¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Resumen: El momento en que Ford se dio cuenta de que le gustabas.
Contiene: Stan siendo Stan, el momento uh-oh y añoranza.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para decirlo claramente, Ford no era la persona más sociable. A pesar de su popularidad entre sus profesores de la escuela y el extraño puñado de compañeros de clase, normalmente prefería su propia compañía, o la de su familia. Había sido así durante mucho tiempo y parecía que seguiría siendo así en el futuro previsible.
Y así fue. Es decir, hasta que te conoció a ti, cosa que no vio venir.
Tenías una presencia acogedora, eso quedó claro por la forma en que le hablaste por primera vez en séptimo grado, permaneciendo prácticamente imperturbable ante su sexto dedo, aparte de la sorpresa inicial. La primera vez que se sorprendió a sí mismo divagando sobre parapsicología y anomalías, no encontró juicio ni desinterés en tu expresión. De hecho, estabas escuchando, dejando de lado lo que estabas haciendo solo para prestarle toda tu atención. Esa fue la primera vez. Se sintió bien tener a alguien (que no fuera su hermano o su madre) escuchándolo.
Y la energía le fue devuelta, ya que él también se entregaba a tus intereses. Antes de que se diera cuenta, Ford a menudo buscaba tu compañía, ya fuera que su hermano estuviera disponible o no, y normalmente se los podía encontrar a los dos intercambiando ideas. La habitación parecía iluminarse cuando aparecías ante ti, tu presencia lo hacía sentir cómodamente cálido por dentro. Siempre que se separaban, parecía que era demasiado pronto, como ahora.
"Oh Dios mío."
La voz de Stan desvió la atención de Ford hacia otro lugar cuando te marchaste.
—¿Qué? —preguntó, ligeramente perturbado por la sonrisa maliciosa en el rostro de su hermano. Stan se limitó a reírse entre dientes y le dio un codazo—. Lo tienes tan mal que es casi vergonzoso —bromeó, a lo que Ford lo apartó con suavidad y emprendieron el camino de vuelta a casa desde el muelle.
—Vamos, Stanley. Son mis amigos, al igual que lo son los tuyos. Son buena compañía —dijo, mirando a un lado, como si eso pudiera ocultar el tono rosado de su rostro, pero Stan no se dejó intimidar—. Sixer, acéptalo. ¡Estás derrotado con un ¡ wh-pshh! —dijo, dándose una palmada en la mano con la otra para enfatizar.
"No soy... Mira, [Nombre] es muy amable y un buen amigo, lo aprecio. No es que me quede despierto por las noches pensando en ellos".
Varias horas después, ya era bien entrada la noche y todos en la casa de los Pines estaban profundamente dormidos, excepto Ford.
En la litera de arriba, se tumbó boca arriba, con las manos cruzadas sobre el abdomen, mientras su pecho subía y bajaba lentamente y su corazón latía con fuerza bajo la superficie. Ese calor todavía estaba presente, especialmente alrededor de su rostro. Su conversación con Stanley se había estado reproduciendo en bucle toda la noche.
Por supuesto que le gustabas a Ford, estaba loco por ti. Eras muy amable con él y era divertido estar a su lado, tu entusiasmo era tan entrañable y nunca trataste sus anormalidades como si fueran defectos.
Y tú tampoco eras fea, por supuesto, como antes esa tarde en el paseo marítimo cuando la luz del sol resaltaba tus rasgos. Él podría mirarte durante horas. La forma en que disminuiste su determinación con solo mirarlo y sonreírle fue tan positiva...
Oh.
Oh.
"Oh, no."
Ford apenas pudo escuchar una risita somnolienta de su hermano en la litera debajo de él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
