Capitulo 8: Tormenta Interna

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Los días posteriores al evento fueron un torbellino de actividad. La manada estaba comenzando a adaptarse a los cambios propuestos, pero la resistencia persistía en algunos sectores. La tarea de implementar nuevas políticas y fomentar la unidad estaba probando la paciencia de Enzo, y Julián lo notó más cansado y estresado de lo habitual.

Una tarde, mientras Julián estaba en la cocina preparando algo de comida, Enzo entró con una expresión de agotamiento en su rostro. La carga de ser alfa y la presión de la manada estaban comenzando a hacer mella en él.

—Hola —dijo Julián, mirando a Enzo con preocupación—. ¿Cómo te va?

Enzo se dejó caer en una silla, y Julián notó la tensión en sus hombros. —Es difícil. Parece que algunos miembros de la manada no están dispuestos a aceptar los cambios. Y, honestamente, estoy cansado. No solo físicamente, sino emocionalmente.

Julián se acercó y le ofreció un vaso de agua, luego se sentó a su lado. —Lo estás haciendo bien, Enzo. Los cambios son difíciles, y llevar a todos contigo no es fácil. ¿Qué puedes hacer para manejar la presión?

Enzo tomó un sorbo de agua y suspiró. —He estado intentando mantener la calma y ser firme en mis decisiones, pero la resistencia constante está comenzando a desgastarme. Siento que no estoy haciendo suficiente para que todos se sientan incluidos.

Julián le tomó la mano, intentando transmitirle algo de apoyo y tranquilidad. —Quizás podríamos encontrar una forma de involucrar más a los miembros de la manada en el proceso. Si les das una voz en cómo se implementan los cambios, podrían sentirse más comprometidos.

Enzo lo miró, su expresión empezando a relajar un poco. —Esa es una buena idea. Tal vez una serie de reuniones más pequeñas, donde los miembros puedan expresar sus opiniones y preocupaciones, podría ayudar.

—Exactamente —asintió Julián—. Además, tomar un tiempo para ti mismo también es importante. No puedes liderar efectivamente si estás agotado.

Enzo sonrió débilmente, agradecido por el consejo. —Tienes razón. A veces me olvido de que también necesito cuidar de mí mismo.

El día siguiente, Enzo comenzó a implementar la idea de reuniones más pequeñas. Convocó a varios grupos de miembros de la manada para discutir los cambios y escuchar sus opiniones. El esfuerzo parecía valer la pena, ya que las reuniones ayudaron a reducir la tensión y permitieron a Enzo entender mejor las preocupaciones de la manada.

Durante una de estas reuniones, Julián se unió a Enzo para brindar apoyo. Mientras Enzo hablaba con los miembros, Julián se sentó en la parte posterior, observando el proceso. La forma en que Enzo abordaba las preocupaciones con empatía y apertura era un testimonio de su crecimiento como líder.

Al final de una de las reuniones, Enzo y Julián se dirigieron al claro donde solían encontrarse. La noche estaba tranquila, y el cielo estrellado ofrecía un contraste con el estrés del día.

—Gracias por tu ayuda —dijo Enzo, mientras se sentaban en la hierba—. Las reuniones han sido útiles, y me siento un poco más optimista.

Julián le sonrió, sintiendo una profunda satisfacción por ver a Enzo recuperar parte de su equilibrio. —Estoy feliz de que te haya ayudado. Y no olvides que también tienes que cuidar de ti mismo. No estás solo en esto.

Enzo se inclinó hacia adelante, tomando la mano de Julián en un gesto de gratitud. —Eres mi roca. No sé qué haría sin tu apoyo constante.

Julián apretó la mano de Enzo, su mirada llena de cariño. —Estamos juntos en esto. Cualquier desafío que enfrentemos, lo haremos como equipo.

El tiempo que pasaron juntos en el claro fue un momento de calma y conexión. Aunque los desafíos seguían presentes, la fortaleza de su relación se mantenía firme, y ambos sabían que enfrentarían cualquier adversidad con la misma determinación y amor que habían demostrado hasta ahora.

La noche avanzó, y mientras el frío nocturno comenzaba a instalarse, Enzo y Julián se acurrucaron juntos, encontrando consuelo en la cercanía del otro. Aunque el camino aún era incierto, la certeza de su compromiso mutuo los mantenía firmes y decididos a seguir adelante.

Entre el instinto y el amor AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora