𝑭𝒍𝒖𝒇𝒇𝒕𝒐𝒃𝒆𝒓 𝟐𝟎𝟐𝟒: "A Medias" | Gonkillu.

6 | Mudanza.

Independizarse no era algo sencillo. Generalmente, la gente tardaba mucho en estar lo suficientemente estable —tanto económica cómo emocionalmente— para salir de casa de sus padres y empezar a vivir por su cuenta. Sin embargo, Killua no compartía parentesco con la gente.

Killua había estado reuniendo dinero desde los doce años, guardando la mitad de cada mesada para reunir fondos; él tenía un plan. Uno arriesgado, también un poco pretencioso, incluso infantil. Pero él sabía cómo hacerlo realidad.

Killua siempre había odiado estar sometido al yugo de sus padres. Vivir cómo un Zoldyck no era vivir, era subsistir en base de los deseos y caprichos de su madre y hermano mayor; ¡Haz esto! ¡No hagas lo otro! ¡Actúa cómo tal! Toda la infancia del albino había sido arruinada por la cantidad insólita de expectativas que pusieron en sus hombros, sólo por haber nacido en la tragedia de ser un Zoldyck.

Hizo trabajos en el verano, a escondidas de sus padres. Resistió la tentación de comprarse dulces, videojuegos nuevos, escondió todo el dinero de sus propios impulsos. Se mantuvo centrado en su objetivo, tenía que conseguir el dinero suficiente para mudarse —junto a sus hermanas— al apenas cumplir la mayoría de edad. Alluka y Nanika eran mellizas, Alluka era una chica trans y Nanika tenía una discapacidad mental; sus padres tomaron eso de pretexto para tratarlas cómo si fueran algo menos que un ser humano, se encargaron de ignorar sus necesidades en todo momento y de menospreciarlas. Killua era el único quien les demostraba amor, las amaba con todo su ser.

E iba a pelear por ellas. Sabía que conseguir la custodia de ambas no sería un problema, sus padres adorarían la idea de deshacerse de sus hijas "dañadas", cómo ellos solían decir. Sin embargo, que Killua se fuera de la casa... ese era el problema. Cualquier cosa que le diera mínima libertad a Killua era considerado inaceptable, una blasfemia a los ojos de esos manipuladores psicópatas que tenía de familia.

Pero no dejaría que le quitarán esto, Killua no pensaba estar sometido para siempre, iba a librarse de todas esas cadenas e iba a llevarse a sus hermanas con él.

Las cosas se desarrollan de manera inesperada, a los diecinueve termina huyendo de casa junto a sus hermanas, días después de que ella cumplen dieciocho. Empaca todas sus cosas en una maleta y un bolso de viaje, toma todos sus ahorros, y en la madrugada los tres se van a la estación del metro a las afueras de la ciudad. Allí, los tres escapan de la región de Dentora e se van a la capital de Padokia.

Ese sería el inicio. Pues, unos días después salen del país en un avión y aterrizan en YorkNew. Los Estados Unidos de Sahelta había sido el objetivo inicial de Killua desde hacía muchísimo tiempo, era un país estable que brindaba miles de posibilidades a los recién llegados. Tenían un futuro asegurado allí; apartados de su tormentosa familia por kilómetros y kilómetros. Killua podría quitarse el peso de su apellido de los hombros, y sus hermanas podrían ser alguien en vez de algo.

YorkNew es una ciudad gigantesca, abarrotada de toda clase de gente, las calles concurridas son amenazadoras para quienes no están acostumbrados a salir de casa —Alluka y Nanika siendo el mayor ejemplo de esto—. Hay cierta peste en el aire, las estrellas en el cielo no se aprecian por completo, se ven opacadas por las luces de los rascacielos. El flujo de peatones y de carros es tan intenso que da la sensación de que no hay espacio suficiente, pero Killua no tarda en conseguir un buen apartamento en un bulevar céntrico relativamente cercano a un parque y a una cafetería al aire libre; en ese mismo local encuentra trabajo con facilidad, a pesar de no tener experiencia atendiendo al público ni cumpliendo un horario exhaustivo.

Alluka también insiste en trabajar. Acude con éxito a una entrevista de trabajo para un puesto cómo vendedora en una boutique, ella nunca ha trabajado ni ha asistido a una entrevista antes, pero parece ser lo suficientemente encantadora cómo para conseguir el empleo. Por supuesto, después de tal logro, los tres hermanos celebran comiendo pizza con pepperoni sentados en el piso desolado de la sala.