Ⲣⲁ𝛓ⲁⲇⲟ𝛓 ⲇⲉ ⲥⲟⲣⲁ𝛓 [Fiddauthor]

✎ _𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟏 - 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐝𝐢𝐝𝐚._

Narrador 3ra persona.

  Ambos hombres caminaban por las calles del pueblo, eran casi las 4pm y no se decidían a donde ir a comer.

  Al final, Fiddleford tomó del brazo a Ford y lo llevó directamente a un restaurante random que se les cruzó.

  Ambos se sentaron en una mesa y el Rubio cenizo se apoyó sobre la mesa con los codos.

  - Listo, aquí almorzaremos. No acepto quejas. — Lo señaló mientras reía casi en silencio.

  Pasaron unos minutos hasta que una mesera llegó a darles la carta a la pareja, ella se fue y los dejó eligiendo.

  - Que vas a comer, Ford? — Sostenía el menú en sus manos.

  - Mm.. Pues algo sencillo, no tengo mucha hambre. — Levantó la vista hacia el rubio cenizo.

  Habían decidido que comer, por lo que la chica que los había atendido, se acercó a la mesa nuevamente y tomó el pedido.

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  En la cabaña.

  Stanley aprovechaba el que no había nadie en la casa, su hermano y Fiddleford habían salido y la mujer se había ido con el niño a pasear, así que estaba solo y posiblemente Bill observando desde las sombras.

   Aunque no tenía la certeza de si podía hacerlo, podían llegar en cualquier momento e iba a ser súper vergonzoso que alguien lo viera en un momento asi.

  - Bien Stan... No seas cobarde. — Cerró la puerta del baño y suspiró. — Es solo cortarte el pelo, no es muy difícil. — Parado frente al espejo con una tijera en la mano.

  - Por qué no vas a la peluquería? — Sonó la voz de Bill por detrás del castaño. — Te quedaría mejor que si te lo cortas por tu cuenta.

  - Gracias por el ánimo, Billy. — Se dió la vuelta a mirar al chico rubio detrás suyo.

  - De nada bb 🫦 — Comenzó a reír a carcajadas mientras se apoyaba en el hombro ajeno.

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  - Menos mal que no tenias hambre... — El rubio cenizo soltó una pequeña risa y tomó un sorbo de su bebida.

  - Callate. — Se limpió la comisura de los labios con una servilleta mientras miraba el plato vacío. — Salió?

  - Te falta un poco por acá. — Se apoyó sobre la mesa y acercó la mano a la cara del castaño, terminando de limpiarle la cara con el dedo pulgar. — Ahora si. — Se volvió a sentar, cruzado de brazos en su asiento.

  - Gracias, aunque no era necesario... — Hace un bollo la servilleta para dejarla al lado del plato.

  El rubio cenizo se rió y se acomodó en la silla para luego llamar a un mesero por la cuenta.

  - Ya que esta Fidds, cuando nos vayamos... Hay algo que quiero mostrarte. — Se rascó levemente la nuca mientras miraba el suelo.

  - No puedo esperar para ver lo que sea que quieras mostrarme. — Desvió la mirada hacia el mesero que se acercó a cobrar.

  Salieron del lugar y Fiddleford siguió al castaño a donde sea que lo estuviera llevando.

  Caminaron un poco hasta que llegaron a la zona dónde el búnker se encontraba.

  - Bueno Fidds, quiero presentarte a alguien. — Rebuscaba entre los arbustos cercanos al falso árbol. — Él es Formy! — Levantó una pequeña jaula con un pequeño ser gelatinoso.