El Subterráneo

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Ocho

Cuando desperté el auto ya se había detenido.

  - ¿Aquí?- preguntó papá a Daryl.

  - Aquí mismo- declaró él.

Mis padres se miraron y se dieron la mano. Papá se la estrechó a Mamá. Ambos asintieron.

  - Cariño.... ¿Sabes nuestros nombres?- dijo Mamá.

Jake y yo nos miramos. Era una pregunta estúpida. ¿Quien no sabe el nombre de sus padres?

   - Gleen y Caroline - dijimos al unisono. 

Daryl explotó de la risa.

- ¿Gleen? ¿En serio? - decía Daryl casi llorando de la risa. Jake y yo no entendíamos el chiste.
- Cuando llegamos a la comunidad, que en ese momento era Seattle, tu madre y yo decidimos cambiarnos el nombre. Era lo más seguro, porque sabíamos que algún día nos perseguirían. Sobre todo por quién realmente somos- explicó Papá.
Me quedé extrañada. Tenía que ser una broma.
  - Mentira- dijo Jake.
  - Entonces quienes son?- dije.
  - Mi verdadero nombre... - Mamá tomó una pausa- mi nombre es Luciana, Lucy.
No podía ser. Hay muchas personas con ese nombre. Lucy no era mi madre...
  - Y yo soy David- dijo Papá.
Lucy era mi madre. La persona que tanto admiraba. La persona más valiente. Era mi madre. Y no solo eso, mi primer amor platónico era nada menos que mi padre.
Todo se volvió un silencio incomodo, excepto por las carcajadas de Daryl.
Me sentí falsa. Engañada. Todo tenía sentido ahora. La burla hacia el gobierno, los libros prohibidos, los amigos raros, que le dijera tío a Daryl...
Que tonta había sido. Le iba a gritar.
  - No tenemos mucho tiempo. Los de A.T.S vigilan el área- dijo Daryl ya más serio.
  - Vienen aquí? -preguntó Jake.
  -  No, pero la sobre vuelan.
No tuve tiempo de quejarme. Me baje del carro y tomé mis cosas, como todos los demás.
Daryl y David cubrieron el auto de arbustos y otras cosas, lo cual lo disimulaba.
Comenzamos a caminar hacia el bosque.
  - Tengan sus armas a mano- dijo Lucy.
Jake tomó el cuchillo. Yo hice lo mismo.
Jake se veía impactado. Obviamente. Pero como yo, lo disimulaba bien. Ambos teníamos el mismo carácter.
A Daryl no se le quitaba la sonrisa burlona del rostro.
Lucy y David estaban tomados de las manos, en la otra mano llevaban un cuchillo.
No podía creer que ellos eran mis padres. No podía creer que ella era mi héroe.
Lucy en la historia describe tantas cicatrices. Cómo no las vi?
Observe la muñeca izquierda de mi madre donde estaba un gruesa pulsera. Tanto era que le cubría la muñeca. Nunca se lo quitaba.
  - La mordedura esta allí abajo, no? -dije señalando su muñeca.
Ella asintió y le soltó la mano a David.
A continuación se quitó la pulsera y mostró la mordedura de un caminante. Eso la marcaba como la primera sobreviviente al virus. La primera vacunada.
Una cura hecha con una parte del cerebro de su madre, mi abuela.
Mi abuela era Carolina. De allí había tomado su nombre falso.
No sabía pero sabía todo sobre mis padres.
Sabía ahora de su tatuaje. Y sabía que a Papá le habían disparado. Que habían perdido gente. Que madre había sufrido sola la catástrofe a mi edad.
La gente que ellos consideraban su familia, no sabían nada de ellos. Algunos estaban muertos, otros simplemente no estaban.
Ellos sabían lo que Jake y yo sentíamos al dejar la comunidad. Ellos tuvieron que dejar sus casas cuando empezó el "apocalipsis".
Me sentí menos enojada.
Caminamos hasta toparnos con una cueva. Nos adentramos a ella.
De repente una joven salió de las sombras.
Se veía mayor y ruda. Era blanca con las mejillas rojos. Tenía los ojos cafes y el pelo por los hombros. Era castaña clara y tenía pecas.
   - Hola, idiota- le dijo a Daryl.
   - Como has crecido- le respondió.
   - Soy Lina- dijo la chica- Ustedes deben ser Lucy y David. No saben cuanto los admiro!
A Lina le brillaban los ojos de alegría, claro ahora mi madre era popular.
  - Es la hija de Ana José - dijo Daryl.
  - Sip. Mamá esta desesperada por verlos.
  - Quieres decir... que ella esta... - comenzó Mamá.
  - Vivita y coleando - la interrumpió Lina.
Lucy y David se besaron de la emoción. Iu, iu, iu.
Entramos hasta el fondo de la cueva.
No me pregunten como pero terminé en un acensor subterraneo.
Agarré mi bolso con fuerza y comenzamos a desender.
Tomé la mano de Jake y la apreté. Ambos teníamos miedo. Simplemente lo sabíamos: nunca nada volvería a ser como antes.

Danah (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora