Nueva vida, nueva forma de respirar

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Nueve
Solo bajabamos y bajabamos. El subterraneo era increíble. Supongo que era una especie de rufugio para ataques bomba. Había oído de ellos por mi madre.
Lina parecía una muchacha extrovertida. No dejaba de ver a Lucy (mi madre) como si fuera una celebridad. Pero después de todo, eso era en realidad mi madre.
El elevador se detuvo en una serie de pasillos. Había muchas puertas. Un letrero en la pared decía:
Área de Habitación D
- Aquí se quedaran Danah y Lucy - dijo Lina- los chicos, su habitación es más abajo.
Mamá estaba por protestar hasta que el tío Daryl le hizo una miraba de que se calmara. Supongo que debíamos confiar en ellos. Pero había un pequeño problema : yo no voy a ningún lado sin Jake.
- No iré a ninguna puta habitación sin mi hermano - declaré.
- Genial, igualita a tu madre-masculló Daryl.
- Callate subnormal, mi hija tiene derecho de dormir con quien ella quiera. Ademas desde pequeños comparten habitación-dijo mamá.
- Cariño...-comenzó papá.
- Callate, David! Sabes que tengo razón!
Mi padre como siempre no podía contra el caracter de mi madre. En eso Daryl tenía razón. Mi madre y yo éramos iguales. Al menos en ese aspecto.
Lina le sonrió a mi madre con la misma admiración de hace un momento.
- Lucy, sé que para todo sobreviviente es sospechoso que lo separen de su clan. Pero para nosotros es importante ver su capacidad de... luchar. Lucy y David, para ustedes no es necesario eso. Pero sus hijos nunca han salido del muro... Así que sus hijos estan en prueba.
- Quiere decir que nos pueden hechar-dije.
Mi madre miro a Lina con rabia. La pobre chica casi le da algo.
- Creo que somos igual de fuertes que nuestros padres - dijo mi hermano.
No era una superviviente, pero sobrevivir estaba en mi sangre.
- Escucha, puedes dormir sin mí. De acuerdo? -preguntó Jake.
- Puedo dormir sin tus gases, gracias-bromee.
Él se rió. Le di un abrazo a mi padre, el sentimental de la familia.
Mis padres se besaron en nuestras narices. Mi hermano me estrujó la mano y Daryl me guiño el ojo.
Lina me dedico una sonrisa. Yo asentí.
- No sean tan maricas, nos vemos en la cena - dijo Daryl.
Mamá se rió por lo bajo.
Lina nos indico donde eran nuestras habitaciones. Luego se fue con los chicos más para abajo. Mi cerebro no comprendía como semejante construcción estaba bajo tierra.
Mi habitación era la 212 y la de mi madre, era la de al lado.
El cuarto era gigante, al menos para mí sola.
Había una cama, un librero, una comoda, un espejo y un armario.
De inmediato note algo: mis cosas.
Cosas que pensé que había perdido. Libros que pensé que mamá tenía. Ropa que di por regalada, zapatos, pijamas.
Fue entonces que me di cuenta que la huida de A.T.S no fue tan desorganizda, más bien; parecía planeada hasta el último detalle.
Acomodé lo que traía en la mochila.
Me animó un poco ver que tenía una buena cantidad de libros.
Me cambié de ropa y me puse perfume. Luego me acosté en la cama y le agradecí... a lo que sea que papá agradece. Mamá ya no cree en esas cosas. En lo divino y todo eso. Pero papá en cambio sigue creyendo. Mamá dice que ningún "Dios amoroso" permitiría esta catastrofe.
Yo en realidad no sabía que pensar. Pero me reconfortaba pensar que un ser divino me cuidaba.
- Danah, cariño - dijo Mamá Lucy.
- Hola, Lucy - respondí sin más.
- Cuando leíste el libro me llenó de mucha ilución. Maso menos tenía tu edad cuando comencé a escribir el diario. Supongo que te sientes engañada porque no te contamos esto antes.
- Sí, me sentí así, pero lo entiendo. Si nos descubrían estaríamos muertos.
- O caminantes, matarnos sería piedad. Escucha, todas aquellas historias que considerabas horribles son ciertas. La gente canibal, asesina, traicionera... toda esa gente existe aquí. La gente buena siempre muere...
- Y la mala también. Pero la gente astuta será la que repoble la tierra.
- Me alegra que prestes atención. Asesinar a alguien esta mal, pero a veces para salvar tu vida necesitas hacerlo. Eres tú o ellos. No hay otra opción.
- A cuanta gente has matado?
- Sonará muy cruel, pero ya perdí la cuenta. Siempre recuerdo a la primera. Yo no quería hacerlo. Pero ella me lo pidió. Se llamaba Julia.Era amable, la mordió un caminante.
- Lo sé mamá. Me sorprendió un poco lo que pasó en la frontera. No sabía que hacías esas cosas.
- Hace 20 años yo tampoco lo hubiera creído. Pero bueno, ya nada es igual como hace 20 años. Nena tienes que luchar por quedarte aquí. Igual tu hermano. Me rompería el corazón que los hecharán.
En ese momento comprendí una cosa: debía de luchar. Matar sería lo menos que debía hacer. Porque ahora todo sería más dificil. Hasta respirar se volvería complicado.
Perdón por no haber subido antes. Los quiero un montón.
DGR

Danah (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora