Capitulo 9: Regresar

152 17 6
                                    

— Son horribles — Solto Sanemi mirando con irritación el ramo de flores sobre la mesa de Muichiro. Un regalo de Koichi para el omega.

— ¡A mi me parecen un lindo gesto del joven Nishimura! — Dijo Rengoku aunque en su cuello había una pequeña vena salida y palpitante.

Ante esto Kocho solo pudo rodar los ojos sin comprender los celos de sus compañeros.

— Yo creo que mientras a Muichiro le gusten están bien — Les dijo la beta para acabar con ese tema. Sin embargo solo logro que Uzui se uniera a la conversación para criticar la poca extravagancia de las flores.

— ¡Muichiro, apresúrate! — Grito Iguro hacia el pasillo que daba al baño — No se como un cuerpo tan chiquito puede orinar tanto

— Y-ya estoy listo... — Les dije entrando a la sala en donde todos me esperaban. No era mi culpa que el bebé de cinco meses con una semana me apretaba los riñones.

— ¡Al fin! — Chisto Sanemi. — Demonos prisa para terminar con esto rápido.

Sin nada más por esperar los ocho hashiras salieron de la finca del menor con el propósito de ir a conseguir las cosas faltantes para celebrar el cumpleaños de Tomioka, aunque su cumpleaños había sido hace unos pocos días no pudieron festejarlo debido a que el cazador se encontraba en una misión, pero justo el día de hoy regresaría por la tarde y todos querían recibirlo con una pequeña fiesta sorpresa.
Al llegar al pueblo se divieron las labores para agilizar todo. Para mi suerte me toco ir con Uzui y Rengoku a comprar los ingredientes de la comida y el pastel.

— Parece que ya está todo — Dijo Kyujuro revisando la lista y comparándola con la comida en las bolsas.

— Bien. Todavía tenemos un par de minutos antes de encontrarnos con los demas, ¿que tal si vamos a comprar el regalo de Tomioka? — Sugirió Uzui.

Rapidamente Rengoku asintió aceptando mientras yo solo hacia mala cara, la verdad preferiría ir y sentarme un rato mientras comía un rico pan relleno de curry. Sin embargo sabía que ellos jamás me permitirán irme solo, por lo cual no tuve otra opción más que acompañarlos a una tienda de artilugios sugerida por Uzui.
Hacia unos cuantos días que yo ya había comprado el regalo de Giyu, se trataba de un nuevo tablero de Shogi pues en una de sus tantas visitas para cuidar de mi me percate de que su tablero ya estaba en un estado bastante deplorable dándome la idea de su regalo.

— ¿Qué tal si le llevo este juego de platos de porcelana? — Dijo Uzui mostrándonos los platos, eran bastante bonitos la verdad.

— ¡Me gusta!, ¡Yo le comprare una yucata azul! — Hablo rengoku levantando la prenda.

— Si bueno, apurense a elegir. — Les reclame irritado, los pies ya comenzaban a dolerme.

— ¡Tss! — Chisto Uzui — No es nuestra culpa que tu seas una toronja con patas. Si tanto quieres irte adelante — Me recriminó molesto. Sin embargo sus palabras solo me hicieron enfurecer más.

— Bien. — Les dije a ambos para darme la vuelta y dirigirme a la salida.

— ¡E-espera!, ¡No lo decía enserió! — Grito el alfa pero aun asi no me detuve.

Al salir de la tienda me disponía a complacer mi antojo y esperarlos en el punto acordado. Pero, ni siquiera logré cruzar la calle cuando un fuerte y familiar aroma a canela me golpeó en el rostro adormecido todos mis sentidos. Mi lado omega se apresuró a buscar al dueño de este aroma llevándome a dar la vuelta y mirar con atención a todos mis periferios cuando de pronto, termine chocando en el pecho de alguien.

— Muichiro, no vuelvas a irte así — Dijo Rengoku regañandome — Uzui no lo decía enserió. Vamos, pagaremos e iremos a comprárte ese pan. — El alfa se percato de que su compañero se encontraba bastante ido.

Un nuevo futuro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora