ྀ✎ _𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟓 - 𝐂𝐮𝐥𝐩𝐚𝐛𝐥𝐞.

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Narracion 3ra persona.

  Ford jugaba con el pequeño mientras la chica miraba. El como el niño lo miraba lo hacía sentirse muy culpable de haber hecho gritar como perra desesperada a su "pobre" papá.

  - ¿Cuando piensa aparecer Fiddleford? Llevo aquí una hora... — La mujer parecía realmente querer ver a su esposo.

  - Últimamente tiene sueño pesado, gracias a nuestros trabajos casi no dormimos. — Mintió Ford, mientras sostenía en el aire al niño, haciendo como que volaba.

  Las escaleras crujieron y todos en la sala miraron hacia la puerta.

  - Buenos días... — Dijo el rubio cenizo, sin abrir los ojos del todo y los anteojos en la mano.

  - Fidds! — Ella se levantó y se acercó corriendo a Fiddleford, en cuanto lo vio mejor, se detuvo en seco. — Como éstas? — Preguntó notándose algo molesta.

  El delgado hombre estuvo un par de segundos calculando la situación. — Babs! — Los nervios lo invadieron.

  Fiddleford se rascaba la nuca, tratando incluso de tapar algunas marcas en su cuello. Esto no pasó desapercibido para la mujer. Quien se dió cuenta de lo que pasaba.

  ¡Vamos! Su esposo estaba en ropa interior con una remera gigante que obviamente no era suya.

  - Ford! Cuida un rato del niño! — Se volteó nuevamente al rubio cenizo. — Fidds, querido. — Lo agarró del brazo y lo llevó hacia la cocina, lejos de los demás. — Tenemos que hablar de algo.

  - Claro... No me dejarías ir a cambiarme antes? — Preguntó nervioso. A lo que su esposa se negó con la cabeza. — Bueno. De que querías hablar?

  - Que carajo Fiddleford! — Los ojos de la chica estaban a nada de estallar en lágrimas. — ¿¡Con quien estuviste!?

  Su voz sonaba súper quebrada.

  - No se a que te refieres... — Estaba al borde del colapso mental, tenía tanto que procesar. — Babs, que pasó? (NO CAPTA UNA - Will)

  - Y me lo preguntas? Tienes el cuello todo marcado y esa ropa ni siquiera es tuya! — De sus ojos brotaron lágrimas de enojo y tristeza.

  - Babs... — Trató de calmarla. Resultó inútil.

  Ella lloraba casi en silencio, para no alertar a los de la sala. Fiddleford no sabía cómo reaccionar al problema gigante que el había causado.

  - Se que nuestro matrimonio fue arreglado, pero realmente traté de amarte, sabes? — Su voz sonaba cada vez más rota. — ¡Tenemos un hijo, Fiddleford!. 

  - Lo se. — Fueron las únicas palabras que su cerebro pudo formular.

  - Llego a darte una sorpresa por tu cumpleaños y la que tiene la sorpresa soy yo. — Suspiró y se sacó las lágrimas. Tomó aire, calmando la ira que tenía encima.
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_Mientras tanto✌_

  Ford entretenía al pequeño mientras sus padres hablaban a solas. La mayor parte de sus pensamientos estaban en lo que podrían estar hablando o haciendo.

  - Como te llamas pequeño? — Le dijo al niño, el cuál sonrió.

  - ¡Tate! — Dijo alegre el pequeño.

  Ford se estaba encariñando con el niño. Le dolía que en algún momento lo separen de su padre por su culpa.

  El niño seguía juqueteando con algunas cosas mientras el castaño de lentes trataba de que no las toque.

Ⲣⲁ𝛓ⲁⲇⲟ𝛓 ⲇⲉ ⲥⲟⲣⲁ𝛓 [Fiddauthor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora