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《Culpa》

El sol apenas se filtraba por las cortinas cuando Sunghoon se despertó. Un agudo dolor de cabeza le palpitaba en las sienes, recordándole de inmediato que había bebido mucho más de lo debido la noche anterior. Aún adormecido, sintió el cuerpo pesado, como si cada músculo le suplicara que se quedara quieto, que no intentara moverse. Pero el calor de las sábanas, que al principio le resultaba reconfortante, pronto se volvió incómodo.

Con un gemido suave, se removió en la cama, intentando buscar una posición que le diera algún alivio. Fue entonces cuando sintió ese dolor agudo en la espalda baja, un malestar que lo hizo fruncir el ceño de inmediato. La sensación lo desconcertó, haciendo que sus pensamientos comenzaran a girar en torno a lo que había sucedido. Al principio, los recuerdos eran vagos, desenfocados, como si estuviera tratando de reconstruir un sueño confuso.

Tomó una respiración profunda, tratando de ordenar el caos que era su mente, pero entonces, como si una avalancha lo golpeara, todo volvió de golpe. Las imágenes de la noche anterior comenzaron a fluir como un torrente imparable: los tragos en la discoteca, el calor de la pista de baile, el peso reconfortante de las manos de Heeseung sobre su cuerpo, las risas que compartieron en el departamento... y luego, lo inevitable.

Sunghoon sintió su cuerpo tensarse de inmediato, el aire pareciendo escapar de sus pulmones mientras la realidad lo aplastaba. Había tenido sexo. Con Heeseung. El mejor amigo de Jake.

Un escalofrío recorrió su piel, haciendo que el sudor frío cubriera su frente. De repente, las sábanas se sentían sofocantes, como si lo atraparan en una red de culpabilidad y confusión. ¿Cómo había permitido que algo así ocurriera? No estaba seguro de cómo había terminado exactamente en esa situación, pero recordaba los labios de Heeseung sobre los suyos, la manera en que sus cuerpos se movieron con urgencia, el modo en que se había dejado llevar.

—No puede ser… —murmuró, con un nudo en la garganta.

Se llevó una mano a la cara, frotándose los ojos con frustración, pero no importaba cuánto lo intentara, no podía borrar las imágenes de su mente. Sunghoon se obligó a sentarse, a pesar de que el dolor lo hacía querer quedarse tendido para siempre. Mientras lo hacía, cada movimiento de su cuerpo le recordaba lo que había sucedido. Se sentía expuesto, vulnerable y, sobre todo, terriblemente arrepentido.

Mordió su labio inferior, luchando por no sucumbir al miedo que comenzaba a crecer dentro de él. Su mente corrió hacia Jake, hacia lo que significaría si él se enteraba. ¿Cómo podría mirar a Jake a los ojos después de esto?

Sunghoon se quedó mirando el techo por un largo momento, sintiendo el peso de la culpa como una piedra en su pecho. Lo peor de todo, y lo que realmente lo hacía sentir horrible, era que había disfrutado cada segundo. Cada caricia, cada toque íntimo de Heeseung, lo había llevado a un lugar donde todo parecía correcto, incluso si sabía que estaba mal. Y eso lo aterraba.

Era difícil admitirlo, pero esa era la cruda realidad. Su mente no podía escapar de los recuerdos que ahora lo inundaban. Las manos de Heeseung deslizándose por su piel, el calor de su aliento en su cuello, el modo en que sus cuerpos se entrelazaron en una coreografía casi perfecta. Todo encajaba, como si hubieran sido hechos el uno para el otro en ese momento prohibido. La intensidad de los besos, la forma en que Heeseung parecía conocer exactamente dónde tocar, cómo hacerlo sentir deseado... era imposible no haberlo disfrutado.

—Dios... —murmuró Sunghoon para sí mismo, apretando los ojos con fuerza como si eso pudiera borrar las imágenes que se repetían sin cesar en su mente.

Era una lucha interna, un conflicto entre lo que sabía que estaba mal y lo que su cuerpo, su mente, había experimentado como algo indescriptiblemente placentero. Si le dieran la oportunidad de regresar en el tiempo, sabía, en lo más profundo de su ser, que probablemente lo haría de nuevo. Y eso lo hacía sentirse aún peor.

Deliciously Wrong || HeehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora