Cinco
A la mañana siguiente me encontré al lado de Emily. Su respiración me reconfortó ya que sabía que estaba bien. Esa noche tuve una pesadilla con el tipo rubio de ojos celestes. La culpa no me dejaba. Debía decirle a Em la verdad.
Por otro lado me preguntaba porque Fabián tampoco hacía nada. ¿Tenía culpa? ¿O acaso miedo? Yo no le tenía miedo al tipo. Sino a la reacción de Em. Yo no había dicho nada y tal vez si hubiera detenido al tipo que mató a sus padres...
Me levanté y vi una nota en mi escritorio. Era de Jake.
Oye necesito que me cubras... Volveré mañana así que dile a Em que puede dormir en mi cama.
Suerte con ella, por cierto.
Att: tu ya sabes.
Estaba abrumada. Jake cuando más lo necesitaba se iba. No dejaba de pensar en que feas se estaban poniendo las cosas.
Decidí buscar mi copia de La Vida de Lucy.
Lucy era tan valiente y tan genial. Desde pequeña la admiro y me pregunto que habrá sido de ella. Seguro anda por allí con David matando caminantes.
David desde pequeña me parecía muy guapo así me lo imaginaba. Fue mi primer amor platónico. Era un honor tener los ojos grices como él.
Quería ser valiente como ella. Pero no lo era. Tenía un carácter de los mil demonios pero me daban miedo muchas cosas.
Decirle a Em mi secreto por ejemplo.
Sabía que debía decirle. Pero primero iba a ir a ver a Fabián. Así que me vestí con unos vaqueros desteñidos, una blusa de tirantes roja y unas botas. Me hice una coleta y me dirigí al pasillo.
Mi padre se había ido a trabajar.
Mi madre estaba en nuestra pequeña sala pintando un jardín. Sus pinturas siempre eran muy aburridas pero supongo que como eran de pedido no tenía opción. Aun así nunca la había visto pintar por diversión.
- ¿Donde vas? - me dijo mamá sin levantar la vista del lienzo.
- A casa de Fabián. Necesito hablar con él.
- ¿Sobre qué?
Siempre mi madre entrometiéndose en cuanto a Fabián. Me daba mi espacio pero a penas mencionaba a Fabián ella fruncía el ceño. Ella sabia que no era el chico para mí. Pero yo no lo quería como "mi chico", sino como un amigo.
- Sobre Em - susurré. No era del todo mentira.
- No te entretengas - sentenció.
Suspiré. No sé porque no le agradaba Fabián. A muchas madres le hubieran caído bien mi amigo. Por su poderosa familia y lo callado que él resultaba.
Pero mi madre en lo poderoso veía la palabra debilidad. Ella sabía que su familia ni él habían estado fuera de los muros de A.T.S. Y supongo que eso no le agradaba. A mi a veces tampoco. Pero no me podía dar el lujo de rechazar amigos. Y menos ahora que él y yo compartimos este secreto.
Llegué a la puerta de su casa y toque. Un tipo de estatura pequeña, solo un poco más grande que yo, me abrió la puerta. Era pelirrojo como Fabián. Tenía el ceño funcido.
- ¿Qué quieres, niña? - me dijo.
- Señor Luke - le saludé.
Al parecer se molesto. Yo mostré respeto y él no. Y se supone que yo soy la "inadaptada".
- Solo quiero hablar con su hijo un momento - le dije.
- No creo que mi hijo quiera hablar con una basura como usted.
Le iba a gritar en ese momento. Pero apareció su madre. No sabía que era peor. El señor Luke o ella.
Tenía unos venenosos ojos. Me miraba como había dicho el señor Luke: como una basura.
- ¿A caso crees que tienes el derecho a venir a ver a mi hijo? - me dijo con repugnancia.
- Sí lo tengo señora, que usted tenga más cosas que yo no la hace mejor.
- Por supuesto que soy mejor que cualquier Dixon. Tú y tu familia. No hacen más que estorbar.
- Pues si mi familia estorba la suya ¿Que hace? Mmm ya sé. Robar oxígeno.
- ¿¡Como te atreves!?
En ese momento entró Fabián. Me miró sorprendido. - ¿Qué haces aquí, Danah? - dijo disimulando su terror ante el momento.
Porque lo que sentía hacia sus padres no era respeto. Sino terror.
- Vine a hablar contigo- dije firme.
Sus padres lo miraron con reproche. Él asintió.
- Danah por favor vete.
- No me iré hasta que hables conmigo.
- Danah...
- Soy tu amiga. ¿No?
- Claro que no- dijo la señora.
Me miró de una manera asustada. Pidiendo compasión. Sabía que jamás me defendería delante de sus padres. Por más que fuera su amiga me iba a negar. Me iba a humillar.
- No lo eres. Por favor no vuelvas - sentenció Fabián.
Asentí humillada.
Sus padres estaban triunfantes.
Los ojos comenzaron a empañarse. Pero no estaba triste, sino enfadada. Ofendida, humillada.
Quería ir allí y romperle la cara.
Si creía que me iba a ofender y luego volver a hablarme estaba muy equivocado.
Entré a mi casa hecha una furia.
Mi madre me observó.
- Te dije que no te entretuvieras.
- Es un idiota.
- Tranquila, no me sorprende viniendo de tipos como ellos.
- ¿A que refieres?
- Danah, después de la catástrofe la gente volvió a la vida normal. Bueno no del todo. La gente que había sobrevivido a fuera era la mejor tratada. Estaban en el gobierno. Pero gente como los padres de Fabián comenzaron a decir que éramos una amenaza. Que ni siquiera merecíamos estar en la comunidad.
- Por eso mataron a tu amiga Ana José.
- Exactamente- dijo mamá cerrando los ojos- por eso ten cuidado en quien confías. Emily es una buena niña. Es una buena amiga. En cambio ese tipo Fabián no es más que un niño mimado.
- Lo sé- suspiré.
Mi madre tenía razón. Pero estaba traicionando a Em al no contarle y estaba confiando en Fabián por saberlo.
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Danah (Segunda parte)
Science FictionHan pasado veinte años desde que la cura existe. Danah ha vivido toda su vida detrás de los muros del A.T.S. Ha escuchado historias de la gran catástrofe y tiene curiosidad de lo que hay allí fuera. Quiere saber si esas criaturas existen. Esta vez...