Miel

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Tabita llegó a su casa abrazando su caja de alfajores y le contó todo a sus roomies, con una sonrisa de oreja a oreja.

—Pará,pará,pará, ¿vos lo perdonaste sólo porque te compró unos alfajores? Dale, flaca, valorate, amate un poco...— dijo Mariana cuando Tabita terminó de contarle su reencuentro con Milei.

—No seas boluda, Mari— la interrumpió Sandra—el detashe de los alfajores fue re lindo, pero lo más importante es que se disculpó con esha, y fue sincero, ¿o no, Tabi?

—Sí, sí, obvio...fue...muy bonito, ¿sacas? vi una parte de él que no conocía...y, conmigo...

—¡Uy! Vos estás hasta las manos por el Milei...—se burló Mariana—Qué gustos raros que tenés por los hombres mashores, pero, dale, sho te entiendo, a mí me re gustaba  Vicentico...¿Te acordás cuando lo fuimos a ver cantar al Luna Park, Sandra?

Las dos hermanas se enfrascaron en una larga conversación sobre aquel concierto, mientras Tabita seguía soñando despierta con la sonrisa y los ojos de Milei. Era tan alto...bueno, en comparación con ella, que era más bien chaparrita. Se imaginó de nuevo en sus brazos, disfrutando el aroma de su perfume, de su piel...cuando le entró una llamada. ¡Era Milei! La invitó a reunirse con ella en el parque Bosques de Palermo.

—¿Podés venir...a las cinco?

—Ah, bueno, sí, si tomo el colectivo...lo que pasa es me queda un poco lejos...

—Si querés te puedo shevar y paso por vos, ¿a qué hora salís de la oficina mañana?

—Ay, no, cómo cree...cómo crees, no...

—Sí, posta, sho te shevo, y si querés te traigo de regreso a tu casa...digo, me queda de paso...

—Bueno, ándale pues...Mañana salgo, justo a las cinco...

Milei la llevó en su auto, era el Peugeot RCZ color negro que había comprado en 2013. A Tabita le gustó mucho, le pareció muy elegante. En el camino, Milei encendió la radio y estaban pasando Por debajo de la mesa de Luis Miguel. 

—Ay, ¿le puedes subir el volumen? Es que me encanta Luis Miguel, no me imaginé que aquí escuchen su música.

—¿En serio? —dijo Milei con una sonrisa— mirá, los artistas mexicanos son re famosos aquí en la Argentina...Luis Miguel, Shuri, Vicente Fernández, Celso Piña... Los Tigres del Norte, de hecho, hace unos años dieron un concierto aquí en Buenos Aires...

—¿Los Tigres del Norte?

—¿También te gusta su música?

—Sí, obvio, en las fiestas mexicanas, sobre todo en el norte...sus rolas nunca faltan. También me gusta mucho la cumbia, la salsa y así, pero también el pop, el reggaeton, pero el viejito, el rock...escucho de todo la verdad...yo sé que a ti te gusta el rock, ¿verdad? Hasta formaste una banda de joven...

—Vasha, parece que me conocés bastante bien, ¿eh?

Llegaron al parque, y después de que algunas personas reconocieran al candidato y lo saludaran y le tomaran fotos, caminaron a una zona del parque más apartada, cerca del lago, en el que las ceibas, o palo borracho, daban su sombra. Ahí conversaron sobre el manuscrito, algunas ideas de edición que tenía Tabita y se pusieron de acuerdo para las próximas reuniones. 

Luego, conversaron sobre sus vidas, o bueno, más bien, la vida de Tabita, pues Milei deseaba conocer mejor a su editora y ella ya lo conocía bastante bien. Charlaron por varias horas, se rieron y se dieron cuenta de que, en realidad se complementaban bastante bien y tenían muchas cosas en común, hasta que llegaron a un tema difícil:

¡Viva el amor, carajo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora