Apodos | 7

39 6 3
                                    

Este se desarrolla en el mismo AU que el primer drabble "primer día de novios" <3.




Gon tiene un serio problema con los apodos.

Killua podría decir que está preocupado incluso. Gon está obsesionado con usar apodos, y no sólo apodos, sino los nombres mas vergonzosos y cursis que alguna vez alguien ha imaginado. ¡Y en público!

Las muestras de afecto públicas, las que se exhiben ante todos con orgullo y descaro, no era algo a lo que Killua estuviera acostumbrado. Sin embargo, después de haber empezado un noviazgo sólido con su mejor amigo, a los meses empezó a familiarizarse con los abrazos, los toques, las sonrisas poco disimuladas… pero, ¿Los apodos? Ese era un campo totalmente diferente, un campo minado. Un paso en falso y Killua podría estallar en mil pedazos, destrozado por la vergüenza de ser llamado "cariño".

Por Dios, tienen quince años… pero Gon adora actuar cómo si fueran una pareja de ancianos que han compartido toda la vida juntos, a Killua en realidad le encanta también, pero no tiene control sobre sus propias reacciones exageradas.

—Killua, bebé, ¿Después de clases vamos a tomar un helado?

—¿¡Qué!? ¡¿E-estas loco?!

A veces Killua se preguntaba cómo Gon lo soportaba, ¿Cómo Gon no se inmutaba cuando Killua chillaba y se encogía sobre sí mismo como una tortuga después de ser llamado amorosamente? Killua se avergonzaba de sí mismo y no sabía cómo detener el calor que eclosionaba en su ser cada vez que Gon actuaba así tan plenamente.

"—¡Amor, ven a ver esto!"

"—Tu cabello se ve muy bonito hoy, luna."

"—Mi vida, mi vida, mi vida. Me gusta ese apodo para ti, ¿Qué dices?"

Habían muchos ejemplos cómo esos, muchos recuerdos de momentos donde Gon dijo sin ningún pelo en la lengua cosas vergonzosas, sin importarle que otros oyeran o que Killua muriera en el acto. El moreno disfrutaba de hacer sonrojar al albino, incluso si trataba de fingir inocencia gran parte del tiempo.

Mientras más Killua se ruborizara, se mostrara tímido, tratara de patearlo o morderlo, Gon se iba a inspirar más para continuar con la cruel tortura:

—¡Oh, lindura! ¡Qué adorable sonrojo!

—¡¡Déjame en paz, Gon!! —la única forma de salvarse a sí mismo de los fuertes ataques verbales de Gon era corriendo, huyendo de todo ese afecto que no sabía cómo procesar—, ¡Eres muy vergonzoso!

—Oh, pero yo sé que te encanta, ca-ri-ño —la forma en que Gon arrastraba las palabras y sonreía con resobra—. Te delatas a ti mismo.

—¡Silencio! —No era suficiente sólo esconder su rostro o huir del lugar, Killua sentía la necesidad de desaparecer, para no ser examinado por los cálidos ojos miel.

Los apodos eran tan vergonzosos que mareaban, y era tan obvio sus colosales efectos en él que Gon los hizo cada día más frecuentes. En el desayuno, en el almuerzo, en la merienda, en la cena; los lunes, los martes, los miércoles, los jueves, los viernes, y los fines de semana; en los días de clase, en los días festivos y de vacaciones; cuando nadie miraba, cuando estaban en medio de la tormenta de gente.

Gon amaba usar apodos. De hecho, el azabache llegó a admitirle a su novio que buscaba apodos por internet cuando se le acababan las ideas. ¡Maldito loco! Killua estaba pensando en denunciarlo.

¿Cómo se podía ser tan sádico? Gon iba a matarlo un día de estos, provocándole a propósito tanta vergüenza, Killua iba a terminar con fiebre si seguia sonrojándose con tanta fuerza.

𝑭𝒍𝒖𝒇𝒇𝒕𝒐𝒃𝒆𝒓 𝟐𝟎𝟐𝟒: &quot;A Medias&quot; | Gonkillu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora