𝑫𝘢𝘦𝘯𝘦𝘳𝘺𝘴 𝐼𝐼

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Daenerys descendió de los cielos siendo recibida por su consejo personal y su gente, que celebraron su victoria con esmero

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Daenerys descendió de los cielos siendo recibida por su consejo personal y su gente, que celebraron su victoria con esmero. Dany no ocultó la sonrisa que le provocó esa cálida bienvenida, pero, ya en el suelo, el olor a muerte la hizo vacilar. Era momento de contar los muertos.

—Alguien debe ir a los barcos para contar cuántos sirven —le dijo a Tyrion, alzando brevemente la vista para ver a Drogon alzar vuelo, tal vez dirigiéndose hacia donde sus hermanos habían ido a descansar—. Los tripulantes de esos barcos ahora son mi gente. Curen sus heridas y denle un entierro digno a los que fueron abrasados por las llamas de mi dragón.

—¿Cuántos barcos calcula que pueden usarse? —preguntó Tyrion. El hombrecito tenía ceniza en el rostro, del hollín que caía del cielo por los incendios iniciados por los Hijos de la Arpía—. Si tiene más ejército, su Gracia, necesitaremos mucho más.

Daenerys lo sabía. No se llevaría a Westeros a nadie que no quisiera venir, pero ya entre los Inmaculados y los Dothraki abarcarían más de cien barcos. De todos modos, no partiría de Meereen hasta que solucionara todos los problemas. Tenía la incómoda sensación que aquella no era una completa victoria, solo parcial.

—Mis hijos quemaron muchos barcos por entretenimiento. Quizás algunos puedan arreglarse. Ahora esa gente son parte de mi ejército, pero quiero que alguien de los nuestros lidere la flota. Groleo se hubiera sentido satisfecho de que por fin le diera los barcos que quería —comentó Dany, con cierta tristeza. Su Lord Almirante había sido un súbdito leal, pero se quejaba constantemente de no contar con ninguna flota marina. Su muerte había sido vengada con la derrota de Yunkai.

—Los Inmaculados no saben hacer otra cosa que pelear y ya es un logro que los Dothraki viajen en barcos —le recordó Tyrion—. Podría buscar algún capitán entre sus vasallos de Meereen, pero tal vez la opción más rápida es poner como Lord Almirante a uno de esos hombres, Majestad.

—Yo puedo hacerme cargo de la flota, mi Reina.

Dany alzó la mirada para encontrarse con Velaryon. Tenía una expresión seria en el rostro y los rizos castaños llenos de polvo. Había manchas de sangre en la ropa que los Inmaculados le brindaron, aunque no se veía adolorido. Apoyaba las manos en la empuñadura de su espada, que colgaba de su cinturón. La hoja estaba teñida de rojo.

—¿Qué sabes tú, Lonmouth, de barcos? —cuestionó Tyrion, poniendo en palabras lo que Dany pensaba.

—Mi abuelo tenía su propia flota. Era mi hermano Luke... —La voz de Velaryon se agrietó, pero se recuperó rápidamente. Daenerys dudaba que alguien se hubiera dado cuenta más que ella— quien tenía mejor conocimiento sobre barcos, pero mi abuelo no permitió que yo fuera un ignorante sobre lo que le apasionaba.

Velaryon inclinó la cabeza hacia Daenerys. Ella quería confiar en él, pero su origen la ponía incómoda.

—Podría enseñarles a sus hombres lo que necesitan saber, Majestad.

𝐕𝖺𝗅𝗒𝗋𝗂𝖺𝗇 𝐁𝗅𝗈𝗈𝖽 | got & hotdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora