La habitación de Shoto Todoroki en U.A. estaba en un desorden ordenado, con artículos de bebé esparcidos por doquier. Los días habían pasado rápido desde el nacimiento de Takeshi, y Shoto estaba aprendiendo a manejar la vida como padre soltero mientras continuaba con sus estudios. Sin embargo, a las 8 semanas de nacido, Takeshi parecía estar más inquieto que nunca, y Shoto estaba desesperado por encontrar una solución.
Era una noche especialmente difícil. Takeshi había estado llorando durante casi una hora, y Shoto había probado todo lo que sabía: cambiar pañales, alimentarlo, y mecerlo. Nada parecía calmar al bebé, y Shoto sentía una creciente frustración y preocupación.
Decidió que necesitaba ayuda y pensó en su hermana mayor, Fuyumi. Aunque estaba ocupada con sus responsabilidades en la familia Todoroki, siempre había sido un pilar de apoyo para él. Shoto tomó su teléfono y marcó el número de Fuyumi, esperando que pudiera ofrecerle alguna orientación.
─ Hola, Shoto ─dijo Fuyumi, respondiendo con una voz cálida─. ¿Todo bien?
─ Fuyumi, lamento molestarte tan tarde ─dijo Shoto, tratando de mantener la calma─. Takeshi no deja de llorar, y ya he intentado todo lo que se me ocurre. ¿Tienes algún consejo?
Fuyumi, al escuchar la desesperación en la voz de su hermano, inmediatamente se preocupó.
─ Oh, Shoto, no te preocupes. A veces los bebés pueden estar inquietos por varias razones. ¿Le has revisado la temperatura? Asegúrate de que no esté demasiado caliente o frío.
─ Sí, ya lo he revisado ─respondió Shoto─. La temperatura está bien.
─ ¿Puede que esté buscando consuelo? A veces, los bebés necesitan ser acurrucados o sentirse cerca de su cuidador. Intenta cargarlo en un portabebés o simplemente sostenerlo contra tu pecho ─sugirió Fuyumi─. También, asegúrate de que no tenga gases atrapados. A veces, un simple eructo puede ayudar.
Shoto asintió, aunque no podía verla. Intentó seguir el consejo de su hermana. Tomó a Takeshi en sus brazos y lo acurrucó contra su pecho, meciéndolo suavemente. También se aseguró de darle un pequeño masaje en la espalda para ayudar a liberar cualquier gas atrapado.
─ Gracias, Fuyumi ─dijo Shoto, sintiendo una leve mejoría en la situación─. Está empezando a calmarse un poco.
─ Me alegra escuchar eso ─respondió Fuyumi con alivio─. Recuerda que ser padre es un proceso de aprendizaje constante. No te sientas mal si no tienes todas las respuestas de inmediato.
─ Lo sé ─dijo Shoto, con una sonrisa cansada─. A veces es abrumador, pero trato de hacer lo mejor que puedo.
─ Estás haciendo un gran trabajo, Shoto ─le animó Fuyumi─. No dudes en llamarme si necesitas más ayuda o simplemente para desahogarte. Estoy aquí para ti.
─ Lo haré, gracias ─respondió Shoto─. Buenas noches, Fuyumi.
─ Buenas noches ─dijo Fuyumi, y colgó el teléfono.