Capítulo 2 - Preparativos del Gran Torneo Estelar

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Parte 1


Época Astral, Año 7635 – Día 1 del Quinto Ciclo


El aire en la academia Altamira de Solaria vibraba con una mezcla de expectativas y tensión. El Gran Torneo Estelar se acercaba, y aunque nadie lo admitía en voz alta, todos sentían que esta vez sería diferente.


Cada paso retumbaba en los pasillos como un eco de la anticipación colectiva, una sinfonía de adrenalina contenida. Los estudiantes practicaban en los campos abiertos, sus ojos fijos en sus movimientos, pero con sus mentes claramente en otra parte.


Jake observaba todo desde un rincón de la explanada. No participaba en los entrenamientos, no hoy. Ya no se trataba solo de preparar el cuerpo, sino de entender el peso de lo que estaba en juego.


Sentía una energía distinta, algo en el aire que lo hacía estar más alerta de lo habitual. Sophia caminaba a su lado, balanceando sus brazos de forma despreocupada.


—Míralos —dijo Sophia con una sonrisa burlona mientras señalaba a un grupo de chicos golpeando el aire como si estuvieran enfrentando a gigantes—. Es como si entrenaran para sobrevivir a una masacre... cuando todos sabemos que solo están aquí para perder miserablemente.


—¿Masacre? —Jake soltó una carcajada seca—. Vamos, que las únicas muertes aquí serán de orgullo herido.


Sophia lanzó una piedra al aire, atrapándola con destreza. —Es lo mismo. Todos saldrán de esto derrotados o humillados... O peor, eliminados de la competencia como yo —dijo, haciendo un gesto dramático con la mano—. Gracias por participar, pero te puedes ir a casa, señorita. Nos vemos en otra vida.


Jake sonrió de lado, pero no dijo nada. Sabía que Sophia lo había dejado, que todo lo relacionado con la energía estelar ya no significaba nada para ella. Pero también sabía que la tensión en la academia no se debía solo al torneo. Algo más había cambiado, algo que aún no lograba identificar.


Mientras caminaban por el patio, una figura familiar apareció ante ellos. Raven, con su aire misterioso habitual, se acercaba. Jake nunca había confiado del todo en él, pero tampoco tenía motivos para desconfiar. Aún.


—¿Listos para el gran día? —preguntó Raven, su voz tranquila, aunque sus ojos parecían estar evaluando cada reacción.


—Claro, si por "gran día" te refieres a ver a una fila interminable de gente ser humillada —respondió Sophia, lanzando la piedra al suelo y pisándola de forma juguetona—. No puedo esperar.


Jake, por su parte, solo asintió, observando de reojo a Raven. Había algo en su tono que lo inquietaba. No era la típica charla casual. Era más como si estuviera probando las aguas, tanteando terreno.


—Algunos lo ven como una oportunidad —murmuró Raven, cruzándose de brazos—. Otros como una trampa.


Jake levantó una ceja, pero no llegó a contestar, ya que en ese instante una figura alta y oscura se deslizó entre las sombras, como un depredador que se movía sin esfuerzo en su territorio. Zephyr Blackthorn.


La mera presencia de Zephyr tenía un efecto magnético, algo en su andar sugería que él sabía exactamente cómo iba a terminar todo... y que estaba disfrutando del espectáculo antes de que siquiera comenzara.


Nadie sabía realmente qué hacía Zephyr en la academia, pero se paseaba por los terrenos como si fuera el dueño del lugar. Y lo peor era que, de algún modo, se sentía correcto.


Zephyr se detuvo por un momento, a una distancia lo suficientemente cercana para que Jake sintiera su presencia, pero lo suficientemente lejana para no resultar invasiva. Observó a Raven con ojos entrecerrados, como si ya hubiera llegado a alguna conclusión.


—Interesante... —murmuró Zephyr para sí mismo, apenas audible, antes de seguir su camino, desapareciendo tan rápido como había aparecido.


El corazón de Jake comenzó a latir más rápido. No entendía por qué, pero cada vez que Zephyr estaba cerca, el ambiente cambiaba, se volvía más denso, más cargado. ¿Qué sabe él que nosotros no?, pensó.


—Ese tipo... —empezó Sophia, pero se detuvo al ver que Raven seguía observando la dirección por donde Zephyr había desaparecido.


—Es solo otro espectador más —dijo Raven, aunque en su tono había algo distinto esta vez. Algo que ni siquiera él podía ocultar por completo.


Jake entrecerró los ojos, notando que el líder del club de ocultismo parecía más pensativo de lo normal. Aquí hay algo que no cuadra, pensó. Y si había algo en lo que Jake era bueno, era en leer a la gente.


Todo está a punto de cambiar..., pero ni él ni Sophia, ni siquiera Raven, sabían cuánto.

Astral Edge Volumen 1:  ConmociónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora