superando los limites

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Ni le tengan fe a este capitulo, ni yo se lo que escribí

Izuku Midoriya jadeaba, su respiración entrecortada acompañada de un hilo de sangre que se deslizaba desde su nariz hasta sus labios partidos. Su torso desnudo, cubierto de cortes y hematomas, brillaba tenuemente mientras las marcas rojas comenzaban a resplandecer con una intensidad cada vez mayor. La desesperación y el dolor se entremezclaban en sus pensamientos.

—¡No puedo más! —murmuró, sintiendo cómo sus piernas tambaleaban. Su traje, o lo que quedaba de él, colgaba en jirones. —¿Cómo voy a poder con estos dos solo? Si esto sigue así...

—¡Éso es todo lo que tienes, Izuku Midoriya! ¿Así mataste a mi padre? ¡Nomus, acábenlo! —rugía el villano

Izuku levantó la mirada, sus ojos verdes resplandecían con una determinación que bordeaba la locura. —Oh, tal vez no...

Sin dar tiempo a reaccionar, su cuerpo comenzó a brillar con un fulgor sobrenatural, las marcas rojas se intensificaban como fuego que consumía su piel. Los Nomus cargaron, sus movimientos rápidos y brutales levantando una nube de polvo y escombros.

—¡Muere! —gritó el villano, una sonrisa demente deformando su rostro.

—One for All... —susurró Izuku antes de que los puños de los Nomus impactaran. Una explosión sacudió el terreno, el humo y el polvo lo cubrieron todo. Cuando la nube comenzó a disiparse, solo quedaba una gran grieta en el suelo.

—¡¿Dónde está?! ¡Dónde estás, Izuku Midoriya! —gritó el villano, desesperado, sus ojos enloquecidos buscaban de manera desesperada a izuku

—Aquí estoy.

Izuku surgía entre las sombras, sus ojos brillaban con una ferocidad inhumana, su cuerpo temblaba, un fuego que prometía destrucción corría por sus venas.

—¿Qué demonios eres? ¿Por qué estás brillando? Los informes decían que ya no tenías un don... —el villano sonrió con desdén—. No importa. Igual te mataré.

De la nada un portal negro y sin fondo se abrió frente a él. Lo movió con destreza hacia Izuku, quien lo esquivó apenas, sintiendo el borde del vórtice rozarle la piel. Pero algo llamó su atención: una planta que había tocado el portal se desintegró al instante.

—¿Qué carajos es ese poder?

El villano soltó una carcajada, su voz se quebró de excitación y odio. —Ya te diste cuenta, ¿no? Mi don no solo crea portales... desintegra todo lo que toca. Eres rápido y fuerte, izuku, pero eso no va a salvarte. Yo también tengo más de un don.

—¡Múltiples dones! —los ojos de Izuku se abrieron de par en par, el miedo lo invadió. Apenas le quedaba una fracción del One for All, y los otros dones habían desaparecido junto a All for One. La lucha lo había desgastado hasta el límite.

—La nueva generación tiene que sobrevivir... si yo no lo hago, nadie más podrá. —Pensó, apretando los dientes, mientras su corazón latía con furia.

—¡Quédate quieto, Midoriya! ¡Quiero que sientas lo mismo que mi padre sintió antes de morir! —el villano avanzó con una furia descontrolada.

Izuku dio un salto, esquivando por poco un portal que se cerró con un chasquido tras de él. En un movimiento desesperado, se lanzó hacia el enemigo y logró impactarlo en la espalda. Pero la victoria fue efímera. El villano giró y sacó una pequeña pistola que brillaba con un resplandor siniestro.

—Cuidado con las balas, estúpido.

El disparo resonó, y la bala se incrustó en el costado de Izuku, quien cayó al suelo con un grito desgarrador. El dolor era insoportable, la sangre manaba de su herida mientras se retorcía, incapaz de levantarse.

—¡Ahhhh, mierda! —su voz se quebró, la visión se le nubló mientras el villano se acercaba, con una sonrisa enferma y los ojos llenos de placer.

—Vamos, grita más fuerte. ¡Quiero oírte rogar! —pisó su herida con fuerza, arrancando otro alarido de Izuku.

De repente, un estallido helado golpeó al villano, arrojándolo lejos de Izuku.

—¡Vas a pagar por lo que hiciste! —gritó Todoroki, su voz rota y las lágrimas corriendo por sus mejillas mientras se preparaba para la batalla final. Su cabello bicolor ondeaba al viento y el hielo chisporroteaba a su alrededor con una furia que nunca antes había mostrado.

El villano se reincorporó, tambaleándose mientras escupía sangre. Su mirada se posó en Todoroki, y una mueca de disgusto y fascinación se dibujó en su rostro.

—¡Tú otra vez! La niña prodigio... No te metas en esto, ¡o morirás también!

Todoroki apretó los puños, su voz tembló de ira. —Ya he perdido suficiente. Hoy, ¡tú serás quien sufra!

Izuku, jadeando de dolor, la observó con admiración y esperanza. La pelea no había terminado, y ahora, con Todoroki a su lado, tenía una última oportunidad.

–Talvez sea nuestra última pelea juntos–

–no tengo pensado dejarte morir Midoriya...ganaremos esta pelea, cueste lo que cueste.–decia la bicolor con mucha determinación en sus ojos

La tensión en el aire era tan densa que cada respiración se sentía como un esfuerzo titánico. Todoroki avanzó, su mirada llena de una furia que apenas lograba contener. El villano, con una risa nerviosa y un tic en el ojo, levantó una mano temblorosa mientras otro portal se abría a sus espaldas, amenazando con engullir a su oponente.

—¡Muérete, maldita sea!— rugió, lanzando el portal hacia Todoroki, quien lo esquivó girando en el aire y liberó una ola de llamas que arrasó con la tierra y se estrelló contra el villano. El fuego rugía como una bestia viva, pero él lo dispersó con un gesto de pura voluntad, las sombras de su don absorbiendo las llamas como un pozo sin fondo.

—¡Izuku, ahora!— gritó Todoroki, lanzándose hacia el villano para distraerlo.

Con el cuerpo adolorido y la visión nublada por la pérdida de sangre, Izuku reunió todas sus fuerzas restantes. Un grito gutural surgió de su garganta mientras se impulsaba con un salto sobrehumano, el One for All pulsando en su interior como un latido infernal.

El villano apenas tuvo tiempo de girar antes de que el puño de Izuku impactara en su costado, enviándolo contra un muro destrozado. Una arcada de sangre brotó de su boca, pero una sonrisa retorcida se dibujó en su rostro.

—¡No se atrevan a pensar que esto ha terminado! —vociferó, levantando un brazo y extendiéndolo hacia Todoroki. Un portal negro comenzó a materializarse bajo sus pies.

Todoroki sintió el frío de la muerte acariciándole la piel, pero antes de que el vórtice pudiera cerrarse, un puñetazo aún más feroz de Izuku lo interrumpió, desatando una onda expansiva que hizo temblar el campo de batalla. Los dos cayeron al suelo, exhaustos, jadeando mientras la lluvia comenzaba a caer, mezclándose con el polvo y la sangre.

El villano, tambaleante, levantó una mano sangrante, pero antes de que pudiera actuar, Todoroki, con los ojos encendidos de determinación, lo rodeó en una prisión de hielo que crujía bajo la tensión de su poder.

—Esta vez, no escaparás,— susurró, una lágrima solitaria cayendo por su mejilla mientras Izuku, a su lado, esbozaba una sonrisa temblorosa.

—Lo logramos… —alcanzó a decir antes de que el agotamiento los envolviera a ambos, dejando el destino del villano sellado en una jaula de hielo y silencio.

Y así termino la pelea...o talvez no.

FIN DEL CAPÍTULO

Un simple profesor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora