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《Contradicciones》

—Regreso tarde, no esperes despierto —Jake tomó las llaves de su auto dispuesto a salir de casa—. Si viene Heeseung, dile que ya estamos en casa de Soobin, lleva una semana desaparecido, le dejé como cinco mensajes de voz.

—Está bien, aunque eso me has dicho los últimos días y no ha pasado por aquí —Sunghoon se encogió de hombros y regresó su atención a los libros.

—Creo que no se siente cómodo en casa de Soobin, nos vemos en la Universidad pero de noche se esfuma. O tal vez, esté con alguna chica —se acercó a su novio y dejó un beso en su frente—. Nos vemos luego.

Si supieras te caerías de espaldas.

Habían pasado casi dos semanas desde aquel encuentro en los baños con Heeseung, dos semanas en las que el mundo de Sunghoon parecía haber dado un giro aún más complicado. Desde entonces, los encuentros entre ambos se habían vuelto más frecuentes, casi clandestinos, envueltos en un aire de culpabilidad que no podía ignorar. Jake, ajeno a todo, había dejado de pasar las noches en casa. Las quejas del dueño del edificio por el constante ruido y las fiestas lo habían forzado a mudarse temporalmente a casa de Soobin, lo que en teoría debería haber sido un respiro para Sunghoon, pero en realidad lo sumió más profundamente en el torbellino emocional en el que ya se encontraba.

Heeseung había aprovechado esa situación con facilidad. Siempre encontraba una excusa para evitar las noches con sus amigos, aquellas noches interminables de videojuegos que tanto disfrutaban, alegando que necesitaba estudiar o que se sentía mal. Sin embargo, Sunghoon sabía que todo era una mentira. Lee no estaba interesado en juegos ni en estudio, al menos no en ese momento. Estaba interesado en él, y eso lo tenía atrapado en una red de emociones que no sabía cómo desenredar.

Al principio, la incomodidad lo devoraba. Cada vez que Heeseung lo miraba con esos ojos cargados de una mezcla entre ternura y deseo, su cuerpo se tensaba. ¿Cómo debía actuar? ¿Qué significaba realmente todo aquello? Había una parte de él que aún no podía confiar plenamente en Lee. El temor y la duda, los mismos que Jay y Jungwon habían sembrado en su mente, seguían arraigados.

¿Y si Heeseung es exactamente lo que pensé en un principio?

Pero, por otro lado, no podía negar lo que sentía. Disfrutaba cada momento, cada toque, cada susurro. Había una suavidad en sus gestos, una delicadeza que Jake había perdido hace mucho tiempo. Heeseung nunca lo presionaba, nunca lo hacía sentir obligado o atrapado. Al contrario, siempre lo mimaba, lo cuidaba. Cuando estaban juntos, Sunghoon podía olvidarse, aunque fuera por unos instantes, de la maraña de confusión que reinaba en su mente y corazón.

Era como vivir en dos mundos paralelos. En uno, estaba atrapado en la culpa, en la certeza de que estaba traicionando a Jake, a pesar de que su relación ya no tenía sentido, y de que, en el fondo, sabía que no estaba siendo justo consigo mismo. En el otro, encontraba una extraña paz en las caricias de Heeseung. Estaba enganchado a esa tranquilidad momentánea, pero sabía que era efímera, como si estuviera tratando de atrapar humo con las manos.

Cada vez que estaba con Heeseung, se sentía querido de una manera que no había sentido en mucho tiempo. Pero a medida que pasaban los días, la confusión no desaparecía; al contrario, crecía dentro de él como una sombra que no podía sacudirse.

¿Es esto amor? ¿O es simplemente una manera de escapar del dolor que me ha causado Jake?.

Su mente era un campo de batalla. Los recuerdos de las discusiones con Jake, las noches en las que se había sentido solo aunque su novio estuviera a su lado, contrastaban con la atención y el cuidado que Heeseung le daba ahora. Pero eso no significaba que todo estuviera bien. La incertidumbre seguía carcomiéndolo. ¿Y si solo estaba siendo amable cin él para conseguir algo a cambio?.

Deliciously Wrong || HeehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora