Painting of love ★[Haely]★

-Entre dudas-

Haewon se apartó lentamente, sus labios aún hormigueando por el contacto reciente. Podía sentir el calor del cuerpo de Lily tan cerca, sus ojos todavía brillantes, y esa sensación que le revolvía el pecho, haciéndola sentir viva, pero a la vez asustada.

El rostro de Haewon se mantuvo inexpresivo por un segundo más de lo necesario. Su mente, un torbellino de pensamientos y emociones que la abrumaban. El peso de esas palabras, la intensidad de lo que acababa de suceder, la conexión que habían compartido... Todo la desbordaba. Se sentía fuera de control, y eso era lo que más la aterraba.

-Haewon... -Lily buscó su mirada, al notar el silencio inquietante que ahora llenaba el espacio entre ellas-. ¿Estás bien?

-Sí, claro... -respondió Haewon en un tono que sonaba lejano, casi automático. Se apartó con delicadeza, retirando las manos que aún estaban posadas sobre la cintura de Lily.

Lily frunció el ceño, claramente preocupada, pero intentó restarle importancia. Quizás, pensó, Haewon solo necesitaba un momento para procesar todo.

-No fue demasiado, ¿verdad? -preguntó Lily insegura, mientras daba un paso hacia ella.

-No.-respondió Haewon, aunque su voz sonaba apagada, distraída.

El silencio volvió a instalarse, pero esta vez ya no era el silencio cálido que las había envuelto antes, sino uno lleno de incertidumbre. Haewon tomó aire, caminando de vuelta hacia el lienzo. Tomó el pincel que había dejado a un lado y se quedó quieta, mirando su obra sin realmente verla.

Lily la observó, sintiendo que algo en el ambiente había cambiado drásticamente, como si la magia que había sentido momentos antes se hubiera desvanecido de golpe.

-¿Seguro que estás bien? -insistió, dando un paso más cerca de Haewon.

-Necesito terminar esto. -dijo Haewon, con una firmeza que sonaba casi cortante, sin girarse a mirarla.

Lily se detuvo en seco, sus palabras atascadas en la garganta. Ese no era el tono que esperaba, no después de lo que acababa de ocurrir. Una punzada de dolor la recorrió, y por primera vez, sintió que tal vez había leído mal la situación. ¿Había hecho algo mal?

-Está bien. -susurró Lily, aunque en realidad no lo estaba. Retrocedió un par de pasos, sus dedos nerviosos jugueteando entre sí, antes de decidir que lo mejor era darle el espacio que Haewon claramente necesitaba.- Te dejo trabajar.-

Haewon asintió, pero no dijo nada. Simplemente permaneció allí, frente al lienzo, con el pincel en la mano, pero sin hacer ningún movimiento.

Lily recogió su chaqueta del sillón y se dirigió hacia la puerta, su mente dando vueltas, buscando alguna señal de lo que había salido mal. Antes de salir, se detuvo un momento, esperando que Haewon dijera algo, cualquier cosa que la tranquilizara. Pero la pintora permaneció en silencio, inmóvil, perdida en sus pensamientos.

-Nos vemos luego. -dijo Lily, en un intento de romper esa barrera invisible que de repente se había alzado entre ellas.

Pero no hubo respuesta.

Cuando la puerta se cerró detrás de Lily, Haewon finalmente dejó caer el pincel. Se llevó una mano al rostro, sintiendo el peso de sus emociones aplastarla. Sus ojos se nublaron mientras las lágrimas que había estado conteniendo escapaban. ¿Por qué se sentía así? ¿Por qué algo tan hermoso la hacía sentir tan confundida?

El estudio se llenó de un silencio abrumador, roto solo por la respiración temblorosa de Haewon. No sabía si lo que sentía era miedo, culpa o una mezcla de ambas. Todo lo que había sentido por Lily, la intensidad, la atracción, el cariño, ahora se entremezclaban con dudas que no podía explicar.

Una parte de ella quería correr tras Lily, abrazarla, besarla de nuevo y dejarse llevar por todo lo que había empezado a sentir. Pero otra parte, una parte más oscura y profunda, la frenaba, diciéndole que no debía, que no podía entregarse tan fácilmente a esos sentimientos. Había algo en su interior que le decía que no estaba lista. Que tal vez nunca lo estaría.

Con un suspiro tembloroso, Haewon se dejó caer en el taburete frente al lienzo, mirando la pintura que ahora le parecía incompleta, vacía.

No sabía cuánto tiempo pasó así, perdida en sus pensamientos, hasta que escuchó el sonido de su teléfono vibrar sobre la mesa cercana. Lo miró sin mucho interés al principio, pero al ver el nombre de Lily en la pantalla, una punzada de ansiedad recorrió su cuerpo. Dudó por un segundo, y luego decidió no responder.

El teléfono dejó de sonar, pero no pasó mucho tiempo antes de que llegara un mensaje.

"-¿Estas bien? Si necesitas hablar, estaré aquí."

Haewon leyó las palabras una y otra vez, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Quería responder, decirle que sí, que la necesitaba, que sentía lo mismo que ella. Pero, en lugar de eso, apagó la pantalla del teléfono y lo dejó a un lado.

Se levantó lentamente y, con una mezcla de frustración y tristeza, cubrió el lienzo con una sábana blanca. De repente, todo le parecía demasiado. Demasiado confuso, demasiado rápido, demasiado intenso.

Se quedó de pie en el centro del estudio, mirando la pintura cubierta, con una sensación de vacío que no podía entender del todo. Lily estaba ahí, cerca, pero al mismo tiempo, tan lejos.

Y en el fondo, Haewon no podía evitar preguntarse si había hecho lo correcto al dejarla ir.

—No te pego porque eres mi amiga. ¿¡PERO COMO SE TE OCURRE DEJARLA IR!? TODO POR TU EX. Si supiera donde vive le quemo la casa. - hablo Momo alterada después de que Haewon le hablará contandole todo.

—Si supieras como deseo que el tiempo retroceda y no haberla dejado ir. - dijo Haewon secándose las lágrimas.

—Ya, hablale. - dijo Momo abrazandola.

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