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Fue en el verano de 1972 cuando conociste a Stanford. Lo recuerdas casi demasiado bien. Fuiste a una universidad de arte, especializándote en composición musical. ¡Ah! ¡Y estabas en una banda! No era nada bueno, todos lo resolvieron sobre la marcha, pero todos se estaban divirtiendo, así que realmente no te importó. Es un poco gracioso recordar cómo ustedes dos, de alguna manera, se convirtieron en una pareja, considerando lo diferentes que eran.
Ustedes dos se conocieron después de que accidentalmente entraron a su habitación una noche después de haber estado de fiesta en el dormitorio de otra persona. Pensaste que su habitación era la habitación de tu amigo. Su dormitorio tenía libros esparcidos por todas partes, pósters de algunos científicos en la pared y un completo desorden de notas en su escritorio. Stanford no quería pasar la noche con una chica borracha al azar en su dormitorio, pero sabía que tenía que dejarte entrar, sin confiar en lo que harían los otros hombres del campus si te vieran así. No sabía por qué lo ponías tan nervioso, tal vez era tu estado vulnerable, o simplemente porque eras una chica y hablabas con él.
Probablemente fueron ambas cosas.
"Sabes, nunca quise ir a esto, era algo promocional para mi banda. ¿Te dije que estaba en una banda? ¡Somos increíbles!" Estabas tirada en el suelo mirando al techo sonriendo tontamente, dándote la vuelta boca abajo para mirar al hombre nervioso en cuyo dormitorio entraste. Echó un vistazo por encima del hombro para mirarte, tratando de decirte que estaba escuchando, incluso si no te importaba si lo estaba haciendo o no. "Bueno, puede que sea mentira, Gabs es súper agudo, Jamie todavía está aprendiendo a tocar la batería, pero eso no viene al caso... ¡Te conocí yendo a esto!" Finalmente te sentaste pasándote una mano por el pelo. "Eres tan tonta que es bastante linda", dejaste escapar una risita suave señalándolo.
Esto hizo que Stanford se congelara físicamente, su respiración se entrecortó ligeramente. "Gracias, supongo. ¿Tus amigos te están buscando?" Rápidamente cambió de tema, dándose la vuelta en su silla, mirándote. "Creo, no sé... quiero quedarme aquí contigo", sonreíste. "Bueno, yo..." comenzó antes de escuchar una voz femenina gritando en el pasillo "¡T/N! ¡Tenemos que irnos!" "¡Oh, esa es Gabs! ¡Es mi amiga!" Te tropezaste antes de dirigirte hacia la puerta, deteniéndote antes de volver hacia el hombre que le besaba la mejilla con una risita, lo que hizo que la cara de Stanford se pusiera roja. "¡Gracias por salvarme! ¡Soy T/N por cierto!" "Um... Soy Stanford, llámame Ford..." se las arregló para decir, escribiendo rápidamente el número de teléfono del teléfono que estaba en su habitación, en una hoja de papel de cuaderno. "Solo... Llámame cuando llegues a salvo a tu dormitorio..."
Rápidamente se dio la vuelta para mirar sus libros de texto en los que había estado metiendo la nariz horas atrás "Oh, te preocupas por mí... Está bien, cariño. ¡Nos vemos por ahí!" Le diste un golpecito en el hombro antes de irte, gritándole a tu amiga "Gabs" para llamar su atención.
Ford no tenía idea de por qué hizo eso, nunca había tenido el valor de hacer este tipo de cosas. Especialmente con alguien tan hermoso... No, ¿por qué demonios estaba teniendo esos pensamientos? No ibas a llamarlo. Tiene que olvidarse de este encuentro, concluyó, volviendo a su noche sin incidentes.
Recibió una llamada al día siguiente, eras tú. Había algún tipo de música de fondo, no podía recordar qué era, tal vez algo de música pop. "Oh, Dios mío, ¿este es Ford? Me quedé en tu dormitorio anoche, lo siento mucho, estoy súper avergonzado". Dijiste antes de que Ford soltara una leve risita. "No, está bien. Me alegro de que estés a salvo, parecías muy fuera de sí anoche". Se reclinó ligeramente en su silla mientras hablaba. "Uf, no me hagas hablar de la resaca". Gemiste, lo que lo hizo reír.
Después de eso fue el comienzo de una relación, pasaban su tiempo libre juntos, él te ayudaba con las clases y ampliaste su gusto musical, bueno, al menos lo intentaste.
Han pasado 4 meses desde que ustedes dos comenzaron a salir. Ford incluso le contó a su hermano sobre esto, y decir que Stanley estaba sorprendido era un eufemismo, corrió hacia Ford sorprendiéndolo. "¿Así que finalmente encontraste a una chica que no sale corriendo gritando? Cuéntame todo sobre ella". Stanley sonrió mirando a su hermano gemelo, notando una foto tuya en su escritorio en un marco, tenías un micrófono en tu mano haciendo un signo de paz a la cámara con tu otra mano. ¿Cómo diablos te calificó su hermano? Ford se fue a divagar sobre ti, era un desastre de amor, pero la forma en que sus ojos seguían moviéndose hacia la foto tuya cuando te explicaba confundió a Stan, ¿por qué tenía que seguir mirándola para hablar de ti?
Notó algunos volantes de algunos festivales de música, parecían intactos. "¿Quién te dio estos?" Tomó uno, el espectáculo era para esta noche, en unas pocas horas. "Oh, T/n lo hizo. Ella está en una banda". Ford miró el volante antes de dirigir su atención nuevamente al libro de texto que estaba frente a él. "¿Planeas verla, verdad?" Stan arqueó una ceja mirando a su hermano. "Demasiado ocupado, tengo un examen mañana". Ford se encogió de hombros y pasó a la siguiente página de su libro. "Estás bromeando, ¿verdad? ¿Has estado en alguno de sus espectáculos?" Stan entrecerró los ojos con desaprobación, Ford no dijo nada. "Vaya novio que eres", murmuró mirando el volante en sus manos. Sabía lo que tenía que hacer, no iba a dejar que Ford arruinara la única relación potencial que probablemente tendría alguna vez.
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