-A.
—Qué recuerdos —dijo el peliverde de manera nostálgica.
Izuku empezó a recordar su primer día, viéndose a sí mismo con 15 años frente a la puerta.
—Antes me parecía grande esta puerta, y ahora todavía sigue siendo grande —Izuku rió un poco por la estupidez que acababa de decir—. Tengo el humor de un pendejito de 15 años, creo que estoy enloqueciendo un poco... ¿Es un poco esquizofrénico por mi parte estar hablando solo? —Izuku decidió ignorar su propia pregunta y seguir.
Izuku abrió un poco la puerta de la clase. Viendo que no había nadie, decidió entrar y sentarse en su antiguo lugar.
Suspirando un poco, dijo:
—Me gustaría volver a esos tiempos —mirando su brazo lleno de cicatrices—. Todo eso fue... una hermosa experiencia. Todavía recuerdo el ardor en mi pecho, cada vez que saltaba y cargaba el poder en mi brazo, el miedo, las inseguridades y el dolor... Lo recuerdo muy bien. Y a pesar de que dolía, en serio me hacía muy feliz. Yo simplemente lo amaba. Creo que esto es un amor no correspondido... porque yo todavía lo sigo amando.
Todoroki, que estaba detrás de la puerta, escuchaba todo atentamente.
—Izuku... —dijo la bicolor con tristeza en sus palabras.
Izuku se quedó en su antiguo lugar un poco más, para luego al fin irse a su casa. Al llegar, sacó las llaves para abrir la puerta y entró de manera lenta.
—Ya estoy en casa... —dijo un poco triste y melancólico—. Yo... yo te extraño mucho, mamá —Izuku suspiró, intentando tranquilizarse.
Caminó hacia su cuarto desordenado, abrió un poco la ventana y sacó una pequeña caja con cigarrillos. Sacó uno y se colocó frente a la ventana.
Mirando el cigarrillo en su mano, dijo:
—No quería volver a esto, pero... en estos momentos necesito tranquilizar la maldita ansiedad —Izuku encendió el cigarrillo, mirando el pequeño humo antes de llevarlo a su boca—. Sé que esto es malo... Yo tampoco lo quiero, pero siento que me voy a suicidar si no me tranquilizo en estos momentos —llevó el cigarrillo a su boca, tomando una gran calada del humo tóxico que invadió sus pulmones al instante.
Pero en eso, alguien tocó su puerta, interrumpiendo su momento. Izuku, un poco molesto, tiró el cigarrillo que acababa de encender.
—Espero que sea una maldita pizza de regalo, si no, me voy a enojar mucho. Esos cigarrillos son caros como para andar tirándolos —dijo mientras caminaba hacia la puerta—. ¿Quién es y qué necesita de mí?
—Soy yo, solo quiero hablar contigo, Izuku —respondió la persona detrás de la puerta.
—No conozco a ningún "yo" y tampoco tengo ganas de hablar en estos momentos, así que te puedes ir —respondió el peliverde, de manera sarcástica.
—Vamos, Izuku, solo abre la puerta. ¿No podemos charlar aunque sea un poco?
—¿Y si no quiero? —Izuku ya estaba cansado de la situación.
—Fácil, destruiré tu puerta —dijo con un tono de orgullo en sus palabras.
—¡Estos malditos acosadores de hoy en día! Será mejor que no me amenaces con eso, ¡héroe número 2! Tengo todo grabado, si sigues así llamaré a la policía.
Fin del capítulo
ESTÁS LEYENDO
Un simple profesor
Romanceno se, solo es una pequeña historia que hago para matar el tiempo. izuku luego de la guerra termina siendo un profesor, y en eso se basa la historia que vas a leer...simple, no?