Capitulo 11: Cita

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- ¡¡Debiste avisarme que ese alfa estaba de regreso lo antes posible!! - Chilló Ginko agitando sus alfas mientras me regañaba una vez más - ¡Ese... ese... ¡Ese papanatas!

- Wow que grosera - Me burle de su falta de creatividad para los insultos mientras abría mi correspondencia.

- ¡Mmj! - Chisto dándome la espalda y cruzando sus alas - ¿No piensas perdonarlo, verdad?

- Ni si quiera se lo que sigo sintiendo por el - Le dije con honestidad. Estaba seguro de que aun quería a Genya, pero por otra parte, me era difícil volver a confiar. - Da igual, él solo regreso por el bebé y ya.

- Bueno, no más alfas por un tiempo - Dijo la cuerva, sin embargo al no escuchar una respuesta afirmativa me lanzó una mirada de reproche.

- Si... - Saque de entre mis piernas una caja en vuelta en un moño azul que venía con una carta encima. - Aun tengo un pretendiente más.

- Ese alfa... no me da buena espina Mui - Solto para luego comenzar a picotear el lazo azul y ver el interior de la casa.

- A ti todo el mundo te da mala espina - Respondi rodando los ojos. Mientras tanto yo abrí el sobre para leer la carta. No había muchas cosas importantes por resaltar, excepto quizas... por esa petición de tener una cita dentro de dos días.

- ¡Puaj!, ¡Qué regalo tan barato! - Chilló burlándose del regalo. Se trataba de una caja de galletas de mantequilla.

- Te las terminaras comiendo más tarde - La reprendi bajando la carta. - Me ha pedido una cita.

- Pues dile que no.

- No puedo, me ha enviado muchos regalos. Mínimo debería corresponder con una cita antes de rechazarlo - Le dije con sinceridad. Koichi era un buen alfa, pero yo no estaba listo para otra relación y no era justo mantenerlo esperando.

- Esta bien. Solo ten cuidado con él. - La cuerva bajo de la mesita para acostarse en mis piernas y acariciar mi barriga con sus alas.

Ginko solía dormir conmigo dentro del nido últimamente. Hace unas noches cuando desperté con antojo de algunas batatas, descubrí a la cuerva acariciando con ternura mi vientre mientras le decía cosas como: "serás un bebe muy bonito", "ya quiero conocerte", "voy a cuidarte". Cosas en verdad muy cursis que no siempre escuchaba de ella.

- No te preocupes. Nada va a pasarme - Respondi para comenzar a mimarla.

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- Bien, tengo: flores, chocolates y un peluche para el cachorro. ¿Es suficiente?

- Creo que para empezar esta bien. Pero deberás esforzarte mucho si acepta salir contigo - Me dijo Tanjiro.

- Yo apuesto a que lo rechaza - Solto Zenitsu sin saber que sería escuchado por los demás. - Uy...

- ¡Yo apuesto cinco monedas a que lo rechaza y le grita! - Se burlo Inosuke no teniendo vergüenza alguna. Rapidamente Tanjiro los miro a ambos con desaprobación.

Solamente pude rodar los ojos ante sus comentarios. Si, la probabilidad de ser rechazado era muy grande, pero aun asi tenía la esperanza de que tan siquiera aceptara mis regalos y pudiera dejarme estar a su lado unos momentos.
Nos tomó solo unos minutos llegar a la finca de la niebla, mis amigos esperaron escondidos tras un arbusto mientras yo estaba de pie frente a la puerta armandome de valor para tocar.
Del otro lado podía escuchar varias pisadas y risas que se callaron en cuanto la puerta anunció mi llegada. Pocos segundos después una pequeña mano apareció haciéndome ergir mi postura cuando, apareció alguien a quien no esperaba.

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